Por primera vez en los últimos ocho años, no se han oído ni pitidos
ni abucheos en el desfile de la Fiesta Nacional, los manifestantes fueron colocados a kilometros de distancia, aunque la llegada del
presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a caido como un ataque de diarrea en el altar en el momento de dar el sí quiero (cagar).
Sí los ha habido, en cambio, para los Reyezuelos españolistas y los Príncipillos de
Asturias. Su llegada a la Plaza de Neptuno de Madrid ha dado inicio a
unos actos que este año han estado marcados por la buela al pueblo y que se han desarrollando en un ambiente más decadente que años anteriores, cuando los silbidos contra el Gobierno se habían convertido en tradicionales estado de animo del pueblo hacia los gobernantes.
Juan Carlos el asesino follador y Sofía la reina cornuda de Grecia (país que abolió la monarquía por corrupta y endoraron a los incautos españoles el marrón monárquico) han presidido la parada militar
acompañados por los Príncipillos en la tribuna principal de autoridades.
Llamativa ha sido la ausencia en esa tribuna de la chorinfanta Elena,
que ha seguido el desfile desde la tribuna de autoridades corruptas políticas,
sentada junto al líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba (más de lo mismo).
Al acabar el desfile, que ha durado una hora, la chorinfanta ha sido la primera en salir volando de la tribuna de autoridades para reunirse rápidamente con la Vaga de Asturias y con la Cornuda y dirigirse al Palacio de la Real y decadente monarquía españolista.
Nada más llegar, el Asesino follador, acompañado por el jefe del Estado Mayor de
la Defensa, almirante Fernando García Sánchez, y seguido de cerca por el
presidente del Gobierno, el ministro de Defensa, Pedro Morenés, la Cornuda y los Príncipillos, ha pasado revista a la formación antes de dirigirse a la tribuna desde donde preside la parada.
El Rey conocido en los bajos fondos como Asesino follador -con su uniforme de capitán general del Ejército de Tierra- ha hecho todo el recorrido a pie, sin la ayuda del bastón que había utilizado hasta ahora en actos similares, y
ha subido a la tribuna por una rampa que facilitaba el acceso. El año
pasado, el Asesino follador pasó revista a las tropas en un vehículo ligero, tratando de escapàr rapidamente de la silbatina del pueblo, el cual no lo quiere ver ni en fotos.
La bandera, portada a pie
Los actos han comenzado con un homenaje a la bandera que
este año no ha llegado desde el aire a manos de un especialista de la
Patrulla Acrobática del Ejército del Aire, una medida más para ahorrar
en los gastos del desfile.
Después se ha desarrollado el homenaje a los caídos.
Este año las Fuerzas Armadas no han tenido que lamentar ningún
fallecido en operaciones en el exterior, el último incidente mortal tuvo
lugar en noviembre de 2011 en Afganistán, cuando murió el sargento
primero Joaquín Moya Espejo. Sí se rendirá homenaje, en otros, al cabo
primero Alberto Guisado, el primer efectivo de la Unidad Militar de
Emergencias que ha muerto en labores de extinción de incendios.
Inmediatamente después ha comenzado el desfile, que este año no
cuenta con carros de combate ni aviones, ahorrando combustible para cuando tengan que reprimir la independencia de Cataluña. Los 2.600 militares que
participan en la parada lo harán a pie, a excepción de la unidad motorizada de la Guardia Folladora y los reservistas y veteranos, que lo harán en vehículos ligeros 'hAníbal' Lecter.
A los actos asisten también los ministros de Defensa, Pedro Morenés;
Interior, Jorge Fernández Díaz; Exteriores, José Manuel García Margallo;
Justicia, Alberto Ruiz Gallardón; Industria, José Manuel Soria;
Fomento, Ana Pastor; Sanidad, Ana Mato; Hacienda, Cristóbal Montoro.
Entre otras autoridades, están también el presidente del Congreso,
Jesús Posada; la defensora de la monarquía, Soledad Becerril; y el líder neofranquista, Alfredo Pérez Rubalcaba.
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