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viernes, 29 de octubre de 2010

La población leridana de Guissona tiene más inmigrantes que autóctonos

Guissona es un pequeño pueblo rural de Lleida en el que la población extranjera ya supera a la autóctona. La localidad ha duplicado su población en la última década gracias a la llegada de centenares de inmigrantes para trabajar en la Corporación Alimentaria Guissona (CAG), la industria más importante de la provincia con más de 3.500 asalariados y donde la crisis está pasando de largo a juzgar por los excelentes resultados económicos que obtiene en cada ejercicio.

Según el último censo, Guissona tiene 6.568 habitantes, de los cuales 3.289 (el 50,08%) no son de nacionalidad española. En 10 años la población también se ha duplicado, con un crecimiento medio anual de 323 personas. El último año ha crecido en 423 vecinos, un 6'4 %. Puede decirse que la vida económica y social del pueblo gira alrededor de la actividad de la CAG, donde la demanda de mano de obra es continua. Este año se han presentado 8.000 solicitudes para ocupar 100 puestos de trabajo.

Antoni Condal, responsable del departamento de relaciones externas de la CAG, asegura que son pocas las unidades familiares de Guissona que no tengan a un miembro trabajando en la empresa. "Hay familias que tienen hasta cuatro personas trabajando con nosotros", añade.

Escasa conflictividad

Guissona y su principal industria constituyen una pequeña ONU donde conviven en perfecta armonía ciudadanos de 48 nacionalidades. "Estamos bien organizados y eso se traduce en que hay paz", bromea Condal. La escasa conflictividad se debe sobre todo a que la población tiene garantizado el trabajo, la vivienda, la sanidad y la educación.

El colectivo inmigrante mayoritario en Guissona es el ucraniano, con 1.060 personas. Le siguen el rumano, con 1.000; el senegalés, con 300; y el marroquí, con 170. Hasta hace un mes, el Ayuntamiento tenía una técnica municipal en inmigración, pero los recortes de las subvenciones han obligado a prescindir de sus servicios. El crecimiento demográfico ha hecho que los servicios educativos y sanitarios estén saturados.

De las 3.500 personas que trabajan en la CAG, el 44% son extranjeros (484 rumanos, 470 ucranianos, 183 senegaleses, 75 búlgaros, 64 colombianos y 64 marroquíes). El perfil de los trabajadores de Europa del Este se adapta más a las necesidades de la empresa.


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