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domingo, 9 de agosto de 2009

Barcelona acogerá seis meses a dos activistas colombianos

Dos propagandistas de los derechos humanos en Colombia, Jhon Sajonero, de 24 años, dirigente estudiantil, y Óscar Duque, de 51, líder campesino, se encuentran desde esta semana refugiados en Barcelona. Ambos están amenazados de muerte por los grupos paramilitares de su país, que han anunciado que les perseguirán allá donde se encuentren. Sajonero y Duque se han convertido en los primeros beneficiados de un programa de protección a activistas de los derechos humanos amenazados en todo el mundo, que ha empezado a funcionar en Cataluña bajo los auspicios de la Oficina de Promoción por la Paz y los Derechos Humanos de la Generalitat, el Ayuntamiento de Barcelona, la Agencia Catalana para la Cooperación y la Comisión de Ayuda a los Refugiados.
"Estamos cansados, hace pocas horas que hemos llegado a Barcelona. Aún no nos hemos acomodado al cambio de horario. No conocemos la ciudad y tenemos que empezar a situarnos. Nos preocupan otros compañeros que se encuentran en el país en situación de inseguridad", dicen, sentados en torno a una mesa de la Comisión Catalana de Ayuda a los Refugiados (CEAR), convertida en su segunda casa, al menos durante los próximos seis meses.
Amenaza de muerte
Jhon Sajonero ha dejado atrás la Facultad de Filosofía de la universidad colombiana de Pamplona, donde desde hace tres años militaba en la Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios y en las juventudes del Partido Comunista. Su activismo al frente de una de las organizaciones más importantes del país le originó numerosas detenciones y amenazas de muertes del grupo paramilitar Águilas Negras, que ha anunciado ya su intención de perseguirlo hasta el final. Sajonero no es un caso aislado: cerca de 500 estudiantes de su organización están amenazados.
Óscar Duque se ha visto también obligado a dejar atrás su paisaje de campos de maíz y yute de la región de Valle Ríos Cimitarra, donde desde hace más de una década coordina una organización campesina que él mismo fundó. Fue detenido de manera arbitraria en 2007 junto con otros dirigentes campesinos y condenado a seis meses de cárcel por un "delito de rebelión". A la salida de prisión siguió amenazado por los mismos paramilitares que han matado en los últimos años a seis de sus compañeros de la Asociación Campesina. Duque está casado y es padre de nueve hijos, que han quedado en su país bajo la protección de la organización obrera.
"Éstos son nuestros dos primeros beneficiados del programa de protección. En Barcelona denunciarán las violaciones de los derechos humanos en su país para fortalecer su personalidad y hacerlos menos vulnerables cuando vuelvan a Colombia", apunta uno de los responsables del programa. Si funciona, Barcelona dará refugio en 2010 a otros cinco activistas amenazados.

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