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Esta semana la UNESCO ha lanzado a Italia un mensaje claro a través de su director para asuntos italianos, Giovanni Puglisi:
se insta al gobierno a que en el plazo habido hasta el 31 de diciembre
ponga todas las medidas idóneas para que Pompeya y Herculano vuelvan a
ser lugares que ofrezcan seguridad desde el punto de vista de la
salvaguarda del patrimonio artístico. Las continuas huelgas del personal
encargado de la custodia de los sitios, la seguridad que no se respeta
casi nunca, la penuria que afecta a los fondos para su conservación…
han llevado a estos lugares a una situación de deterioro tan grande, la
última catástrofe fue el derrumbamiento del Cuartel de los Gladiadores,
ubicada en la calle principal de Pompeya, hace poco tiempo, que ha
hecho sonar todas las alarmas.
Hasta tal punto el deterioro es grave que
la UNESCO mandará el 1 de febrero de 2014 una comisión a Italia para
inspeccionar los lugares y si el asunto persiste el país puede ser
sancionado en el próximo Congreso de la UNESCO sobre patrimonio
histórico. El problema radica en que Italia todavía no ha puesto en
marcha el plan de manutención programada que acordó con la UNESCO en
marzo de 2012. Este plan contaba con la apertura de 39 nuevas
edificaciones para salvar Pompeya y Herculano. Hoy día solamente dos
están en curso.
Goteras debido a la cantidad de precipitaciones inusuales que han
tenido lugar en los últimos meses, el Cuartel de los Gladiadores, un
edificio del siglo II, se cayó en noviembre de 2010 y es el más
espectacular, desidia, abandono… la degradación afecta a una gran zona
de los sitios, uno de los espacios arqueológicos más importantes del
mundo. Andrea Carandini, antiguo presidente del Consejo
Superior de Bienes Culturales, se declaró consternado porque el plan de
reestructuración de los lugares está mal hecho y no se cumple debido a
las trabas burocráticas, la carencia de personal y el espíritu
corporativista de los sindicatos.
Pero lo cierto es que llueve sobre mojado
y Pompeya y Herculano es la parte visible, espectacular si se quiere de
un problema mucho mayor.La Biblioteca Breraen Milán,la Galería
Borgheseen Roma, Villa Adriana, en Tívoli… carecen de fondos públicos, y
el problema surge porque Italia es un país con un patrocinio artístico y
arqueológico inabarcable y constante fuente de ingresos turísticos. De
981 sitios declarados patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, 49 se
encuentran en Italia, siendo éste el país que más lugares de este tipo
concentra ya que hay que tener en cuenta que participan de esa lista más
de 160 países.
Pero los fondos destinados a salvaguardar este patrimonio han sido
reducidos en un 58% en los últimos cinco años. Un dato: el Ministerio de
Bienes Culturales tiene un presupuesto de 50 millones de euros y harían
falta 500 millones para mantener en buen estado los sitios de Pompeya y
Herculano. De ahí que haya iniciativas privadas como la exposición que
ha realizado Karl Lagerfeld con fotos suyas de las
fuentes romanas destinada a recaudar fondos para que empresas dedicadas
al lujo se impliquen en la restauración del patrimonio italiano. Tomasso Montanari,
que es un investigador que ha dedicado años al estudio de estos
lugares, dice que se trata de un suicidio nacional ya que el diferencial
entre lo que se dedica en Italia a Cultura y a Defensa está en una
relación de uno a veintiséis.
Pero la cuestión no pasa sólo por la falta de fondos. Hay otros
elementos, como la penuria en el personal que afecta a obreros, maestros
de obras e ingenieros que prácticamente se ocupan del 80 % del
territorio de esos lugares arqueológicos: hay que tener en cuenta, por
ejemplo, que Pompeya tiene la extensión de una pequeña ciudad, unas 66
hectáreas, por lo que muchos juzgan una extravagancia que estén asignado
tan poco personal.
Massimo Brey, Ministro de Bienes Culturales, está en
un brete pues tiene que justificar casi lo injustificable y alardea de
haber contratado a 23 funcionarios en 2012, entre los que se cuentan 14
arqueólogos, 8 arquitectos y un administrador. Pero aun y así la
penuria del personal es evidente. Muchos afirman, ni que decir tiene que
bajo anonimato, que los funcionarios prefieren hacer ellos un trabajo
que les sobrepasa a que entren empresas privadas procedentes del entorno
dela Mafia.
Pero el Ministro lo primero que tiene que hacer es cumplir con los
requisitos de la UNESCOe intenta que la empresa privada se comprometa
con la labor de reconstrucción. Un empresario, Pietro Salino,
se ha ofrecido a depositar 20 millones de euros como medida más
urgente. No sabemos a estas alturas si el Ministro se ha puesto en
contacto con él.
Todo esto, con ser espectacular porque se trata de dos lugares
legendarios de la arqueología europea, es sólo la parte visible y
publicitaria de un iceberg que parece no tener fondo. El patrimonio
europeo está amenazado por los recortes, pero Egipto, Siria, son lugares
donde el Patrimonio está siendo devastado por motivos distintos. Pasó
hace años en Irak, pero poca publicidad se hizo de ello. Al contrario
que en Pompeya.
Para colmo, el Hotel Lambert, situado en la Isla de San Luís, uno de
los más grandes palacios barrocos de Francia, se quemó hace tres días.
Los propietarios pertenecen a una familia catarí que había adquirido el
inmueble por sesenta millones de euros y el edificio estaba en obras.
Hace pocos meses esa familia quiso construir un aparcamiento subterráneo
en el palacio, pero se les denegó el permiso porque éste, al estar
protegido como perteneciente al patrimonio, es intocable. La cuestión
generó una gran polémica sobre la conservación del patrimonio en
Francia. En el caso del Hotel Lambert la discusión se ha resuelto por el
peor camino.
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