.

.

miércoles, 14 de agosto de 2013

La dieta mediterránea contra el ictus

Una variante de un gen fuertemente asociado con el desarrollo de la diabetes tipo 2 parece interactuar con un patrón de la dieta mediterránea para prevenir derrames cerebrales, según una nueva investigación publicada en la edición digital de la revista ‘Diabetes Care’. Esta nueva evidencia del efecto protector de la dieta mediterránea supone un avance importante para la nutrigenómica, que consiste en el estudio de los vínculos entre la nutrición y las funciones de los genes así como su impacto en la salud humana, concretamente en las enfermedades crónicas.
dietamediterraneaLos autores del estudio, expertos del el Centro Jean Mayer USDA de Investigación en Nutrición Humana en el Envejecimiento (USDA HNRCA, en sus siglas en inglés) de la Universidad de Tufts, en Somerville, Massachusetts, Estados Unidos, y del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER) sobre Fisiopatología de la Obesidad y Nutriciόn en España, analizaron si la genética contribuye a los beneficios cardiovasculares observados en el ensayo Prevención con la Dieta Mediterránea (PREDIMED).
El análisis aleatorizado y controlado incluyó a más de 7.000 hombres y mujeres asignados a una dieta mediterránea o una dieta controlada baja en grasa, a los que se analizó relación a la enfermedad cardiovascular, el accidente cerebrovascular y el ataque cardiaco durante casi cinco años. ”Podemos empezar a pensar seriamente en el desarrollo de pruebas genéticas para identificar a las personas que pueden reducir su riesgo de enfermedades crónicas, o incluso prevenirlo, haciendo cambios significativos a la forma de comer“, destaca el autor principal, José M. Ordovás, director del el Laboratorio de Nutrición y Genómica del USDA HNRCA en la Universidad Tufts.
Dirigido por Ordovás y la experta Dolores Corella, del CIBER de Fisiopatología de la Obesidad y Nutriciόn, los científicos se centraron en una variante en el factor de transcripción de genes TCF7L2, que se ha implicado en el metabolismo de la glucosa pero su relación con el riesgo de enfermedad cardiovascular ha sido incierto. Alrededor del 14 por ciento de los participantes en PREDIMED eran portadores de homocigotos, lo que significa que llevan dos copias de la variante genética y tenían un mayor riesgo de enfermedad.
“Seguir la dieta mediterránea reduce el número de accidentes cerebrovasculares en personas con dos copias de la variante”, resalta Ordovás, también profesor en la Escuela Friedman de Nutrición y Ciencias Políticas en Tufts, tras añadir que los alimentos que comieron los participantes en la investigación parecieron eliminar cualquier aumento de la susceptibilidad, poniéndolos en igualdad de condiciones con las personas con una o ninguna copia de la variante. Por contra, quienes siguieron una dieta baja en grasa tenían casi tres veces más de probabilidades de sufrir un derrame cerebral por los homocigotos que portaban.
“Una vez más, hemos visto que la dieta mediterránea parece compensar la influencia genética“, dijo Corella, quien también es científica de la Unidad de Epidemiología Genética y Molecular de la Universidad de Valencia. Esta investigadora concreta que si la adherencia a la dieta mediterránea era alta, las dos copias de la variante del gen no tuvieron una influencia significativa en los niveles de glucosa en ayunas, ni fueron altos los niveles de los tres principales factores de riesgo: el colesterol total en sangre, las lioproteínas de baja densidad y los triglicéridos

No hay comentarios: