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domingo, 26 de julio de 2009

Princesa árabe pide asilo para que no la lapiden


Una princesa saudí que dio a luz en Gran Bretaña un hijo fruto de adulterio, recibió en secreto asilo en ese país después de argumentar ante la Justicia que de regresar a Riad se exponía a ser condenada a muerte mediante lapidación. Su caso es sólo uno de varios que son protagonizados por ciudadanas saudíes que acuden a la protección británica, pero que no salen normalmente a la luz pública, al no ser reconocidos por ninguno de los dos gobiernos. Los diplomáticos británicos creen que reconocerlo sería destacar la persecución de las mujeres en Arabia Saudita, lo que sería visto como una crítica abierta a la familia real, y podría desatar un conflicto entre ambas naciones.
Un caso más de asilo secreto en Reino Unido: una princesa saudí recibió la residencia permanente en el país europeo tras haber dado a luz un hijo producto de una relación adúltera y para evitar la lapidación, reveló el diario local "The Independent" recogido por la BBC.
Según informa el periódico, la joven princesa estaba casada con un miembro de la Casa Real saudí cuando mantuvo una relación extramarital con un inglés no musulmán en Londres.
Tras quedar embarazada e intentando que su anciano marido, quien es miembro de la familia real, no sospechara de su comportamiento, lo convenció para regresar a Londres, en donde dio a luz en secreto.
Tras el parto, la princesa, cuyo nombre no fue revelado, acudió a los tribunales y argumentó que tanto ella como su hijo se exponían a la pena de muerte por lapidación si regresaban a Riad, de acuerdo a la Sharia o ley islámica.
La mujer relató que también le preocupaba la posibilidad de un asesinato de honor a consecuencia de haber huido de Arabia Saudita, ya que tanto su familia como la familia de su esposo habían roto todo contacto con ella.
Después de estudiar el caso, el juez del Tribunal de Inmigración y Asilo decidió otorgarle un permiso de residencia permanente en el Reino Unido.
Por su parte, el presidente del Comité Selecto del Interior de la Cámara de los Comunes, Keith Vaz, manifestó que "es el tipo de persona a la que nuestras leyes deben proteger. Una mujer y la criatura que lleva en el vientre no deberían bajo circunstancia alguna ser devueltos a un país donde es muy posible que sufran daños", dijo Vaz, que se felicitó de la decisión del gobierno, pero pidió que se haga pública más información sobre esos casos relacionados con Arabia Saudí.
"Se trata de un país con un historial de derechos humanos muy discutible. Es importante saber cuántas personas (de ese Reino) han huido para no verse expuestas a semejantes tratos", agregó el diputado británico.
SIN COMENTARIOS. Al parecer, este es uno de los múltiples casos protagonizados por ciudadanas saudíes que llegan al Reino Unido. Sin embargo, no son salen a la luz pública, y no son reconocidos abiertamente por ninguno de los dos gobiernos.
"Los diplomáticos británicos creen que hacerlo sería en efecto destacar la persecución de las mujeres en Arabia Saudita, lo que sería visto como una crítica abierta a la familia real y llevaría a una publicidad embarazosa para ambos gobiernos", destacó el diario.
Fuentes del ministerio del Interior británico se negaron a comentar oficialmente el caso, lo mismo que el portavoz de la Embajada de Arabia Saudita en Londres.
Las relaciones entre Londres y Riad han estado sometidas a fuertes tensiones, sobre todo después de que los tribunales británicos investigaran el supuesto soborno de la empresa de armamento británica "BAE Systems" al príncipe Bandar bin-Sultán, quien fue durante muchos años embajador en Washington antes de ser nombrado jefe de la seguridad nacional del país árabe. El periódico destacó que este caso podría agravar las relaciones entre Reino Unido y Arabia Saudita.
Tuvo un hijo fruto de adulterio en el Reino Unido, motivo de pena de muerte en su país.
Azotes por pantalones
Pocos días atrás, otra noticia vinculada a la sharia o ley islámica llamó la atención en el mundo occidental. Un grupo de mujeres en la capital de Sudán fueron azotadas como castigo por estar usando pantalones en un restaurante, una vestimenta que las autoridades locales consideran "indecente" en base a su código legal. La noticia se difundió porque una de las detenidas era la conocida periodista local Lubna Ahmed al Husein, quien trabaja para la Misión de la ONU en ese país. La BBC de Londres se comunicó con ella, quien relató que aquellas mujeres que se habían declarado culpables de los cargos, en ese mismo momento habían sido castigadas con diez latigazos cada una. Aquellas que solicitaron hablar con sus abogados antes de tomar una decisión, entre las que se encontraba ella, están ahora a la espera de la sentencia, que puede llegar a ser de 40 latigazos.

El País Digital

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