Cara a cara dos personajes que concitan rechazo ciudadano. Uno, asesino de una joven de 19 años
a la que descerrajó varios tiros en la cabeza; el otro, presunto autor
del peor de los crímenes: la muerte de sus dos hijos. El próximo día 4
de julio, Emilio Hellín Moro, de 65 años, el ultraderechista que en 1980
asesinó a la estudiante Yolanda González Martín, comparecerá como
perito en la Audiencia Provincial de Córdoba en el juicio contra José Bretón, acusado de asesinar y quemar a sus hijos en octubre de 2011.
¿Qué hace en el caso Ruth y José el exconvicto de Fuerza Nueva que
trabajaba hasta hace varios meses para el Ministerio del Interior?
Hellín es el perito propuesto por la acusación particular que representa
a Ruth Ortiz, la madre de los niños y exmujer del acusado. Explicará al
tribunal dónde estaba José Bretón el ocho de octubre de 2011 —la mañana
en la que desaparecieron los niños— y cuándo borró llamadas de su teléfono móvil
para destruir pruebas que le implicaran en el asesinato de sus hijos.
De las llamadas desde un móvil se puede determinar el posicionamiento
exacto de su usuario en el momento de llevarlas a cabo.
Emilio Hellín Moro fue condenado a 43 años de cárcel por el asesinato en Madrid de Yolanda González Martín, joven militante del Partido Socialista de los Trabajadores
(PST). Una investigación de EL PAÍS descubrió el pasado mes de febrero
que ha cambiado su nombre por el de Luis Enrique y que ha trabajado
durante años para el Ministerio del Interior, la Ertzaintza y los Mossos
d’Escuadra formando a sus hombres, impartiendo cursos oficiales y
participando en investigaciones judicializadas sobre terrorismo y
delincuencia.
María Reposo Carrero, abogada de la exmujer de Bretón, explica así
cómo contrató a Hellín: “Yo no tenía ni idea de quién era. Cuando me
enteré me quedé muy sorprendida. Me informaron otros compañeros de que
era el mejor y le encargué un trabajo técnico sobre el teléfono de José
Bretón. El volcado del teléfono, el posicionamiento de las llamadas, los
borrados de antes y después de los hechos. Es un mecanismo muy
complicado y me dijeron que para eso es el mejor. No me agrada, pero va a
comparecer solo por una cuestión técnica. Le he citado para una
cuestión meramente técnica”.
Según el informe de Hellín aportado a la causa, José Bretón eliminó
algunas llamadas de su móvil el día 10 de octubre. En la memoria del
aparato se aprecia, también, el borrado de otras comunicaciones el día
21 del mismo mes, cuando entregó su teléfono móvil a su hermano antes de
ingresar en prisión. La acusación particular considera de especial
relevancia demostrar que el acusado borró pruebas.
Hasta que este periódico destapó su nueva identidad y sus
actividades, Hellín Moro era uno de los principales asesores del
Servicio de Criminalística de la Guardia Civil en casos de terrorismo y
delincuencia organizada. “Cuando no podíamos llegar más lejos en la
recuperación de datos de ordenadores o teléfonos móviles pedíamos sus
servicios. Es muy bueno. Nos asesoraba en casos muy complicados”,
reconoce un oficial de la Guardia Civil.
El asesino de Yolanda González conoce bien los juzgados de distintas
ciudades españolas y la Audiencia Nacional en Madrid, donde ha
participado en numerosos peritajes. Su especialidad es el rastreo de
pruebas de teléfonos móviles, ordenadores y dispositivos digitales
empleados en actos terroristas, crímenes, homicidios, secuestros,
delitos económicos, financieros o informáticos, según consta en su
currículo y confirman fuentes oficiales y judiciales.
En Linkedin —web de contactos profesionales— se presentaba como Luis
Enrique Helling para disfrazar también su apellido. Y exponía sus
habilidades como experto en telecomunicaciones, teléfonos espía,
localización de llamadas, intervención de comunicaciones, recuperación
de SMS o móviles activadores de explosivos. Hellín borró su perfil de
Linkedin al día siguiente de que se descubriera su nueva identidad.
El exconvicto —permaneció preso 14 años con el paréntesis de una
espectacular fuga a Paraguay donde trabajó para el dictador Stroessner—
ha impartido cursos y talleres de formación en la Dirección General de la Guardia Civil
sobre “teléfonos espías”, obtención de evidencias en Mac, iPhone e iPod
e interpretación de datos binarios obtenidos de teléfonos móviles. El
último trabajo que exhibía en su currículo era precisamente el rastreo
de llamadas del caso Bretón. Ahora, está pendiente una investigación
sobre sus trabajos para las Fuerzas de Seguridad del Estado, tal como
prometió el Ministerio del Interior a la familia de Yolanda González.
No hay comentarios:
Publicar un comentario