La Sección VI de la Audiencia Provincial de Las Palmas hará pública
este viernes la sentencia del 'caso Kárate', que investiga una supuesta trama de abusos sexuales continuados, corrupción de menores y posesión ilícita de armas, un caso que cuenta con 150 testigos, 38 víctimas y a Fernando Torres Baena como principal acusado.
De esta manera, la lectura pública de la sentencia tendrá lugar este 15 de marzo a las 10.00 horas en la Sala del Jurado de la Audiencia Provincial de Las Palmas.
El juicio del 'caso Kárate' se inició el 3 de mayo de 2012 y se
prolongó hasta el pasado mes de diciembre. Durante este tiempo,
numerosos testigos aseguraron haber sufrido abusos sexuales siendo
menores de edad por parte de los acusados.
Con todo, la Fiscalía solicita un total de 303 años de prisión para Fernando Torres Baena,
154 para María José González, 146 para Ivonne González y 18 para Juan
Luis Benítez, mientras que las defensas piden la libre absolución de los
acusados.
Durante la primera jornada del juicio, los cuatro acusados negaron
haber abusado sobre los que por entonces fueron sus alumnos en una
escuela de artes marciales de Torres Baena en Las Palmas de Gran Canaria
y en el chalet que éste tenía en Vargas.
Al menos 40 víctimas de abusos
Aquí, el principal acusado del caso, que negó haber mantenido
relaciones sexuales con los casi 40 testigos sobre los que se le
cuestionó durante el juicio, afirmó que, tras estudiar el sumario, "no
tiene ni pies ni cabeza".
Aseguró asimismo que se enteró de las acusaciones de haber mantenido
relaciones sexuales con sus alumnos cuando le interrogó el juez. "Yo me entero de las relaciones sexuales cuando leo el sumario y me interroga el juez", dijo en el transcurso del juicio.
También indicó que nunca ha incitado a nadie a tener relaciones
sexuales y vio injustas las acusaciones en su contra. "Desde el primer
momento -declaró en la sesión del pasado 17 de mayo- he dicho que en mi
vida he animado ni incitado a nadie a tener relaciones sexuales. Nunca
lo he hecho y es injusto lo que se dice de mí".
La Fiscalía pide para Torres Baena un total de 303 años de cárcel por 36 delitos de abuso sexual y 13 de corrupción de menores.
Una 'secta' en el gimnasio
Mientras, el profesor de la primera denunciante en el 'caso Kárate'
comentó que su alumna le confesó lo que ocurría y le dijo que el
gimnasio de Torres Baena era una "especie de secta". En este sentido, el
caso comenzó en 2010 a raíz de las palabras de la joven, que le relató a
su profesor los supuestos abusos sexuales que tenían lugar en el
gimnasio de artes marciales en la capital de la isla y en el chalet que
de la zona de Vargas.
Las palabras de la chica llevaron a una investigación policial que
conllevó la detención del propio Torres Baena; su mujer, María José
González; y los monitores Ivonne González y Juan Luis Benítez.
Tras un parón en el juicio por las fechas veraniegas, el pasado 13 de
septiembre, el juez de la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de
Las Palmas, Emilio Moya, informó de que la sala había decidido adoptar
la puesta en libertad provisional de la tercera acusada del caso, Ivonne
González, en prisión provisional desde 2010.
Por su parte, el juicio continuó con el relato de numerosos testigos y supuestas víctimas. En el caso de estos último, muchos de ellos coincidían en contar relatos similares.
Así, las testigo 58 señaló que perdido la virginidad con Fernando
Torres Baena cuando tenía 13 años; mientras, la testigo 71 dijo que el
principal acusado comentó que si se descubría su "filosofía de vida" y
lo que ocurría en el gimnasio y el chalet de Vargas, se iría a África y
montaría allí "todo igual".
Por el contrario, la ex mujer de Torres Baena lo ha definido como una
persona con un poder seductor "increíble" y "muy inteligente". Aseguró
que "todos se enamoraban de él", afirmando que "nunca" vio que se
forzara "a nadie para que se acostaran con él".
Los 'elegidos'
En la sesión del 22 de octubre, los testigos 65, 66 y 67, inspector
jefe y miembros del Servicio de Atención a las Familias (SAF) de la
Policía Judicial, respectivamente, afirmaron que se podía apreciar un
patrón físico de belleza en el grupo de los 'elegidos' [aquellos alumnos
que acudían al chalet de Vargas y gozaban de ciertos privilegios por
parte de los imputados].
De esta manera, el inspector jefe del SAF explicó que los jóvenes
compartían ciertas características físicas y que destacaban por su
belleza, agregando que en el caso de las chicas, solían ser delgadas y
no muy desarrolladas. En el mismo sentido se manifestó la testigo 67,
quien apuntó que en el grupo de los 'elegidos' todos eran muy parecidos y
que no había ninguno que se pudiera considerar feo.
Los tres miembros de este servicio expusieron que durante las
declaraciones de las supuestas víctimas notaron un cierto temor o miedo
generalizado al principal imputado, Fernando Torres Baena, y a su
reacción por las declaraciones. "Era constante el miedo generalizado a
Torres Baena", dijo el inspector jefe.
Aquí, la testigo 66, inspectora del SAF, señaló que la mayoría de ellos tenían "temor, odio y miedo" a posibles represalias.
Finalmente, en la última jornada del juicio oral -4 de diciembre- los
peritos de la acusación, psicólogos y expertos en casos de abusos
sexuales, Vicente Garrido y Lorena Morales, manifestaron que Torres
Baena era el "agresor perfecto".
Garrido explicó que "es muy difícil encontrar unos relatos más
verídicos" por parte de las declaraciones de los testigos y describió al
principal acusado como "alguien con prestigio, figura deportiva y moral
de un pueblo" que, resaltó, contaba con la confianza de los padres de
los niños que acudían a su gimnasio.
"Se creía superior y era extraordinaria la paciencia que ponía en
conseguir la sumisión de los niños. Se tomaba la seducción como algo
personal y la insistencia que ponía implicaba hasta qué punto estaba
comprometido con su misión corruptiva", relató para matizar, al igual
que Morales, que Torres Baena ejercía el rol de padre, amante y maestro
karateca en toda la presunta trama.
Asimismo, Garrido señaló que el objetivo de la supuesta trama de
corrupción de menores era tener influencia sobre las presuntas víctimas
para que tuvieran al principal acusado como "referente del amor". Agregó
que Torres Baena era el "padre espiritual" y que se basaba en la idea
de que la "auténtica familia" del menor eran los que formaban parte del
gimnasio y el chalet de Vargas y no la familia biológica.
También apuntó que existía un fenómeno de manipulación y que en aquel entorno "el grupo lo era todo", por lo que si el menor no participaba era un "excluido".
Finalmente, con este testimonio concluyó la prueba pericial y todas las
partes elevaron a definitivas sus conclusiones. A partir de ese
momento, han pasado tres meses en los que los jueces han deliberado
sobre el resultado de la sentencia, que se hará pública este viernes.
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