La reciente fuga de 134 personas de la prisión mexicana de Piedras Negras ha vuelto a poner sobre la mesa el debate sobre la situación de las cárceles en el país. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos
(CNDH) ha aportado este miércoles un nuevo dato: el 60 % de las
prisiones tienen su propio gobierno y, en muchos casos, los grupos del
crimen organizado se han hecho con el control de las cárceles.
El pasada semana, el jefe de la Seguridad Pública de Coahuila decía que los presos de Piedras Negras habían salido por la puerta.
No es un hecho aislado. El informe del ‘Diagnóstico Nacional de
Supervisión Penitenciaria’, que ha presentado su presidente, Raúl
Plascencia, asegura que hay casos como el de esta cárcel en los que los
reos tienen en su poder una copia de las llaves que les permiten moverse
por las prisiones.
Otros ejemplos de ese autogobierno es que en muchas de las cárceles
visitadas para el informe, los presos comercian con productos como
teléfonos móviles y alimentos. Muchos de los convictos tienen acceso a
privilegios, poseen armas y drogas y en algunos casos se ejerce la
prostitución en las prisiones.
“El deterioro de los últimos años es incontestable, como demuestran
las fugas, los enfrentamientos y las agresiones al personal de los
centros penitenciarios”, ha asegurado Raúl Plascencia, que también ha
“reprobado” a todos los centros del país ya declaro en crisis el sistema
penitenciario.
El informe asegura que los mayores problemas se localizaron en
cárceles de Distrito Federal, estado de México, Nuevo León, Nayarit,
Tabasco, Tamaulipas, Oaxaca, Guerrero y Quintana Roo.
En los dos últimos años, 521 personas han escapado en 14 fugas y se han producido 352 homicidios entre rejas.
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