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miércoles, 28 de marzo de 2012

El fracaso escolar, una de las causas de los disturbios en Reino Unido en verano

El fracaso escolar de miles de jóvenes fue uno de los factores que encendieron los disturbios del pasado agosto en Inglaterra, según un estudio presentado este miércoles sobre las causas de una oleada de violencia que dejó más de 2.000 detenidos.

Alrededor de una quinta parte de los adolescentes que abandonan los estudios en el Reino Unido lo hacen con un nivel de escritura y comprensión lectora similar al que se exige a los once años, señala el informe, que resalta que la falta de formación académica impide a muchos jóvenes "desempeñar un papel en la sociedad".

"Cuando las personas no encuentran razones para alejarse de los problemas, las consecuencias para las comunidades son devastadoras", afirmó la directora del trabajo, Darra Singh, que subrayó que las familias "no están recibiendo el apoyo que necesitan" por parte del Gobierno.

El informe señala que son limitados los programas públicos para ayudar al "medio millón de familias olvidadas" que los expertos identificaron en el Reino Unido.

El grupo de trabajo que ha elaborado el estudio 'Disturbios, comunidades y víctimas' se constituyó en septiembre, poco después de los altercados que asolaron Londres y otras ciudades inglesas del 6 al 12 del pasado agosto, en los que participaron unos 15.000 jóvenes, la mayoría de ellos menores de 24 años.

Los disturbios tras el fallecimiento de Mark Duggan, un joven de raza negra que fue abatido por la Policía Metropolitana de Londres, y se extendieron después por ciudades como Manchester, Liverpool y Birmingham.

'Materialismo imperante

Los expertos apuntaron a las dificultades que encuentran los padres para educar a sus hijos, al "materialismo" imperante entre los jóvenes y a la falta de confianza en la policía como otras de las razones que explican los actos de vandalismo sucedidos el pasado verano.

El informe, para el que se entrevistó por teléfono a 1.200 personas que residen en las áreas más afectadas por los disturbios, señala que el deseo de poseer objetos "de marca" fue una de las principales motivaciones de los jóvenes que participaron en los altercados.

La mayoría de los establecimientos que sufrieron actos de vandalismo durante la semana de los disturbios vendían prendas de ropa, zapatillas deportivas, teléfonos móviles y ordenadores.

"No es culpa de ninguna marca en particular, pero los niños y los jóvenes deben estar protegidos del 'marketing' excesivo", considera el informe, que subraya que los comercios locales deberían involucrarse en los problemas sociales de su zona y ayudar a atajar el problema del paro juvenil creando puestos de trabajo para los vecinos.

Para que no se repita en el futuro una oleada de violencia como la del pasado agosto, el estudio hace hincapié en que "cada miembro de una comunidad debe sentir que tiene un papel", para lo que es necesario, en opinión de los investigadores, mejoras en el nivel educativo, así como un incremento de la ayuda a las familias.

Entre las medidas que proponen figuran multas para los colegios que no logren que sus alumnos terminen sus estudios con el nivel de lectura y escritura recomendado para su edad.

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