.

.

miércoles, 20 de enero de 2010

LA SOMBRA DEL PINOCHETISMO

Esto puede leerse en crónicas desde Santiago sobre la celebración de los partidarios de Piñera en la noche del domingo. Un analista describe que a esa hora pasó una caravana de vehículos frente a su domicilio gritando por megáfono: "¡Allende, se siente. Piñera presidente!", y comenta: "Sentí un olor a fascismo al paso de los automóviles".

Todo lo que signifique aminorar la gravedad de la derrota sufrida por los sectores democráticos y progresistas en Chile es totalmente contraproducente y no contribuye (al contrario) a tensar las fuerzas para las batallas que depara el futuro inmediato. En Chile, en primer lugar, corresponde a sus fuerzas democráticas y de izquierda conjuntar las energías latentes en el seno del pueblo para canalizarlas en los duros enfrentamientos que sobrevendrán, porque no hay que dejarse engañar por los cantos de sirena de Piñera. Y también para toda América Latina, porque la derecha va a procurar explotar este éxito en Chile en un intento de revertir el curso democrático avanzado y hacia la izquierda que ha impreso su sello en la nueva América Latina del siglo XXI. Tal es la magnitud del desafío. Frente a él, lo peor es la táctica del avestruz. Y eso vale para todas las fuerzas de izquierda: las que están en el gobierno, porque no tienen un cheque en blanco para el futuro y sus vínculos con el pueblo deben renovarse y fortalecerse día a día; y las que aspiran legítimamente a conquistarlo, para abrir una nueva perspectiva en sus países, acorde con los nuevos tiempos en el continente.

Más aún, porque los vínculos del nuevo gobierno encabezado por Piñera, que asumirá en marzo, con el pinochetismo, son mucho más estrechos de lo que aparecía a primera vista. Corresponde complementar lo que decíamos ayer al respecto. El mismo Piñera inició su recorrido en el mundo de los negocios bajo la dictadura de Pinochet, en 1976, apenas regresó de sus estudios de economía en Harvard. Su hermano mayor José, era ministro de Trabajo de la dictadura e integraba el clan de los Chicago Boys, fieles a la doctrina de Milton Friedman. Al fin de la dictadura, muchos de esos Chicago Boys reaparecieron a la cabeza de las empresas que ellos mismos habían privatizado. El primer éxito reconocido de Piñera fue la introducción en 1979 de las tarjetas de crédito en Chile, un mercado del cual detenta el 86% de las acciones. Invirtió en operativos inmobiliarios, farmacéuticos y en el sistema privado de la salud. Como se sabe, controla la mayoría del capital accionario de la empresa aérea LAN Chile, que atención fue privatizada por la dictadura militar, así como es dueño del club de fútbol Colo Colo y de la cadena de TV Chile Visión.

En este camino ha sido salpicado por varios escándalos financieros. Fue condenado en 2007 a pagar una multa de 670 mil dólares después de haber adquirido acciones de LAN Chile en la víspera de la publicación por parte de la compañía aérea de un alza de 31% en sus beneficios, lo que hizo subir en flecha el valor de sus acciones. Es lo que se llama tener información privilegiada, al estilo de alguna infidencia conocida por estas latitudes.

En julio de 2009 noticia fresquita una ex ministra de Justicia de la dictadura, Mónica Madariaga, confesó haber presionado a los jueces para que Sebastián Piñera no fuera enjuiciado por irregularidades financieras perpetradas en los años 80 por el Banco de Talca, del cual era gerente. Este fraude, por un monto de 240 millones de dólares, está en el origen de su fortuna, actualmente estimada en 1.200 millones de dólares.

En su campaña, Piñera hizo énfasis en el tema de la seguridad fue el aspecto más aplaudido en su discurso del domingo de noche y dio a entender que Chile podría retirarse de la Unasur, que engloba a todos los países sudamericanos.

En la misma noche del domingo, el presidente del PCCH y diputado electo Guillermo Teillier que estaba acompañado por el presidente de la Izquierda Cristian Manuel Jaques, el dirigente del Frente Amplio Esteban Silva y Martín Pascual de la Nueva Izquierda (todos sostenedores de la candidatura de Arrate) , dijo que la elección de Piñera era una mala noticia para Chile y para América Latina, que muchos de los sueños y esperanzas de los chilenos se verán comprometidos con su gobierno y que la coalición de izquierda va a constituir una fuerza de oposición para defender una serie de aspectos programáticos básicos, como veremos.

No hay comentarios: