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miércoles, 3 de noviembre de 2010

¡Atención patrioteros! ¿Queréis guerra? Pagad por ella

No logro recordar haber visto una elección estadounidense tan fea, idiota, infantil, como la de la votación a mitad de período de la próxima semana.

Un frenesí nacional se ha apoderado de EE.UU. Debates feroces e insultos se prolongaron sobre pérdidas de puestos de trabajo, la creciente deuda de 12 billones [millones de millones] de dólares de la nación, la atención sanitaria obligatoria, el socialismo –e incluso sobre la brujería. Sarah Palin, la santa patrona de estadounidenses de bajo coeficiente intelectual, revolotea sobre esta sórdida contienda como un pérfido fantasma de Halloween.

Si creemos en los sondeos, los demócratas parecen estar liquidados. El presidente Obama podría estar listo para sumarse a las filas de los desocupados.

¿Qué pensaron que sucedería los demócratas cuando se hicieron cargo ansiosamente del monumental lío financiero y militar creado por George W. Bush y los republicanos? No es sorprendente que los republicanos se estén frotando alegremente las manos. Pero ahora podrían estar cerca de tener que cargar con el lío de Bush.

En medio de toda la invectiva necia, Tom Brokaw, el respetado ex presentador de las noticias nacionales de NBC News, escribió recientemente una excelente columna de opinión: “The Wars That America Forgot About.” [Las guerras olvidadas por EE.UU.]

Con toda razón preguntó por qué las guerras en Afganistán e Iraq han sido ignoradas durante la contienda electoral. Después de nueve años de combate, 5.000 soldados estadounidenses muertos y 35.000 gravemente heridos, y gastos de más de un billón [millón de millones] de dólares –silencio.

Estas guerras, las más largas y las segundas más costosas en la historia de EE.UU. han desaparecido de la vista. Ni siquiera el último bombazo deWikileaks, que reveló la aprobación por EE.UU. de escuadrones de la muerte, tortura y violaciones masivas de los derechos humanos en Iraq, se convirtió en un tema en la campaña.

Nadie mencionó el hecho escandaloso de que Afganistán dirigido por EE.UU. y los sátrapas políticos de Washington en ese país produce y exporta un 94% de la heroína del mundo. Las autoridades rusas de la droga acaban de afirmar que la heroína afgana mata a 10.000 rusos por año.

Las guerras de Iraq y Afganistán son ignoradas, dice correctamente Brokaw, porque los estadounidenses están totalmente concentrados en el alto desempleo y la inseguridad económica. Las guerras de EE.UU. son irrelevantes.

Los militares profesionales estadounidenses representan menos de un 1% de la población, en su mayoría gente de clase trabajadora mediocremente educada de EE.UU., de pequeñas localidades en el corazón rural.

No es como en los días de la Guerra de Vietnam, cuando millones de estadounidenses fueron reclutados para servir en la guerra, creando inmensas protestas públicas que finalmente terminaron la guerra.

EE.UU. ha adoptado el modelo de Gran Bretaña imperial de pequeños ejércitos, compuestos sólo de voluntarios, que combaten en guerras coloniales remotas para llevar supuestamente la luz del cristianismo y la justicia a ignorantes nativos.

Sin embargo, ahora cuesta 1 millón de dólares por año mantener a cada uno de los 120.000 soldados estadounidenses en Afganistán. EE.UU. también ha enviado a más de 40.000 mercenarios armados a esa nación.

Los estadounidenses se han distanciado psicológicamente de las guerras de Iraq y Afganistán, incluso cuando amenaza el espectro de un punto muerto o incluso de la derrota en ambos conflictos.

Brokaw llama a los estadounidenses a volver a involucrarse y a dar a sus guerras la atención pública y política que necesitan urgentemente.

Librar guerras ocultas es antidemocrático e insensato.

Durante la Segunda Guerra Mundial, el “Frente Interior” de EE.UU. estaba involucrado en el conflicto por impuestos de guerra, racionamiento, compra de bonos de guerra, recolección de ropas y metal, y la aceptación de escaseces de productos de consumo.

Al contrario, el presidente George W. Bush realmente redujo los impuestos a los ingresos en tiempos de guerra, la única vez en la historia de EE.UU. que algo semejante ha ocurrido.

En un acto de profundo engaño financiero, en lugar de financiar las guerras de Afganistán e Iraq mediante mayores impuestos, la Casa Blanca de Bush y el Congreso servil financiaron las guerras mediante “Solicitudes de Suplementos de Emergencia”, que supuestamente sólo debían ser utilizados a corto plazo para desastres naturales y cosas semejantes.

El punto de vista de Bush parece que fue “después de mí, el diluvio”. Aumentó la deuda nacional a niveles vertiginosos, expandió vastamente el tamaño del gobierno, aumentó los gastos militares en un 50% y redujo los impuestos.

La primera ola del diluvio vino en 2007-2008, cuando un cataclismo financiero afectó a EE.UU. Hay que esperar más mientras EE.UU. cae en una crisis financiera tras otra –la última son Estados y fondos de pensión en bancarrota.

Los verdaderos costes de más de 1 billón de dólares de las guerras fueron silenciosamente agregados a la deuda nacional de 12 billones de dólares, la tarjeta de crédito de EE.UU. Los fondos para financiar esos inmensos préstamos de guerra se pidieron a China y Japón, subyugando de manera más profunda a EE.UU. a las potencias asiáticas y debilitando sus finanzas.

El gobierno de Obama y el Congreso controlado por los demócratas continuaron el método deshonesto de Bush de financiar la guerra ocultando los costes al público.

Las guerras de EE.UU. deberían ser enteramente financiadas mediante impuestos directos. La historia muestra que las grandes potencias no pueden librar a largo plazo guerras imperiales a crédito. Por ejemplo, España, Holanda, Francia, Gran Bretaña y la Unión Soviética. ¿Qué imperio creéis que será el próximo?

Se debería cobrar un impuesto especial para la guerra a todos los estadounidenses para cubrir los crecientes costes de Afganistán e Iraq. Debemos pagar por nuestras guerras y la hegemonía mundial.

Será interesante ver cómo reaccionarán todos los “patriotas” republicanos cuando se les pida que paguen por las guerras que apoyan tan apasionadamente desde la seguridad de sus sofás y sin coste aparente.

Haced que los estadounidenses paguen realmente por Afganistán e Iraq y esas guerras terminarán a la brevedad.

Pero si los republicanos recuperan el Congreso, es extremadamente improbable que se implemente un impuesto de guerra –o cualquier otro impuesto importante.

Los republicanos derechistas presionarán por más guerras, en más sitios –financiadas, por supuesto, por la magia del crédito-. Pocos se detienen a pensar en que esa manía de pedir prestado está arruinando a EE.UU.

Copyright Eric S. Margolis 29 October 2010 - http://www.ericmargolis.com

Eric S. Margolis es un columnista galardonado, publicado en todo el mundo. Sus artículos aparecen en New York Times, International Herald Tribune, Los Angeles Times, Times of London, Gulf Times, Khaleej Times y otros sitios noticiosos en Asia. Es colaborador regular de The Huffington Post, Lew Rockwell y Big Eye. Aparece como experto en asuntos exteriores en CNN, BBC, France 2, France 24, Fox News, y CBC.

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