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lunes, 15 de noviembre de 2010

La cara oculta del consumismo


Como la Luna, la Tierra tiene una cara oculta que casi nunca vemos. Todos los reflectores apuntan –24 horas al día- hacia el lado radiante de la sociedad de consumo. Pero una mano negra se empeña en esconder bajo la alfombra los estragos que le estamos causando al planeta.

“El estilo de vida americano es innegociable”, dijo Bush (padre) en los preámbulos de la cumbre de Río. “Nuestro estilo de vida ha tocado fondo y todo el sistema está en crisis”, replica Annie Leonard, la activista que se ha atrevido a hacer “visibles” los efectos de la sociedad de consumo, así la tachen de “antiamericana”.

Ni antiamericana, ni anticosumista”, replica ella. “Lo único que intento es que la gente se replantee su relación con las cosas. Nuestra sociedad está llena de incentivos perversos que nos llevan a acumular y acumular, y a producir toneladas de desechos, sin pensar mínimamente en las consecuencias”.

Más de ocho millones de internautas han seguido los viajes de Annie Leonard –arropada por los monigotes de los Free Range Studios- al fondo de la sociedad de consumo en “La historia de las cosas”. La película de animación se ha convertido ahora en un manual práctico, publicado en español por el Fondo de Cultura Económica y traducido simultáneamente a doce idiomas.

Pese al apremiante mensaje de fondo –“¡estamos dilapidando el planeta!”-, Annie Leonard tiene la virtud de contagiarnos su optimismo y su sentido común: “Creo realmente que el cambio ya está en marcha. El afán por adquirir más y más está dejando paso a un sistema basado en el “acceso”. Compañías como Netflix o ZipCar nos están demostrando que todo se puede compartir, del vídeo hasta el coche. Y lo bueno de esté proceso no es sólo que vamos a necesitar menos cosas, sino que vamos a comunicarnos con la gente que comparte nuestros intereses: vamos a crear comunidad”.

Recuerda Annie Leonard en su libro cómo la primera vez que ató cabos fue de niña, cuando comprobó cómo los bosques que rodeaban su Seattle natal iban desapareciendo año tras año para dejar paso a los centros comerciales. El momento decisivo fue sin embargo la visita al vertedero Fresh Kills en Nueva York, coronado por una montaña de basura 25 metros más alta que la estatua de la Libertad...

¿Quién inventó este sistema monstruoso?”, se preguntó Leonard. “¿Cómo permitimos que siga funcionando?”. Su empeño, desde entonces, fue dar la vuelta al mundo investigando todo el proceso. Bangladesh, Indonesia y Haití fueron algunas de sus paradas en los diez años que tardó en alumbrar “La historia de las cosas”, con toda su “sabiduría” concentrada en 20 trepidantes minutos...

“El problema está en que hemos concebido un sistema lineal en un planeta finito. Todo o casi todo está concebido para usar y tirar, sin tener en cuenta que los recursos se acabarán tarde y temprano. Si los 6.800 millones de habitantes del planeta siguieran el “sueño americano”, nos harían falta de tres a cinco planetas”.

“La solución empieza por leyes que exijan “reponsabilidad productiva” a las empresas. Tenemos que rediseñar la sociedad, siguiendo ni más ni menos que las pautas que marca la propia naturaleza, con sistemas circulares que permitan reaprovechar los recursos, en vez de acabar enterrándolos en un vertedero o, lo que es peor, quemándolos”.

Nosotros, uno a uno, somos también parte de la solución... “Pero la meta no es ya reciclar más, sino desperdiciar menos... Soy ambivalente sobre el reciclaje. Mucha gente piensa que reciclar es la “solución”, cuando en todo caso es el “último recurso”. Hay una razón por la que figura en tercer y último lugar en el famoso mantra de las tres “R”: reduce, reusa, recicla... Cuando estás frente a la pared y no hay otra opción, entonces recicla”.

El mensaje de Annie Leonard nos llega pues finalmente en libro y en todas las ramificaciones posibles en internet (“La historia del agua embotellada”, “La historia de los cosméticos”, “La historia de los productos electrónicos”, “La historia de los bonos de carbono”). Su impacto es cada vez mayor en la sociedad y en las escuelas, y las voces de la América conservadora no han tardado en contraatacar: el mismísimo Glenn Beck, el “charlatán” de la cadena Fox, acusa a Leonard de adoctrinar a los niños en el “antiamericanismo”.

La autora de “La historia de las cosas” se defiende sin acritud: “Cuando concebí el documental no pensé en los niños, pero lo cierto es que miles de educadores de todo el mundo se han dirigido a nosotros. Creo que es bueno que el documental y el libro se usen para provocar el debate y enganchar a los estudiantes en un análisis cr'itico de los retos a los que tendr'an que hacer frente en el siglo XXI".

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