Tras el revés sufrido por el fracaso del diálogo social contra la crisis y la ruptura de sus relaciones con la patronal CEOE, José Luis Rodríguez Zapatero no va a esperar más. El Gobierno tomará la iniciativa y llevará adelante las medidas sociales y sólo algunas de las económicas que han quedado sobre la mesa de diálogo entre la patronal y los sindicatos. De las medidas comprometidas en la negociación con la CEOE sólo acometerá las que considera beneficiosas para el interés general.
El presidente cree que la ruptura del diálogo social le va a beneficiar
El Gobierno aparcará la rebaja de cotización social pactada con la CEOE
El Ejecutivo quiere tramitar a la par los Presupuestos y la Ley de Economía
En septiembre se anunciará la subida de las pensiones más bajas
Así, el Consejo de Ministros del 13 de agosto aprobará como medida más urgente la ampliación de los subsidios para los parados que hayan agotado el desempleo y presentará el primer informe sobre la Ley de Economía Sostenible, en el que trabajan todos los ministerios, coordinados por el Gabinete de La Moncloa. Su pretensión es presentar propuestas para generar empleo y sentar las bases de un nuevo modelo económico alternativo al ladrillo.
A primeros de septiembre, Zapatero anunciará en Rodiezmo (León) la subida de las pensiones más bajas. Y dejará para la Ley de Presupuestos, que se aprobará en diciembre, las medidas de apoyo crediticio a las empresas. Quedará fuera la pretensión de la CEOE de rebajar las cotizaciones sociales. El Gobierno estaba dispuesto a reducirlas hasta el 1,5% para integrar a la CEOE en el pacto social. Tras salirse de él, ha decidido retirar ese compromiso.
Zapatero está convencido de que la patronal ha provocado la ruptura del diálogo con los sindicatos y el Gobierno, según fuentes de La Moncloa, que sostienen que la cúpula de los empresarios ha roto ahora, con la expectativa de poder retomar las negociaciones en otoño en un clima más favorable para sus propios intereses.
Otras fuentes del Gobierno sospechan que detrás del presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, está el PP. Las loas que Díaz Ferrán dirigió a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, en contraste con Zapatero, recogidas en un micrófono indiscreto hace algunas semanas serían una muestra de ello. "Con José María Cuevas, la negociación no se hubiera roto", señalan esas fuentes. Según esta tesis, Díaz Ferrán, en connivencia con el PP, habría jugado fuerte para evitar que Zapatero se presente al comienzo de curso con un acuerdo con sindicatos y empresarios que le daría estabilidad y le fortalecería políticamente.
Sean cuales sean las intenciones de la CEOE, lo que queda fuera de toda duda en La Moncloa es que la patronal jugó a la ruptura. Prueba de ello sería que el procedimiento de negociación ha sido "sorprendente". "La CEOE ha roto la norma de las negociaciones habituales en que las partes ponen primero sobre la mesa el programa máximo y luego lo van adaptando a la negociación y cierran acuerdos progresivamente. Ahora han presentado el programa máximo al final y ha reconsiderado acuerdos cerrados", aseguran fuentes gubernamentales.
La ruptura, según este punto de vista, se produjo cuando la patronal, en el tramo final de la negociación, introdujo la reforma laboral a sabiendas de que los sindicatos la iban a rechazar y que se había descartado desde su inicio. Propuso también que las medidas de apoyo a las empresas las aprobara el Gobierno en julio, y dejar para después del verano medidas sociales, como la ampliación de subsidios a los parados que agotan la cotización por desempleo. E introdujo nuevas rebajas fiscales y nuevas líneas de crédito.
La conclusión de Zapatero de estos dos meses de negociación es que así como la CEOE ha jugado a la ruptura, los sindicatos han apostado por el pacto. La Moncloa argumenta que los sindicatos asumieron posiciones de la patronal que les disgustaban como la rebaja de las cotizaciones sociales. Pero también es cierto que Zapatero apoyó la propuesta de los sindicatos de aparcar de la negociación la reforma del mercado laboral y limitó las propuestas de la CEOE de rebajar las cotizaciones sociales.
