A la Academia de Bellas Artes de Viena ese chico austriaco no le acababa de convencer. Dos veces intentó ser admitido y dos veces suspendió las pruebas de acceso. Sin embargo sí hay alguien que debe de apreciar la pintura de Adolf Hitler, tanto que estuvo dispuesto a pagar 32.000 euros para ganar una subasta celebrada hoy en Eslovaquia y hacerse con Paisaje marino nocturno, que el futuro dictador del Tercer Reich realizó en 1913, con 23 años.
El comprador es un estadounidense, según explicó a la agencia Efe el propietario de la compañía de subastas Darte, Jaroslav Krajnák. "Mostraron interés 11 clientes. Los últimos fueron de Francia, Japón, Inglaterra y EE UU", añadió Krajnák.
El cuadro, de 60 por 48 centímetros, pertenecía a una familia eslovaca, que lo había adquirido en los años de la Primera República Checoslovaca (1918-1938). El final de ese período histórico se debió, por otro lado, justamente a la invasión del país por parte de las tropas alemanas del ya menos pintor precoz y más aprendiz dictador Adolf Hitler. Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, la propietaria y, luego, sus sucesores intentaron deshacerse de la obra, hasta que por fin lo consiguieron.
La misma agencia subastó en diciembre otra obra del dictador nazi, en la que salían unos frailes en el atrio de un convento. Según cuenta Efe, el cuadro fue vendido finalmente por 10.200 euros. Al parecer, hoy en día Hitler podría haber vivido de su arte. Lástima que no decidiera hacerlo hace 70 años.
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