Muchos alemanes comienzan a inquietarse. El gobierno federal abordó el pasado mes de enero el proyecto de repatriar el oro alemán custodiado por países aliados
desde tiempos de la Guerra Fría, cuando Alemania temía que cayese en
manos de la Unión Soviética. Ahora, perdido el temor al enemigo rojo
pero atravesando los tiempos revueltos de la crisis del euro y las
guerras de divisas, Berlín se enfrascó en el diseño de una operación de seguridad sin precedentes para traer de vuelta las 674 toneladas de oro por valor de 36.000 millones de dólares, almacenados en París y en Nueva York. En total, regresará a casa el 19% de las reservas alemanas de oro, que son las segundas más grandes después de las estadounidenses.
Pero no va a ser posible, al menos por ahora. Estados Unidos se niega a devolver el oro que Alemania puso a resguardo en la Reserva Federal estadounidense hasta 2010 y la noticia ha causado desconfianza en la prensa popular alemana, que se pregunta si el oro germano sigue realmente en su sitio o si Washington está haciendo tiempo para tratar de reponerlo.
Para colmo, la agencia de noticias rusa RT ha publicado que los representantes alemanes que han pedido visitar las cámaras acorazadas de la Reserva Federal, para tomar contacto físico con el oro y trabajar con más información en el proyecto de repatriación, se les ha denegado el acceso. La agencia añade la duda de que Alemania vuelva a ver otra vez su oro, subrayando que "en general, las instituciones financieras de EEUU son conocidas por vender lo que realmente no existe".
Fuentes financieras explican que detrás de la postergación del traslado no hay otra intención por parte de EEUU que mitigar la desconfianza que la repatriación inmediata de semejante cantidad de oro podría causar sobre el valor del dólar en el mercado de divisas, que quedaría disuelta, en cambio, si los mercados tienen años para asimilar la noticia.
El fundador y presidente de la Asociación Alemana de Metales Preciosos, Peter Boehringer, ha reconocido que esta negativa de EEUU es una mala señal. "Hemos presionado mucho al Bundesbank, le hemos enviado un montón de preguntas, así como a otras entidades. Tenemos que saber por qué no se está haciendo la auditoría apropiada, por qué no presionan al banco central de su socio, especialmente a la Reserva Federal, para que haga una auditoría adecuada. ¿Por qué no es posible repatriar ese oro? Así que hay un montón de razones y preguntas sin respuesta", advierte.
Boehringer subraya que actualmente vivimos una auténtica fiebre del oro y que la demanda es altísima. China e India probablemente consumirán juntas 2.300 toneladas de oro este año, lo que supone casi el 100% de la producción mundial, y sus bancos centrales proceden a comprar oro allí donde lo encuentren y a precios elevados. Alemania posee la segunda mayor reserva oficial de oro del mundo, unas 3.396 toneladas, de las que solo el 31% permanece actualmente en suelo alemán.
Pero no va a ser posible, al menos por ahora. Estados Unidos se niega a devolver el oro que Alemania puso a resguardo en la Reserva Federal estadounidense hasta 2010 y la noticia ha causado desconfianza en la prensa popular alemana, que se pregunta si el oro germano sigue realmente en su sitio o si Washington está haciendo tiempo para tratar de reponerlo.
Para colmo, la agencia de noticias rusa RT ha publicado que los representantes alemanes que han pedido visitar las cámaras acorazadas de la Reserva Federal, para tomar contacto físico con el oro y trabajar con más información en el proyecto de repatriación, se les ha denegado el acceso. La agencia añade la duda de que Alemania vuelva a ver otra vez su oro, subrayando que "en general, las instituciones financieras de EEUU son conocidas por vender lo que realmente no existe".
Fuentes financieras explican que detrás de la postergación del traslado no hay otra intención por parte de EEUU que mitigar la desconfianza que la repatriación inmediata de semejante cantidad de oro podría causar sobre el valor del dólar en el mercado de divisas, que quedaría disuelta, en cambio, si los mercados tienen años para asimilar la noticia.
El fundador y presidente de la Asociación Alemana de Metales Preciosos, Peter Boehringer, ha reconocido que esta negativa de EEUU es una mala señal. "Hemos presionado mucho al Bundesbank, le hemos enviado un montón de preguntas, así como a otras entidades. Tenemos que saber por qué no se está haciendo la auditoría apropiada, por qué no presionan al banco central de su socio, especialmente a la Reserva Federal, para que haga una auditoría adecuada. ¿Por qué no es posible repatriar ese oro? Así que hay un montón de razones y preguntas sin respuesta", advierte.
Boehringer subraya que actualmente vivimos una auténtica fiebre del oro y que la demanda es altísima. China e India probablemente consumirán juntas 2.300 toneladas de oro este año, lo que supone casi el 100% de la producción mundial, y sus bancos centrales proceden a comprar oro allí donde lo encuentren y a precios elevados. Alemania posee la segunda mayor reserva oficial de oro del mundo, unas 3.396 toneladas, de las que solo el 31% permanece actualmente en suelo alemán.
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