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viernes, 18 de octubre de 2013

La economía china se acelera y crece un 7,8% en el tercer trimestre

La economía china da señales de renovada vitalidad. El producto interior bruto (PIB) ha aumentado un 7,8% en el periodo de julio a septiembre respecto al año anterior, lo que supone el mayor alza en todo el año tras los aumentos del 7,5% en el segundo trimestre y el 7,7% en el primero, según ha informado este viernes la Oficina Nacional de Estadísticas. La actividad se ha visto beneficiada por una mayor firmeza de las demandas exterior e interior, que han mejorado la producción industrial y las ventas minoristas.
“La economía nacional en su conjunto ha logrado un crecimiento constante y ha gozado de un buen impulso”, ha afirmado el departamento estadístico en un comunicado. “Los principales indicadores se han mantenido en un rango razonable, que favorece la promoción de la reestructuración económica y empuja hacia las reformas”.
Sheng Laiyuan, portavoz del organismo, ha asegurado que las autoridades dejarán al mercado jugar un papel mayor para resaltar el vigor intrínseco de la economía. El crecimiento del PIB en el conjunto de los nueves meses ha sido del 7,7%, hasta 38,68 billones de yuanes (4,64 billones de euros).
La cifra de crecimiento del PIB en el tercer trimestre es la mayor desde el 7,9% del último periodo de 2012 y presagia que China cumplirá su objetivo del 7,5% para el conjunto de 2013. El Gobierno suele fijar metas conservadoras, que supera año tras año. Este aumento es mucho mayor que el de las otras grandes economías del mundo, pero se tratará del peor comportamiento del país asiático en los últimos 23 años.
Otros datos hechos públicos hoy muestran que la producción industrial subió un 10,2% en septiembre -9,6% en los nueve meses-, mientras que las ventas minoristas –un indicador clave del consumo- lo hicieron un 13,3%. La inversión en activos fijos, que refleja el gasto gubernamental en infraestructuras, ha ascendido un 20,2% en los nueve meses, y la inversión inmobiliaria, un 19,7% en el mismo periodo.
A pesar de la aceleración en el tercer trimestre, las señales de recuperación no son sólidas. Han aparecido indicios de declive, como muestra la sorprendente caída de un 0,3% de las exportaciones en septiembre, cuando se esperaba un alza del 6%, y la demanda global continúa siendo frágil.
Algunos economistas aseguran que el salto que ha experimentado el PIB en el último trimestre se debe principalmente a los estímulos oficiales desde finales de junio, que han incluido mayor inversión en la red ferroviaria y otras obras públicas, reducciones de impuestos y una política monetaria más flexible. Las medidas fueron tomadas después de que la economía se ralentizara en los dos primeros trimestres del año tras haber cerrado 2012 con un alza del 7,7%, el peor valor desde 1999.
Los últimos datos económicos llegan en medio de los esfuerzos del Gobierno para reformar el modelo de desarrollo con objeto de hacerlo menos dependiente de las exportaciones y la inversión y ligarlo más al consumo y la demanda internos, aunque la economía crezca a menor ritmo.
Los analistas aseguran que Pekín dispone de escaso margen para flexibilizar más la política monetaria, debido a factores como la inflación y un exceso de liquidez en el mercado. Al mismo tiempo, consideran que el fuerte endeudamiento de los gobiernos locales y la ralentización del crecimiento de los ingresos fiscales ponen coto a nuevos incentivos fiscales.
Los líderes chinos han mostrado en las últimas semanas su confianza en el futuro económico de China. El presidente, Xi Jinping, ha afirmado este mes en la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico(APEC, en sus siglas en inglés) celebrada en Indonesia, que la ralentización es un resultado planeado, consecuencia de las propias iniciativas del Gobierno. “El ímpetu viene de la reforma, la regulación y la innovación”, ha dicho. Por su parte, el primer ministro, Li Keqiang, ha señalado: “Confiamos en cumplir los objetivos de desarrollo económico y social fijados para 2013”.

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