Que la Unión Europea está gobernada por la derecha más recalcitrante del continente, es algo que se cae de la mata; y, obviamente, salvo honrosas excepciones, tampoco su parlamento se salva de la quema. En 1988, la Eurocámara creó un premio para, siempre según ellos, “recompensar a las personalidades o colectivos que se esfuerzan por defender los derechos humanos y las libertades fundamentales”, que “luchan contra la intolerancia, el fanatismo y la opresión”. Casi nada para ser otorgado, como decía, por la derecha más recalcitrante de un continente que se sobrealimentó –y se sobrealimenta- a costa de la saqueadora conquista de otro continente –el americano- y el exterminio de millones y millones de sus indefensos habitantes (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=114695). El citado premio, dotado de 50.000 euros, se llama “Skharov” y se apellida “a la libertad de conciencia”; un buen ejemplo de soberbia y cinismo.
domingo, 24 de octubre de 2010
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