Asunción, 17 ago (PL) El gobierno paraguayo expresó hoy su preocupación por la falta del esperado apoyo en el seno de la Organización de Estados Americanos (OEA) y el impacto que ello ocasione en organismos multilaterales de financiamiento.
Una declaración del canciller, José Félix Fernández, aceptó lo que calificó de falta de decisión del Consejo Permanente de la OEA sobre la situación existente en Paraguay tras la destitución, mediante un juicio político, del presidente constitucional, Fernando Lugo.
La instancia regional pospuso en dos ocasiones el tratamiento de un controvertido informe sobre el tema de su secretario general, Jose Miguel Insulza, apoyado por la delegación de Estados Unidos, que avaló tácitamente el expedito proceso que sacó del cargo a Lugo en poco más de 24 horas.
La nueva convocatoria del Consejo es para el 22 de agosto, pero Fernández expresó dudas sobre su celebración por la falta de votos que apoyen un reconocimiento oficial al Ejecutivo presidido por Federico Franco, desconocido ya por sanciones de Mercosur y Unasur.
Añadió que el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional siguen de cerca lo que sucede en la OEA y pueden actuar en consecuencia, afectando el respaldo financiero necesitado por el actual gobierno paraguayo.
En realidad, tanto el presidente del Grupo de Alto Nivel de Unasur sobre Paraguay, Salomón Lerner, como el Asesor Especial para las Relaciones Exteriores de la Presidencia de Brasil, Marco Aurelio García, adelantaron que no existen suficientes votos para aprobar el informe de Insulza.
Ello puede provocar, según el titular del Exterior paraguayo, una nueva posposición de la reunión del Consejo Permanente de OEA y eso es lo que preocupa a Paraguay por la actitud futura de los organismos crediticios internacionales.
La postergación de dicha cita representará, evidentemente, un paso más en el reconocido aislamiento internacional que se inició con la suspensión de Paraguay en los bloques integracionistas suramericanos.
Una declaración del canciller, José Félix Fernández, aceptó lo que calificó de falta de decisión del Consejo Permanente de la OEA sobre la situación existente en Paraguay tras la destitución, mediante un juicio político, del presidente constitucional, Fernando Lugo.
La instancia regional pospuso en dos ocasiones el tratamiento de un controvertido informe sobre el tema de su secretario general, Jose Miguel Insulza, apoyado por la delegación de Estados Unidos, que avaló tácitamente el expedito proceso que sacó del cargo a Lugo en poco más de 24 horas.
La nueva convocatoria del Consejo es para el 22 de agosto, pero Fernández expresó dudas sobre su celebración por la falta de votos que apoyen un reconocimiento oficial al Ejecutivo presidido por Federico Franco, desconocido ya por sanciones de Mercosur y Unasur.
Añadió que el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional siguen de cerca lo que sucede en la OEA y pueden actuar en consecuencia, afectando el respaldo financiero necesitado por el actual gobierno paraguayo.
En realidad, tanto el presidente del Grupo de Alto Nivel de Unasur sobre Paraguay, Salomón Lerner, como el Asesor Especial para las Relaciones Exteriores de la Presidencia de Brasil, Marco Aurelio García, adelantaron que no existen suficientes votos para aprobar el informe de Insulza.
Ello puede provocar, según el titular del Exterior paraguayo, una nueva posposición de la reunión del Consejo Permanente de OEA y eso es lo que preocupa a Paraguay por la actitud futura de los organismos crediticios internacionales.
La postergación de dicha cita representará, evidentemente, un paso más en el reconocido aislamiento internacional que se inició con la suspensión de Paraguay en los bloques integracionistas suramericanos.
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