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domingo, 24 de octubre de 2010

FÓRMULA 1 | Gran Premio de Corea Alonso, un líder Mundial

Show must go on'. Bernie Ecclestone no permitió el petardazo total de su nueva carrera coreana y soltó a los chicos en el salón. La lluvia suspendió durante casi una hora y media la prueba porque el asfalto recién temblaba de miedo. Dudas y presiones. El líder del campeonato por entonces, Mark Webber, partidario de la cancelación y los aspirantes, ambiciosos. [Narración]

Se temía lo peor el australiano. Y así fue. Le devoró el fango y no sólo a él, sino también a su compañero, Sebastian Vettel, que por momentos se puso al frente de la general. ¿Quién surgió de la niebla como nuevo jefe del campeonato? Fernando Alonso, amo de la lluvia otra vez. Líder del Mundial a falta de tan sólo dos carreras.

Enorme golpe del español en un domingo tenebroso, al límite. Se pone al frente el ferrarista en el momento clave del campeonato y lo hace con un coche inferior a sus dos grandes rivales, pero al que está exprimiendo con ansia y clase. En Yeongam corrió con veteranía, aguantó el tipo en una pista resbaladiza, en una carrera cercenada, donde alternar prudencia y ambición.

Firme bajo el agua, agazapado tras los Red Bull, aprovechó la oportunidad. La carrera comenzó dirigida por el coche de seguridad, al frente hasta la vuelta 18 y ya en el siguiente giro Webber empezó a dejar el camino libre al español. Resbaló y se llevó por delante a Rosberg, lo que provocó el regreso del Mercedes plateado. Con mil dudas y las ondas de la radio muy calientes, sin saber los jerarcas de la F1 si seguir con la función o certificar el fiasco del evento.

Con bandera verde, el duelo quedó entre Vettel, líder de la prueba y del Mundial en ese momento, y Alonso. Mano a mano, siempre a una distancia prudencial, con el aliento del desesperado Lewis Hamilton por detrás.

En la llamada de boxes, el español siguió la línea de su rival, adentro una vuelta después de Felipe Massa y Hamilton. En la 32, los dos primeros enfilaron la calle de los garajes con diversa fortuna. Vettel partió lanzado, pero en Ferrari se atascaron con la ruedas delantera derecha y Alonso perdió una plaza. Susto momentáneo, porque Hamilton se dejó ir en la curva tres para fortuna del coche rojo. Segundo otra vez, y en la mirilla de nuevo Vettel.

Ritmo de caza entonces porque ya sabía Alonso que el Red Bull flojeaba, problemas con los frenos, el motor que tose... y el humo en la recta de meta. A falta de 11 vueltas, el bicampeón adelantó al joven alemán y salió disparado hacia la línea de meta y el liderato del campeonato del mundo de Fórmula 1.

'Avanti Fernando', le gritaron por la radio, mientras él reía emocionado dentro del coche. "Ha sido una gran carrera. Creo que es la primera carrera que gano en mojado. Y eso me hace muy feliz", aseguró con el sudor diluido por la felicidad de su mejor momento del curso. Quedan dos domingos de mordiscos, pero las llaves del título ahora las tiene él. Ya en Interlagos podría proclamarse campeón del mundo. Para eso debería lograr su sexta victoria del curso y que Webber no pase del quinto puesto. Sería su tercera corona.

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