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miércoles, 7 de diciembre de 2011

VALENCIA - Campaña de control : Peligro, bicicletas

Precaución, amigo conductor del velocípedo, la senda es peligrosa. Hasta aquí la canción y nada de abrazos de amor, sino 'colleja administrativa'. Tras la campaña informativa del Ayuntamiento de Valencia para dar a conocer la nueva normativa de Circulación, las medidas que se van a aplicar para reglar la convivencia entre ciclistas y viandantes ya empiezan a motivar las primeras reacciones en la calle.

Por circular escuchando música con los auriculares o hablando por el móvil: multa. Por hacer 'caballitos': multa. Por transitar por fuera del carril habilitado para las bicicletas: multa. Por encadenar la bici a un árbol o a una farola, también multa. Por no llevar luces homologadas, prendas reflectantes, casco o timbre, ¿se lo imaginan? pues sí, multa.

A nivel nacional, Valencia es pionera en la aplicación directa de una ordenanza que especifica las infracciones que pueden cometer los ciclistas y sus correspondientes sanciones, basándose en la Ley de Seguridad Vial y el Código de Circulación. "No hemos inventado nada nuevo", aseguran fuentes municipales, ya que los ayuntamientos "no podemos hacer normas", sino aplicar las establecidas a nivel estatal o autonómico.

En Barcelona, por ejemplo, se registran entre siete y 10 multas diarias a ciclistas dentro de la ordenanza municipal de Circulación, que incluye un artículo para la bicicleta. En Madrid estas sanciones se incluyen en la ordenanza de Movilidad, donde se incorporaron nuevos artículos como la prohibición de circular en bicicleta por aceras y zonas peatonales y el establecimiento de una distancia mínima con los viandantes. Valencia es la única de las grandes ciudades que tiene una ordenanza dedicada específicamente a regular el uso de la bicicleta en zonas urbanas.

Las sanciones de la nueva ordenanza municipal, en vigor desde hace una semana, van desde los 90 euros para las infracciones consideradas leves a los 250 de las graves (ir hablando por el móvil, 'tunear' la bici, incumplir el límite de velocidad o circular por zonas prohibidas). La conducción temeraria sobre dos ruedas o bajo los efectos de estupefacientes o alcohol supone la sanción máxima contemplada por la norma: 500 euros. Durante los tres primeros días de aplicación, la Policía Local extendió 530 'recetas' a ciclistas infractores.

La mayoría de los ciclistas consultados asumen el reglamento y, mal que bien, reconocen que lo cumplen. Aceptan que algunos de los puntos, sobre todo los que afectan a la seguridad, son de cajón e indiscutibles. Otros, como el de las zonas delimitadas para la circulación de estos vehículos, merecen mayor reflexión por cuanto que los carriles son discontinuos y a menudo hay que reanudar el trayecto por la acera o por una vía peligrosa: "Se nota que quien lo ha escrito no va en bici".

Por la acera molestan a los peatones, se quejan, y por la calzada critican que los conductores no entienden que basta con las ondas de aire que genera el movimiento del coche para derribar a un ciclista. De momento, la división no cesa: los viandantes consideran que las penalizaciones son consecuencia del furor del estreno de la nueva orden y los ciclistas, que con la coerción lo que se pretende es borrarlos de las calles. Las dos partes coinciden en que falta concienciación y tolerancia.

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