En Hollywood no se andan con chiquitas. Apenas 24 horas después de que la Warner Bros. anunciara que Zack Snyder iba a dirigir Superman, la Sony ha contraatacado con el anuncio de que Emma Stone, la pujante actriz que ha triunfado en la taquilla estadounidense con 'Rumores y mentiras' ('Easy A'), será la novia de Spiderman en la nueva película que Marc Webb prepara sobre el personaje.
Stone, pelirroja de 21 años (aunque ahora su color natural de pelo está en duda), ya era la preferida de los aficionados del trepamuros. Todos la veían como la Mary Jane perfecta, idéntica al personaje creado visualmente por el dibujante John Romita. Por eso el esperado anuncio se ha convertido en una noticia que ha cogido descolocado a los seguidores. Porque Emma no dará vida a la famosa pelirroja interpretada por Kristen Dunst en la trilogía dirigida por Sam Raimi. Stone será la rubia Gwen Stacy, el primer gran amor de Peter, que será interpretado por Andrew Garfield ('La red social') tras el despido de Tobey Maguire y el resto del equipo.
Aún no se sabe si Mary Jane aparecerá en la película. Pero todo apunta a que no. No corren buenos tiempos para el que otrora fuera un personaje vital en la franquicia arácnida.
Desde que en 1987 Marvel decidiera casar a Spiderman con la supermodelo pelirroja (decisión muy discutida en su momento) el personaje fue una pieza fundamental en el traslado de las aventuras del superhéroe de la viñeta a otros medios. En las distintas series de animación y en las tres películas de Sony, MJ desempeñó un papel clave. Pero algo chirriaba en el cómic.
Un matrimonio que no funcionó
Eran pocos los guionistas que sabían sacarle partido a la relación entre un superhéroe y su mujer. El culebrón amoroso en el que vivía Spiderman/Peter Parker en su época dorada (sus primeros 150 números) había desaparecido. El cliché de "Mary Jane preocupada mira por la ventana esperando a que su marido vuelva sano y salvo tras su pelea con el villano" de turno se estiró hasta la extenuación. De nada sirvió que pasara de supermodelo a actriz fracasada, que volviera a la universidad o que incluso pareciera fallecer en un accidente de avión.
Finalmente, hace apenas dos años, Joe Quesada, el mandamás creativo de Marvel, decidió que había que poner fin al matrimonio. Pero nada de separación, divorcio o viudedad. A Peter y a Mary Jane los aleja una especie de pacto con un diablo, un 'mefistazo' que dividió a los aficionados, aún a la gresca en los foros por tamaña astracanada.
No obstante, hasta los máximos entendidos al respecto creían que el nuevo 'statu quo' sería temporal, pero su más que probable ausencia en el nuevo filme puede marcar una nueva tendencia. Pero ojo. Si Gwen no aparece en los cómics actuales es por algo.
Desconocida para buena parte de los que han seguido a Spiderman en las últimas décadas, Gwen Stacy fue un personaje capital en la evolución de trepamuros. Ella representaba el sueño de la mayoría de los lectores masculinos: inteligente, guapa, dulce e inocente, su relación con Peter parecía irremediablemente enfocada al altar.
Pero un buen día de 1973, los encargados de dirigir los designios del arácnido decidieron cambiar las reglas. Hubo un cómic, en el que el título de la aventura no aparecía al inicio del mismo. La mayoría de lectores ni le prestó atención ya que la acción del tebeo era trepidante. El Duende Verde había secuestrado a Gwen Stacy y se disponía a tirarla del Puente de Brooklyn. Spiderman llegó a tiempo para plantarle cara pero no pudo evitar a que el Duendecillo la empujara al vacío. El héroe lanzó su telaraña y atrapó a su amada antes de que impactara contra el agua. Pero en la viñeta se leyó un seco '¡Snap!'.
Pese a que la intentó reanimar de todas las formas posibles, no había nada que hacer. En ese momento, los colorines de superhéroes perdían su inocencia. También se ponía fin la Edad de Plata del cómic-book norteamericano y Spiderman pasaba a convertirse en un icono mundial. En la última página, en una viñeta en la que Spiderman clamaba venganza, apareció el título: 'La noche en la que Gwen Stacy murió'. ¿Se atreverán a hacer lo mismo en la película?
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