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domingo, 11 de noviembre de 2012

Bicefalia con alcaldesa en Madrid

La gestión de la tragedia del Madrid Arena ha causado preocupación en el PP nacional y ha puesto el foco en la alcaldesa de la capital. La irrupción en escena de la ex presidenta de la Comunidad y lideresa del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, ha levantado sospechas en la sede de la Alcaldía. Ana Botella y su equipo se han sentido acorralados estos días en el Palacio de Cibeles.
La alcaldesa no entiende muy bien las críticas de falta de sensibilidad que se le han hecho por haber viajado a un hotel de lujo de Portugal horas después del suceso que causó a muerte a cuatro jóvenes madrileñas en un concierto. En su entorno aclaran que se trataba de una celebración familiar, pero ella no ha querido explicarlo públicamente y tampoco cree haber hecho nada malo. Muchos analistas se han preguntado esta semana si Ana Botella carece de asesores que le adviertan de que hay cosas que no se pueden hacer. La respuesta es que sí tiene asesores capaces, aunque ninguno de ellos se metería nunca en su vida privada. Sería peligroso.
Su condición de alcaldesa no le ha hecho cambiar los hábitos familiares. Ana Botella sabe que había mucha gente esperando que tuviera un patinazo para cuestionar su gestión al frente de la Alcaldía. Gente que no está precisamente muy lejana al PP de Madrid. Seguramente a ella le gustaría ser considerada como cualquier otro político, al margen de su condición de esposa de José María Aznar, pero lo tiene difícil y se está dando cuenta.
No se puede analizar lo ocurrido sin tener en cuenta que el PP de Madrid, ahora mismo, es un lío. Demasiadas personalidades para una sola organización. Esperanza Aguirre, Ignacio González, Ana Botella y la rutilante delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes, componen un cóctel que puede resultar explosivo.
El día que presentó su renuncia como presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre dijo que dejaría también la Presidencia del PP de Madrid. Pero no lo ha hecho y en la última semana ha salido a la palestra para criticar al Gobierno de Rajoy por no aceptar el euro por receta aprobado por su delfín y para pedir responsabilidades por el Madrid Arena.
Nadie sabe si es que su trabajo en el Ministerio de Industria y Turismo es poca cosa para su capacidad de trabajo, que es mucha, o si se está arrepintiendo de la decisión de retirarse. Aguirre ha aclarado que antes no le gustaban las bicefalias, pero que ha cambiado de opinión y ahora está a gusto compartiendo la cabeza del PP de Madrid con Ignacio González como presidente de la Comunidad. La sucesión de Esperanza Aguirre amenaza con convertirse en otro dolor de cabeza para el PP de Mariano Rajoy.

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