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domingo, 11 de noviembre de 2012

El PP atrapa al PSC mientras CiU sigue cerca de la mayoría absoluta

 La campaña electoral será esta vez más decisiva que nunca. El último sondeo de Feedback para La Vanguardia, realizado entre los días 6 y 9 de noviembre, dibuja un panorama más abierto de lo que da a entender la nítida ventaja de CiU sobre el resto de fuerzas políticas. Para empezar, la propia magnitud de la mayoría nacionalista esta sujeta al comportamiento de los indecisos, que suponen en torno al 16% del censo y alcanzan a casi un 20% de sus antiguos votantes. De ahí que la coalición nacionalista se mueva en una horquilla de hasta 66 escaños, a apenas dos de una mayoría absoluta que por ahora se le resiste a Artur Mas.
Paralelamente, el desenlace está más abierto que nunca en torno a la segunda plaza, aunque con una novedad muy relevante: por primera vez, el PP ha alcanzado al PSC en intención de voto, hasta el punto de que los populares aventajan incluso en casi tres décimas a los socialistas. Como consecuencia de ello, ambas fuerzas exhiben una horquilla de hasta 18 escaños, aunque los populares parecen tener asegurados al menos 17, mientras que los socialistas podrían quedarse en 16; es decir, 12 escaños menos que ahora y una caída superior a seis puntos con respecto a su ya pésimo resultado del 2010. Eso sí, el eventual sorpasso del PP sería exclusivo mérito del desplome socialista, ya que los populares pierden incluso una décima con relación a su resultado de hace dos años.
La segunda plaza tiene, sin embargo, más pretendientes, ya que Esquerra registra un abanico de posibilidades que alcanza a los 17 diputados, aun cuando en número de votos se quede claramente por debajo de socialistas y populares. Este aparente contrasentido se explica porque ERC tiene su electorado más repartido territorialmente que PP y PSC, que lo concentran sobre todo en la provincia de Barcelona. En cualquier caso, los republicanos podrían limitar su cosecha a 15 diputados, cinco más que ahora, con un avance en cuota de voto de casi cuatro puntos. El ascenso de ERC se explica en buena parte por el apoyo de los nuevos votantes y de antiguos electores socialistas, junto a un pequeño contingente precedente de Solidaritat.
Por su parte, ICV-EUiA parece consolidar su progresión, aunque en una cuantía que oscila entre dos y tres escaños, hasta aspirar a un total de 13 diputados. En porcentaje de voto, los ecosocialistas sumarían casi tres puntos a su cómputo del 2010. Ahora bien, la fuerza política que en términos relativos experimenta un ascenso más espectacular es la formación anticatalanista Ciutadans, que duplicaría holgadamente su porcentaje electoral de hace dos años y obtendría hasta cinco escaños más, lo que supondría un total de ocho. El avance de C's parece alimentarse de las fugas de todas las demás formaciones -incluida CiU y en menor grado el PSC-, pero su principal nutriente son los antiguos votantes del PP. En cualquier caso, en el nuevo Parlament el bloque soberanista (CiU, ERC e ICV) superaría la mayoría de dos tercios que exige cualquier reforma estatutaria.
El pronóstico del sondeo de Feedback incluye la pérdida de representación de Solidaritat Independentista, cuyos antiguos votantes desertan en favor de CiU y de las CUP. Estas últimas, pese a su ligero avance, aún no obtienen un respaldo suficiente para entrar en el reparto de escaños.
La preeminencia del proceso soberanista en el debate electoral no se corresponde, sin embargo, con las motivaciones que expresan los electores a la hora de decidir el sentido de su voto. Así, más del 62% asegura que el tema que más tendrá en cuenta será la situación económica y la salida de la crisis, mientras que un grupo mucho menor, el 27,4%, decidirá su voto con el objetivo de que Catalunya inicie un proceso para independizarse de España. Finalmente, otro 6% aspira con su papeleta a cambiar la relación entre Catalunya y el resto del Estado y, atención, únicamente un 2,3% de los consultados emitirá su voto con el objetivo de evitar que Catalunya se separe de España.
Finalmente, las dificultades de CiU para amarrar la mayoría absoluta podrían explicarse en gran parte por la instintiva aversión que ese desenlace provoca en buena parte de los votantes. Casi un 56% de los electores juzga negativo que el próximo Govern disponga de mayoría absoluta en la Cámara catalana e incluso un 35% de los propios votantes de CiU recelan de esa posibilidad.
Paralelamente, la imagen de Artur Mas como motor electoral de CiU ha sufrido un cierto estancamiento en las últimas semanas. Si a mediados de octubre, casi el 40% confesaba que su opinión sobre el president había mejorado, ahora menos del 31% tiene una percepción más positiva de él y casi un 28% la tiene más negativa. Y aunque Mas sigue siendo uno de los dos únicos líderes políticos que obtiene el aprobado de la ciudadanía, su nota es cada vez más corta: un 5,02. Eso sí, su estrategia gradualista para dotar a Catalunya de estructuras de Estado sigue recibiendo el apoyo de más del 55% de los consultados.

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