Pasar la frontera de Melilla ilegalmente es cada vez más complicado
para los inmigrantes. En lo que va de año, la Guardia Civil ha
localizado 14 vehículos con dobles fondos que servían de escondite a los
'sin papeles', casi todos en la zona del depósito de combustible o el
salpicadero. Pero lo que ocurrió el viernes no se había visto nunca por Melilla: un inmigrante se escondió dentro del asiento del copiloto y, para dar el pego, el acompañante del conductor se sentó encima.
Tal y como se puede apreciar en las fotografías distribuidas por la
Guardia Civil, las mafias que pretendían burlar los controles de
seguridad de la frontera melillense habían quitado todo el relleno del
asiento, dejándolo simplemente con el armazón, en cuyo interior se metió el inmigrante, un joven indocumentado de unos 20 años que dice proceder de Conakri (Guinea).
A simple vista, el asiento tenía una apariencia normal cuando el
coche, un Renault 7 de matrícula marroquí, llegó al puesto fronterizo de
Beni-Enzar el viernes por la mañana dispuesto a entrar en Melilla. Un
"detalle de interés policial" despertó las sospechas del guardia civil
que les dio el alto para proceder al habitual registro. La sorpresa vino cuando el agente tocó el asiento.
Al simple tacto, se dio cuenta de que sólo tenía una funda y que el
relleno que estaba palpando tanto en la zona de asiento como en la del
respaldo parecía ser una persona.
La Guardia Civil tuvo que auxiliar al inmigrante a salir de su escondite, un método calificado por la Comandancia de Melilla como "novedoso y singular".
Los dos detenidos, ambos marroquíes, de 23 y 21 años y cuyos nombres
corresponden a las iniciales N.B. y H.E.F., están en prisión preventiva
tras pasar a disposición judicial, acusados de un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros.
El inmigrante también fue llevado ante el juez en calidad de testigo
antes de pasar por la Jefatura Superior de Policía, donde le han
tramitado el habitual expediente de expulsión, tal y como determina la
Ley de Extranjería. Después ha sido acogido en el Centro de Estancia
Temporal de Inmigrantes (CETI), que vive unos días de importante saturación por la presión migratoria que ha sufrido Melilla durante todo el verano.
En un comunicado, la Guardia Civil ha contabilizado ya 22 personas detenidas por tráfico de inmigrantes este año.
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