Alejado el riesgo de la conflictividad social por parte de los sindicatos, considerado una prioridad por el presidente, Zapatero está convencido de que la ruptura del diálogo social por la CEOE no le perjudicará políticamente. "El 80% de los españoles no quiere el despido libre ni que una rebaja de las cotizaciones ponga en riesgo la Seguridad Social. Eso es lo que planteaba la CEOE", señalan fuentes gubernamentales.
Zapatero capitalizará en las próximas semanas su descontento con la patronal. Acentuará su discurso social, el de la defensa de los trabajadores y desempleados en época de crisis, así como la de los ocho millones de pensionistas, presentando a Díaz Ferrán y los suyos como responsables de poner en riesgo la Seguridad Social y reducir las garantías de parados y trabajadores, con el despido libre. También tratará de enfrentar a la cúpula de la CEOE con el empresariado: lo anunció el viernes al señalar que la mayoría de los empresarios aceptaría el documento de pacto social presentado por el Gobierno. La Moncloa admite que tiene el déficit de no disponer de la ventaja de un pacto social, que genera confianza. Por ello, Zapatero volverá a intentarlo en otoño, una vez que se mitiguen las heridas con la patronal.
Aunque contaba con el pacto social para finales de julio, el Gobierno no dramatiza su ausencia. "Hace 15 días era vital porque debía ser la palanca del pacto político si éste no se hubiera producido. Pero tras el acuerdo de financiación autonómica las posibilidades de pacto político se han abierto al Gobierno con la izquierda catalana -ERC e ICV- que sumada a Coalición Canaria, BNG y UPN le da mayoría para aprobar los Presupuestos".
El Gobierno quiere introducir otro incentivo a su panorama parlamentario: la tramitación paralela a los Presupuestos de la Ley de Economía Sostenible, su alternativa al ladrillo, que tanto tiene que ver con que el paro en España sea muy superior a la media europea.
[El secretario general del sindicato UGT, Cándido Méndez, subrayó ayer a Efe que ve muy difícil volver a sentarse en la mesa de negociación con la CEOE].
El presidente cree que la ruptura del diálogo social le va a beneficiar
El Gobierno aparcará la rebaja de cotización social pactada con la CEOE
El Ejecutivo quiere tramitar a la par los Presupuestos y la Ley de Economía
En septiembre se anunciará la subida de las pensiones más bajas
Así, el Consejo de Ministros del 13 de agosto aprobará como medida más urgente la ampliación de los subsidios para los parados que hayan agotado el desempleo y presentará el primer informe sobre la Ley de Economía Sostenible, en el que trabajan todos los ministerios, coordinados por el Gabinete de La Moncloa. Su pretensión es presentar propuestas para generar empleo y sentar las bases de un nuevo modelo económico alternativo al ladrillo.
A primeros de septiembre, Zapatero anunciará en Rodiezmo (León) la subida de las pensiones más bajas. Y dejará para la Ley de Presupuestos, que se aprobará en diciembre, las medidas de apoyo crediticio a las empresas. Quedará fuera la pretensión de la CEOE de rebajar las cotizaciones sociales. El Gobierno estaba dispuesto a reducirlas hasta el 1,5% para integrar a la CEOE en el pacto social. Tras salirse de él, ha decidido retirar ese compromiso.
Zapatero está convencido de que la patronal ha provocado la ruptura del diálogo con los sindicatos y el Gobierno, según fuentes de La Moncloa, que sostienen que la cúpula de los empresarios ha roto ahora, con la expectativa de poder retomar las negociaciones en otoño en un clima más favorable para sus propios intereses.
