México, 2 nov (PL) Todo México vive hoy una de sus celebraciones más significativas en el año: el Día de Muertos.
De acuerdo con la leyenda, en este día las almas de los adultos difuntos regresan al mundo de los vivos y son agasajados en los cementerios, hogares y lugares públicos, aunque ayer también se realizaron tributos al ánima de los niños, las cuales regresan un día antes que la de los mayores.
Esta conmemoración, de origen prehispánico, fue declarada por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
La celebración adquiere algunas peculiaridades, según sea la tradición familiar y la región donde se realiza.
Esta madrugada, en los hogares se confeccionaron y pusieron altares dedicados a sus seres queridos.
Esos altares se confeccionan de diversas formas, la más sencilla de las cuales es cubrir una mesa con un mantel, donde se coloca una fotografía de la persona fallecida y se adorna con flores y sus recuerdos.
Pero hay otros más elaborados, que se componen de hasta siete escalones, con símbolos religiosos, foto del familiar, comestibles típicos y preferidos del difunto, flores, velas, papeles morados y amarillos, entre otras ofrendas.
La flor más relacionada con la ceremonia es la de cempasúchil o flor de cuatrocientos pétalos, con los cuales frecuentemente se traza un camino para que indique a las almas el rumbo por el cual se llega a la casa.
Se preparan además platos típicos de esa celebración, como el pan de muerto y las calaveras de dulce, que en muchos casos tienen escritos el nombre del difunto; los cuales se consumen y ofrendan al ser recordado.
Desde ayer, pero principalmente hoy, día feriado, millones de mexicanos acuden a los panteones de sus seres queridos para orar y llevar flores, alimentos y bebidas.
Efectivos policiacos custodian los cementerios y sus alrededores para garantizar la mayor seguridad posible. En el Distrito Federal se movilizaron 17 mil agentes con ese fin.
En los comercios se ofertan numerosos artículos relativos a la fecha, como artesanías de calaveras, caretas y otros muchos adornos.
Particularmente demandado es el pan de muerto, generalmente redondo y con ornamentos.
Tambien miles de personas acuden durante todo el día a la plaza del Zócalo, el corazón del centro histórico de la capital, donde tradicionalmente se presentan ofrendas gigantes, espectáculos culturales, ventas de objetos alegóricos y comestibles.
Las etnias mexica, maya, purépecha y totonaca ya hace miles de años rendían ese culto a sus muertos, aunque posteriormente se le incorporaron símbolos religiosos de procedencia critiana.
La celebración adquiere algunas peculiaridades, según sea la tradición familiar y la región donde se realiza.
Esta madrugada, en los hogares se confeccionaron y pusieron altares dedicados a sus seres queridos.
Esos altares se confeccionan de diversas formas, la más sencilla de las cuales es cubrir una mesa con un mantel, donde se coloca una fotografía de la persona fallecida y se adorna con flores y sus recuerdos.
Pero hay otros más elaborados, que se componen de hasta siete escalones, con símbolos religiosos, foto del familiar, comestibles típicos y preferidos del difunto, flores, velas, papeles morados y amarillos, entre otras ofrendas.
La flor más relacionada con la ceremonia es la de cempasúchil o flor de cuatrocientos pétalos, con los cuales frecuentemente se traza un camino para que indique a las almas el rumbo por el cual se llega a la casa.
Se preparan además platos típicos de esa celebración, como el pan de muerto y las calaveras de dulce, que en muchos casos tienen escritos el nombre del difunto; los cuales se consumen y ofrendan al ser recordado.
Desde ayer, pero principalmente hoy, día feriado, millones de mexicanos acuden a los panteones de sus seres queridos para orar y llevar flores, alimentos y bebidas.
Efectivos policiacos custodian los cementerios y sus alrededores para garantizar la mayor seguridad posible. En el Distrito Federal se movilizaron 17 mil agentes con ese fin.
En los comercios se ofertan numerosos artículos relativos a la fecha, como artesanías de calaveras, caretas y otros muchos adornos.
Particularmente demandado es el pan de muerto, generalmente redondo y con ornamentos.
Tambien miles de personas acuden durante todo el día a la plaza del Zócalo, el corazón del centro histórico de la capital, donde tradicionalmente se presentan ofrendas gigantes, espectáculos culturales, ventas de objetos alegóricos y comestibles.
Las etnias mexica, maya, purépecha y totonaca ya hace miles de años rendían ese culto a sus muertos, aunque posteriormente se le incorporaron símbolos religiosos de procedencia critiana.
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