Hay aficionados al aceite de oliva que las buscan y las exhiben. Y desde el año que viene se convertirán seguro en objeto de colección, porque las aceiteras,
esos recipientes que suelen ir emparejados con la correspondiente
vinagrera, ya no se verán en las barras de los bares ni en las mesas de
los restaurantes españoles.
La prohibición llega directamente de Bruselas porque es la Unión Europea
la que ha decidido erradicar el uso de estos pequeños contenedores de
aceite en lugares públicos. La retirada de las aceiteras de los
establecimientos públicos de hostelería forma pate de un paquete de medidas más amplio, dentro del plan de lucha contra el fraude en el aceite de oliva, un proyecto apoyado formalmente por España.
En el fondo, los motivos de la prohibición no son muy diferentes a
los que han hecho desaparecer las botellas de bebidas alcohólicas de
alta graduación rellenables, al margen de que algunos siempre busquen las vueltas a la normativa para seguir haciendo fraude y apuntarse al garrafón.
Las aceiteras son rellenables con cualquier tipo de aceite y el
consumidor no sabe qué está tomando. Ni siquiera si realmente es aceite
de oliva o, por ejemplo, de orujo, si no es un experto catador.
Sí se permitirán, sin embargo, los envases de aceite monodosis,
así como que se deguste el aceite desde botellas, también las de
pequeño tamaño, pero que sean irrellenables. En otros países, como
Portugal, ya se había descartado el uso de aceiteras en la hostelería
desde el año 2006 y en Italia, otro país de tradición aceitera, ya se
está aplicando esta retirada.
Otras medidas
Esta medida de las retiradas de las aceiteras habría sido analizada
por el propio Ministerio español de Agricultura hace dos años ante las
demandas del sector productor, aunque sin desarrollar ninguna normativa
en concreto. Sin embargo, este programa de lucha contra el fraude en el aceite llega unida a otra serie de medidas como el control del etiquetado en el envasado, de general buena acogida.
La Unión Europea va a poner en marcha un ambicioso Plan de Acción del
Olivar con numerosas y variadas iniciativas. Además de la retirada de
las aceiteras, una de las medidas más solicitadas por los productores
para preservar la buena calidad de los aceites de oliva y evitar engaños
ante el consumidor pasa por reforzar la investigación científica para
poder detectar "prácticas ilegales" muy complejas de detectar en la
actualidad.
Otra de sus demandas ante la Comisión Europea pasaría por prohibir la mezcla de aceites vegetales,
mientras no existan análisis con total rigor científico que determinen
con exactitud la cantidad de cada tipo de aceite mezclado.

Rechazo en la hostelería
La Federación de Cooperativas Agroalimentarias, incluyendo su sección
aceitera, se ha mostrado a favor de la medida y asegura que con ella se
evitará que los clientes confundan la calidad de algunos aceites con
otros de gama superior. Pero no en todo el sector hostelero ha caído bien esta prohibición.
La nueva normativa presenta un problema para las pequeñas cooperativas
aceiteras al gasto extra que les supondrá el envasado en esas monodosis
para seguir comercializando aceite en el canal Horeca (Hostelería y
Restauración), mientras que para las grandes marcas no les supondrá ninguna dificultad.
Desde el punto de vista de consumidor, habrá que
esperar a ver si esta propuesta encarece algún menú, aunque no parece
probable y menos en plena crisis y descenso de las comidas fuera de
casa. Si acaso, se perderá la costumbre de añadir aceite a la ensalada
al gusto, algo que tal vez disguste a los olivareros pero satisfaga a
los dietistas.
Jaén lo acepta
En una provincia tan significativa en la producción de aceite de
oliva como Jaén, ya se ha pronunciado el presidente de la Asociación
provincial de Bares, Cafeterías y Restaurantes, Gabriel Archilla,
valorando muy positivamente la resolución de la Unión Europea. Considera
que Jaén debe ser un ejemplo para los demás y ser los primeros en dar un paso al frente.
Archilla ya anunció que la Asociación planteará a la Diputación de
Jaén la creación de una comisión en que estén representadas todas las
partes, empresarios, administración, consumidores y fabricantes, para
anticiparse a los acontecimientos y ser los primeros en 'desterrar' las aceiteras rellenables.
"Hay que buscar soluciones asumibles desde el punto de vista económico, pero también se puede plantear una acción promocional
que sitúe a Jaén como punta de lanza", añade el presidente de los
hosteleros jienenses. "Ahora mismo, en el caso de Jaén, lo normal es que
los negocios se aprovisionen directamente en cooperativas y almazaras".
El sector hostelero y el aceitero parece ser que se están preparando y asumen la decisión europea. A partir de enero de 2014 la vinagrera se quedará sola.
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