Otras fuentes del Gobierno sospechan que detrás del presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, está el PP. Las loas que Díaz Ferrán dirigió a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, en contraste con Zapatero, recogidas en un micrófono indiscreto hace algunas semanas serían una muestra de ello. "Con José María Cuevas, la negociación no se hubiera roto", señalan esas fuentes. Según esta tesis, Díaz Ferrán, en connivencia con el PP, habría jugado fuerte para evitar que Zapatero se presente al comienzo de curso con un acuerdo con sindicatos y empresarios que le daría estabilidad y le fortalecería políticamente.
Sean cuales sean las intenciones de la CEOE, lo que queda fuera de toda duda en La Moncloa es que la patronal jugó a la ruptura. Prueba de ello sería que el procedimiento de negociación ha sido "sorprendente". "La CEOE ha roto la norma de las negociaciones habituales en que las partes ponen primero sobre la mesa el programa máximo y luego lo van adaptando a la negociación y cierran acuerdos progresivamente. Ahora han presentado el programa máximo al final y ha reconsiderado acuerdos cerrados", aseguran fuentes gubernamentales.
La ruptura, según este punto de vista, se produjo cuando la patronal, en el tramo final de la negociación, introdujo la reforma laboral a sabiendas de que los sindicatos la iban a rechazar y que se había descartado desde su inicio. Propuso también que las medidas de apoyo a las empresas las aprobara el Gobierno en julio, y dejar para después del verano medidas sociales, como la ampliación de subsidios a los parados que agotan la cotización por desempleo. E introdujo nuevas rebajas fiscales y nuevas líneas de crédito.
La conclusión de Zapatero de estos dos meses de negociación es que así como la CEOE ha jugado a la ruptura, los sindicatos han apostado por el pacto. La Moncloa argumenta que los sindicatos asumieron posiciones de la patronal que les disgustaban como la rebaja de las cotizaciones sociales. Pero también es cierto que Zapatero apoyó la propuesta de los sindicatos de aparcar de la negociación la reforma del mercado laboral y limitó las propuestas de la CEOE de rebajar las cotizaciones sociales.
Alejado el riesgo de la conflictividad social por parte de los sindicatos, considerado una prioridad por el presidente, Zapatero está convencido de que la ruptura del diálogo social por la CEOE no le perjudicará políticamente. "El 80% de los españoles no quiere el despido libre ni que una rebaja de las cotizaciones ponga en riesgo la Seguridad Social. Eso es lo que planteaba la CEOE", señalan fuentes gubernamentales.
Zapatero capitalizará en las próximas semanas su descontento con la patronal. Acentuará su discurso social, el de la defensa de los trabajadores y desempleados en época de crisis, así como la de los ocho millones de pensionistas, presentando a Díaz Ferrán y los suyos como responsables de poner en riesgo la Seguridad Social y reducir las garantías de parados y trabajadores, con el despido libre. También tratará de enfrentar a la cúpula de la CEOE con el empresariado: lo anunció el viernes al señalar que la mayoría de los empresarios aceptaría el documento de pacto social presentado por el Gobierno. La Moncloa admite que tiene el déficit de no disponer de la ventaja de un pacto social, que genera confianza. Por ello, Zapatero volverá a intentarlo en otoño, una vez que se mitiguen las heridas con la patronal.
Aunque contaba con el pacto social para finales de julio, el Gobierno no dramatiza su ausencia. "Hace 15 días era vital porque debía ser la palanca del pacto político si éste no se hubiera producido. Pero tras el acuerdo de financiación autonómica las posibilidades de pacto político se han abierto al Gobierno con la izquierda catalana -ERC e ICV- que sumada a Coalición Canaria, BNG y UPN le da mayoría para aprobar los Presupuestos".
El Gobierno quiere introducir otro incentivo a su panorama parlamentario: la tramitación paralela a los Presupuestos de la Ley de Economía Sostenible, su alternativa al ladrillo, que tanto tiene que ver con que el paro en España sea muy superior a la media europea.
[El secretario general del sindicato UGT, Cándido Méndez, subrayó ayer a Efe que ve muy difícil volver a sentarse en la mesa de negociación con la CEOE].
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