Se cumple el quinto día de la huelga de basura, hoy fiesta de La Almudena en Madrid, y la ciudad está sembrada de desperdicios. Sin embargo, el Ayuntamiento de Madrid asegura que no hay motivos para decretar una alerta sanitaria. El hecho de que los paros se desarrollen en un mes frío como noviembre está favoreciendo, según el Consistorio, que no haya de momento riesgos para la salud.
El mensaje tranquilizador del Ayuntamiento contrasta con el malestar vecinal en algunas zonas de la ciudad donde los restos orgánicos desperdigados provocan náuseas a la gente que pasa por la calle. Los piquetes siguen desparramando restos por las calles y el Ayuntamiento reconoce que los servicios mínimos, del 40% en limpieza y el 25% en jardinería, sólo se cumplen al 60%.
Según el Ayuntamiento, el organismo Madrid Salud inspecciona a diario varias zonas de la ciudad y efectúa mediciones sin que se haya descubierto ninguna alerta que obligue a intervenir a las autoridades sanitarias.
Retirar la basura
En el caso de que la basura se acumule de forma extraordinaria, el Ayuntamiento si podría intervenir y retirar la basura en el caso de que no lo hagan las empresas concesionarias. De hecho, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, se reunió ayer con tres de las cuatro empresas concesionarias del servicio de limpieza de viaria y mantenimiento de jardines de la ciudad y les presionó para que cierren el conflicto laboral.
Las adjudicatarias del servicio de limpieza viaria aseguran que no pueden cumplir los servicios mínimos por la acción de los piquetes y los sindicatos contestan que no pueden salir por carecer de ropa de trabajo, según CCOO y CGT.
Un portavoz de la patronal señaló que todos los empleados de servicios mínimos acuden a su puesto de trabajo, pero que allí o bien«no les dejan» ejercer su trabajo los piquetes o tienen que hacerlo «escoltados» por la Policía.
El sindicato de UGT, mayoritario en el sector, cifró ayer entre el 97 % y 98 % el seguimiento de la cuarta jornada de huelga e indicó que las negociaciones con las empresas adjudicatarias del servicio no avanzan. La patronal ha planteado un ERE que acarrea el despido de 1.135 trabajadores y una reducción del sueldo del 40% para una plantilla de 6.000 barrenderos.
Anoche los comerciantes de la ciudad pidieron a los trabajadores en huelga que respeten la ciudad y no deterioren los ejes y las calles comerciales de Madrid.
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