Después de cinco días de evacuación, ya no quedan más turistas en la zona de riesgo cercana a Machu Picchu que está aislada por las inundaciones. Los uruguayos fueron trasladados de Aguas Calientes a Cusco y uno ya regresó al país.
"Tienen que irse todos pues este sitio es de alto riesgo", dijo Santiago Vizcarra, encargado de la seguridad turística en Machu Picchu, zona que sufre inundaciones y aludes de barro desde el pasado domingo. Con el aumento de las lluvias, la situación empeoró los últimos días y el sistema de evacuación siguió ganando en agilidad.
Las autoridades lograron evacuar ayer a todos los turistas que habían quedado aislados en la localidad peruana de Aguas Calientes. Cuando amaneció el día, quedaban en Machu Picchu unos 600 visitantes, en su mayoría los llamados "mochileros". A ellos se sumaban los casi cien turistas que estaban en el hotel Sanctuary Lodge, a la entrada de la ciudadela inca, y un grupo de unas 150 personas que no había regresado aún del Camino Inca.
Por quinto día consecutivo, helicópteros entraban y salían ayer del pueblo cercano a la famosa ciudadela de Machu Picchu, evacuando a turistas extranjeros aislados por la crecida del río Vilcanota debido a fuertes lluvias que dejaron poco más de 80.000 damnificados en la región andina de Cusco.
El ministro de Comercio Exterior y Turismo, Martín Pérez, dijo la mañana del viernes que desde las siete horas "ya fueron evacuadoas 300 personas, gracias a las buenas condiciones climáticas que hay en la zona".
Al finalizar la jornada se habían realizado unos siete viajes por hora.
El ministro reiteró a la radio limeña RPP que la demora en la evacuación se debió a malas condiciones climáticas, como lluvias y cielo nublado, que impidieron utilizar a tiempo completo los 11 helicópteros los primeros tres días de la operación.
Además, las autoridades se encontraron con que el número de evacuados superó los cálculos iniciales, pues varios extranjeros fueron llegando a Aguas Calientes después del domingo.
"En lo que va de la semana hemos podido evacuar a 2.545 turistas, que es una cifra superior a la que nosotros teníamos como conteo inicial, que calculamos 1.900", señaló el ministro Martín Pérez. Sólo el jueves, gracias al buen tiempo, las autoridades lograron completar 94 vuelos para el traslado de más de 1.400 turistas rumbo a Cusco.
GESTIONES. En la tarde de ayer finalizó la evacuación de los uruguayos que se encontraban en la región. Ocho salieron el jueves y una mujer el miércoles. Los demás, todos de entre 20 y 30 años, llegaron ayer a Cusco, donde fueron recibidos por un funcionario de la embajada uruguaya en Lima.
"Ayer estábamos felices de estar acá. Pero ahora necesitamos ayuda en esta segunda parte, porque no queremos hacer más y ya se ha declarado zona de emergencia en Cusco y en Bolivia", dijo a El País Verónica Bellon, desde Cusco. Ella fue evacuada el jueves de tarde y logró que la compañía de transporte con la que había reservado el pasaje se lo pospusiera, pero no está dispuesta a viajar por tierra porque teme quedar aislada nuevamente en algún punto de la carretera.
El gobierno uruguayo está gestionando la reprogramación de los pasajes aéreos y terrestres de quienes ya los tenían, para que puedan volver sin más complicaciones al país.
"Hablamos con los gerentes de LAN y de TACA en Uruguay para que tuvieran la máxima flexibilidad en los pasajes. Ya les dimos nombres de quiénes eran para que estuvieran al tanto y les permitieran reprogramar sus vuelos. Asimismo, como cabía la posibilidad de que algunos vuelos llegaran a Buenos Aires, hablamos con Juan Carlos López Mena y se puso a las órdenes para hacer los traslados hacia Montevideo a través de su empresa, Buquebus", dijo a El País el ministro interino de Turismo, Antonio Carámbula.
Asimismo, Uruguay dispuso que se le diera comida a los orientales que están en Perú. "Desde Cancillería informamos al embajador en Perú de que, en caso de ser necesario, le dieran a los ciudadanos alojamiento en Cusco y, al menos, dos comidas calientes", explicó Carámbula.
PÉRDIDAS. Una de las preocupaciones de las autoridades peruanas, además de la situación en que se encuentran miles de habitantes, es el impacto de este desastre natural en el turismo que recibe el país.
El ministro de Comercio Exterior y Turismo Martín Pérez dijo que las pérdidas en el sector turismo por el cierre de Machu Picchu "todavía no han sido calculadas".
"El impacto se ha producido sobre todo en la cancelación de las reservas a futuro que se tenían para Machu Picchu, aunque en realidad estamos en temporada baja", señaló.
La compañía Perú Rail, que cada día acerca a unas 1.000 personas a Machu Picchu, estimó en 60.000 dólares las pérdidas diarias por el bloqueo de la vía férrea, cuya reparación podría llevar dos meses.
SOLUCIONES A UN GRAN PROBLEMA
Según autoridades peruanas, el gobierno envió ayer una tonelada de alimentos y 400.000 dólares a Aguas Calientes para paliar el desabastecimiento y la falta de acceso al dinero, pues no funcionan los cajeros automáticos desde el fin de semana.
Argentina y Chile enviaron desde el jueves aviones militares a Cusco para llevar de retorno a sus ciudadanos.
Brasil envió un avión con 14 toneladas de alimentos y Estados Unidos colaboró con 6 helicópteros para la evacuación.
El Instituto Nacional de Defensa Civil señaló que las lluvias se cobraron al menos cinco muertes.
Además de la ciudad del Cusco, otras provincias afectadas son Anta, La Convención, Calca.
Aún están en riesgo de correr la misma mala suerte y sufrir el temporal otras nueve provincias peruanas.
Hubo 80 mil afectados por la lluvia y aludes en zona andina
CUSCO | El mal rato para los turistas que quedaron aislados en Aguas Calientes y Machu Picchu desde hace casi una semana ya se está terminando. Sin embargo, los principales afectados con las inusuales lluvias torrenciales son los pobladores de los distintos distritos de la región Cusco, quienes aún no reciben ayuda alguna del Estado.
El presidente regional, Hu-go Gonzales, informó que son unos 80.000 los afectados por las lluvias y más de 14 mil hectáreas de tierra las que fueron destruidas. Cerca de 23.440 damnificados lo perdieron todo y 37.375 afectados perdieron parte de sus cosas.
Gonzales refirió que las viviendas afectadas alcanzan las 4.800, de las cuales casi 3.000 están inhabitables. Hay 14 puentes caídos y muchas vías férreas afectadas. Los daños suman unos US$ 28 millones.
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