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miércoles, 14 de julio de 2010

CiU eleva sus exigencias sobre el Estatuto para dividir a los socialistas

Convergència i Unió acude al debate de hoy con la intención de hacer un doble salto mortal y caer de pie. Por una parte quiere enviar a su electorado la idea de que sigue siendo una fuerza "responsable" tanto en lo tocante a la economía como en las cuestiones identitarias y que para nada quiere romper la frágil unidad de los partidos catalanes en torno al Estatuto. Pero a los nacionalistas, que tienen activada toda la maquinaria electoral, el cuerpo les pide hurgar en las diferencias que el recorte de la carta autonómica ha provocado entre PSC y PSOE y ayer ya se lanzaron a ello redoblando su presión sobre los socialistas catalanes y elevando el listón de sus exigencias.

El presidente de CiU, Artur Mas, quiere que el Parlamento catalán apruebe el viernes una resolución de defensa del Estatuto sin recortes en la que se incluya el lema de la manifestación del sábado: Somos una nación, nosotros decidimos. "¿Qué sentido tendría que la resolución dijera una cosa diferente a la que manifestaron los ciudadanos en la calle?", se preguntó el líder nacionalista.

Además, la pretensión de CiU es que lo que se apruebe en el Parlamento catalán se eleve luego al Congreso de los Diputados en toda su literalidad. O sea, pretenden que el Grupo Parlamentario Socialista, del que forman parte los 25 diputados del PSC, se encuentre encima de la mesa una moción con claras referencias al "derecho a decidir" que los soberanistas han convertido en eje central de su ideario.

Hasta ayer, los nacionalistas se conformaban con que llegara al Congreso de los Diputados una propuesta de resolución basada en la declaración que el presidente de la Generalitat, José Montilla, hizo tras conocer el pasado viernes el fallo del Constitucional sobre el Estatuto y que llamaba a rescatar la parte recortada por el alto tribunal.

Los socialistas catalanes no se han cerrado por ahora a dar cabida a las exigencias de CiU, pero mantienen que lo que de verdad unió a los catalanes en la manifestación del sábado no fue el lema con connotaciones soberanistas, sino la senyera que el presidente de la Generalitat, José Montilla, logró colocar en primera fila para abrir la marcha.

Pero los nacionalistas no solo elevan las exigencias de contenido. También lo pondrán complicado desde el punto de vista formal. Convergència i Unió quiere que el debate extraordinario que el viernes se celebrará en el Parlamento catalán para pactar una resolución sobre el Estatuto comience con una posición común del tripartito, algo que todos en Cataluña consideran imposible. Sobre todo porque los tres partidos que integran el Gobierno que preside José Montilla no tienen, ni de lejos, el mismo techo acerca de las aspiraciones nacionales de Cataluña.

Esquerra Republicana de Catalunya, sin ir más lejos, dijo ayer que no piensa votar una declaración "de mínimos" que se limite a dejar las cosas en Cataluña más o menos como están. "En la manifestación del sábado los ciudadanos nos dijeron que querían otra cosa", sostuvo la portavoz republicana en el Parlamento de Cataluña, Anna Simó.

El tripartito confirmó así que acudirá al debate con ánimo de llegar a acuerdos pero sin la propuesta conjunta que Convergència i Unió desearía ver. Ello dará alas a los nacionalistas de Artur Mas para incidir en las divisiones internas de la coalición de partidos que apoya a José Montilla en plena precampaña electoral catalana.


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