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viernes, 2 de julio de 2010

El presidente tranquiliza al PSC pero levanta la ira de los nacionalistas

Las palabras de José Luis Rodríguez Zapatero fueron recibidas en Cataluña como una de cal y otra de arena. Y cada partido se quedó con la parte que más le convino. El presidente de la Generalitat, José Montilla, entiende que lo importante es que el jefe de Gobierno español se ha comprometido a reunirse con él y a estudiar vías para salvar parte de lo perdido con la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto autonómico. Las fuerzas nacionalistas, en cambio, hicieron hincapié en el hecho de que para Zapatero el fallo marque el fin de un proceso de descentralización. "Es indigno de un presidente que se declaraba amigo de Cataluña", dijeron ayer fuentes de Convergència i Unió.

Las medidas palabras de Zapatero fueron escrutadas por el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) en busca de un clavo al que agarrarse en la semana más complicada de su legislatura. El portavoz, Miquel Iceta, expresó su satisfacción porque se "reafirma su compromiso en el desarrollo del Estatuto". Ahora la intención de los socialistas catalanes es que haga algún tipo de gesto en este sentido antes de las elecciones autonómicas de otoño. Un anuncio de reforma de la ley orgánica del Poder Judicial para crear el Consejo de Justicia de Cataluña sería extremadamente bien recibida.

"No conoce la historia"

Prefirieron en cambio pasar de puntillas por la conclusión de Zapatero de que la sentencia pone fin a una etapa de descentralización de España. "Nos preocupa más la falta de unidad de los partidos catalanes para dar respuesta a la sentencia", aseguró Iceta, quien añadió que "al fin y al cabo, Cataluña será lo que decidan sus ciudadanos en las urnas". Otras fuentes del PSC, encuadradas en su flanco más catalanista, fueron sin embargo más duras con el presidente del Gobierno: "No conoce ni entiende la historia y el sentimiento de los catalanes".

El resto de fuerzas políticas, sobre todo CiU y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), aprovecharon este punto para hurgar en las complicadas relaciones existentes entre PSC y PSOE, e incluso entre los diferentes sectores de los socialistas catalanes. El portavoz parlamentario de CiU en el Parlamento catalán, Oriol Pujol, aseguró que el discurso de Zapatero rezuma un "cinismo sin límites". Los nacionalistas recuerdan que Zapatero fue quien dio alas al Estatuto catalán cuando en 2003 se comprometió a apoyar el texto que saliera del Parlamento autónomo, algo que en su opinión incumplió. "La de ayer es la respuesta final del Gobierno amigo del tripartito", dijo Pujol. CiU interpreta la satisfacción de Zapatero y del PSOE por la sentencia como una muestra de tranquilidad tras "quitarle a Cataluña lo que nunca le quisieron dar".

ERC restó toda credibilidad al compromiso de estudiar fórmulas para recuperar aspectos recortados por el tribunal. Su líder, Joan Puigcercós, llamó a Montilla y a Mas a "no engañar" a los catalanes. "El Gobierno no hará leyes orgánicas. Pido que no se engañe a la gente. El Ejecutivo español, sea ahora del PSOE o mañana del PP, no querrá rehacer nada", recalcó.

La estrategia postsentencia de los republicanos se centra, más que en apoyar a su socio, José Montilla, en dejar claro que su opción es la independencia, y en recordar que se descolgaron del proceso estatutario ya cuando la norma fue retocada en las Cortes en 2006. Eso les costó la expulsión del Gobierno catalán, y ahora quieren recuperar a sus votantes desencantados jactándose de haber advertido desde el principio que el Estatuto estaba condenado al fracaso.

Montilla ha decidido hacer oídos sordos a las propuestas de sus socios de Gobierno, consciente de que ERC se enfrenta a una campaña más complicada aún si cabe que el PSC, puesto que las encuestas les auguran un importante retroceso.

El presidente de la Generalitat hace igualmente oídos sordos a las demandas de su otro socio, Iniciativa per Catalunya, que ayer, tras escuchar a Zapatero, pidió que se repitiera el referéndum por el que los catalanes sancionaron la norma. "El pueblo de Cataluña debe volver a tener voz y voto porque este Estatuto no es el que votaron los catalanes". Para Montilla la demanda de ICV es simple y llanamente ilegal.


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