La derecha venezolana no se cansa de buscar la forma de destruir la revolución bolivariana que lidera Hugo Chávez Frías. Han tratado con el golpe de estado, con el paro petrolero, con la enfermedad del presidente, con el boicot, con las conspiraciones, con las especulaciones, las campañas mediáticas y más de una decena de veces en los colegios electorales. No pueden con el Comandante Chávez y su revolución y se llenan de frustraciones , de odios y de sed de venganza.
Afirman que en Venezuela no hay
democracia, pero acuden a todas las elecciones con la esperanza de ganar
el poder político; que hay una dictadura y sin embargo no se cansan de
convocar a sus partidarios a protestar en las calles; que no existe la
libertad de prensa y se pasan la vida en campañas difamatorias en contra
del gobierno, sin que nada les pase.
Cuando el famoso golpe de
estado, en donde impusieron al no menos famoso "Pedro el breve", en
menos de 24 horas echaron abajo todas las leyes populares que hasta ese
momento existían, para ahora, en la campaña electoral que recientemente
se llevó a cabo, el candidato de esa derecha casi proclamarse
revolucionario en su intento fallido de atraer las masas. Hablaba de
mantener las Misiones que la revolución ha llevado a cabo, como si los
venezolanos hubiesen padecido de inmensa y terrible amnesia. Ese mismo
candidato derechista fue uno de los que salió a la calle el día del
golpe para perseguir despiadadamente a los seguidores de Chávez,
asaltando embajadas de países extranjeros amigos de la revolución
bolivariana.
Cuando el paro petrolero, no tuvieron ningún
reparo en llevar al país a un abismo económico, les importó tres bledos
poner en peligro a la primera industria de la nación, demostrando, hasta
la saciedad, que el odio al pueblo venezolano era más intenso que el
amor a la patria.
Como no han podido ganarle al comandante
Chávez y su revolución, ahora apuestan a la penosa enfermedad que desde
hace más de un año padece el presidente. Desde el día que se anunci ó
que Hugo Chávez padecía de cáncer, la derecha se empezó a afilar los
dientes. Inmediatamente, empezaron una campaña nacional e internacional
diciendo que el presidente no iba a durar ni tres meses, que estaba en
su fase terminal, que había muerto y que estaban ocultando la noticia,
etc., etc. Buscaron expertos en inteligencia y médicos de tercera
categoría para propagar sus mentiras.
Estaban convencidos que,
estando Chávez fuera de la ecuación, ellos ganarían la presidencia
fácilmente, pero eran tan idiotas, que se creyeron su propia propaganda y
se tuvieron que enfrentar con la realidad de que el Comandante estaba
lo suficientemente bien como para llevar adelante una campaña electoral,
la cual culminó a principio de octubre, con una contundente victoria
para los seguidores del presidente. Volvieron a perder en las urnas y
volvieron con la campañita de que había habido trampa.
Es una
derecha que no se resigna a aceptar la idea de que hace años perdieron
el poder, no aceptan la idea de que, por fin, llegó a Venezuela un
gobierno que se ocupa de los pobres, de los desposeídos, un gobierno que
ha mandado a todos los rincones del país a miles de médicos a curar
enfermos, miles de maestros a enseñar a los olvidados de siempre, a
cientos de entrenadores deportivos para que esos, los que no tenían
acceso al deporte, lo puedan practicar.
Es una derecha que tuvo
el poder por décadas y que solo se preocupó por arrasar con el erario
público, que llen ó de villas miseria a todas las ciudades del país, que
importaba agua de Escocia para ligarla con el whiskey que bebían, que
mandaba a sus hijos a estudiar en las mejores universidades del mundo
sin importarle enseñar a leer a la mitad de la población.
Esa
derecha es la que ahora quiere acusar al gobierno de violar la
constitución por no aceptar que el presidente tiene que jurar en una
fecha determinada, como si esa fecha estuviera escrita en piedra, y vale
recordar que es la constitución contra la cual ellos votaron. Chávez no
tiene que entregar la banda presidencial a otro candidato, él ganó la
presidencia siendo presidente.
Se han aferrado ahora a una
fecha y mi pregunta es la siguiente. ¿Qué hubiera pasado si el día antes
de la fecha determinada para su toma de posesión el presidente no
hubiera estado enfermo, y estando completamente sano hubiera tenido que
ser operado de urgencia de apendicitis?
Pobre derecha
venezolana, lo mejor que hace es seguir comiendo arepa en el restaurant
El Arepazo de Miami, ese es su mejor hábitat.
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