Madrid, 21 nov (PL) El triunfo en España del conservador Partido Popular (PP) consolidará el giro a la derecha emprendido en 2010 por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), justamente la causa principal de su debacle electoral.
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Los conservadores se impusieron de manera aplastante en las elecciones generales de este domingo al lograr la mayor cuota de poder nunca antes conseguida por un partido en este país europeo, y conducir al PSOE a su peor descalabro en la historia de la democracia.
Con el escrutinio del 100 por ciento de los votos, concluido esta madrugada, el candidato del PP a la presidencia del Gobierno español, Mariano Rajoy, obtuvo el 44,62 por ciento de las papeletas frente al 28,73 por ciento de su rival socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba.
Ese resultado le permitirá al líder popular gobernar los venideros cuatro años con mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados (Cámara baja), donde contará con 186 de los 350 escaños, mientras que los socialistas tendrán 110 bancas.
El futuro inquilino del Palacio de la Moncloa (sede del poder central) consiguió incluso superar la barrera de los 183 asientos logrados por su mentor, José María Aznar, en los comicios de 2000.
En la vereda contraria, Pérez Rubalcaba ni siquiera llegó al suelo del PSOE, los 118 diputados alcanzados en las constituyentes de 1977. Con un total de 10 millones 830 mil 285 votos, el PP conquistó poco más de medio millón de sufragios respecto a 2008 y rentabilizó al máximo esa ventaja con 32 curules sobre los obtenidos tres años atrás.
El PSOE, que ganó las pasadas elecciones con 11 millones 289 mil 335 votos, perdió ahora 4,3 millones, lo cual le representó un coste de 59 parlamentarios en relación con los 169 de la legislatura anterior.
Uno de los grandes vencedores de esta contienda fue la coalición Izquierda Unida (IU), que consiguió pasar de dos a 11 escaños en la Cámara baja, nueve más que en 2008, y formar holgadamente grupo parlamentario propio, en su mejor resultado desde 1996.
IU se consolidó, además, como la tercera fuerza política más votada en España con un millón 680 mil 810 votos, casi 711 mil más que en la justa precedente.
Su mejora, sin dudas, se produjo por el trasvase de electores desencantados con las medidas neoliberales aplicadas por un PSOE, que Pérez Rubalcaba intentó redimir con un discurso progresista que no caló entre sus simpatizantes.
Está vinculada también con la crisis política de un sistema incapaz de articular una respuesta solidaria ante la indignación ciudadana o lo que es igual, la sumisión de la democracia a los mercados, como denunció reiteradamente el líder de IU, Cayo Lara.
Lara afirmó que la coalición, integrada entre otros por el Partido Comunista de España, tendrá entre sus prioridades promover una izquierda alternativa y rescatar la democracia que, opinó, ha quedado en manos de los poderes financieros internacionales.
Nos la han robado y han conseguido imponer gobiernos, enfatizó el dirigente en alusión a la caída de varios líderes europeos bajo presión de las instituciones del Viejo Continente y su sustitución por tecnócratas cercanos al capital multinacional.
El reelecto diputado de IU por Asturias, Gaspar Llamazares, calificó de preocupante el giro a la derecha que presenta España tras las elecciones.
Para Llamazares, el gran número de votos nulos (317 mil 886), en blanco (333 mil 95) y abstenciones (9,7 millones) demuestra un rechazo de gran parte de la sociedad a la clase política.
Advirtió que su agrupación defenderá con uñas y dientes en el Congreso las conquistas laborales y sociales existentes en el país.
Vamos a representar a la gente y no a los mercados, subrayó el conocido dirigente, quien adelantó que IU impulsará una reforma electoral para acabar con el bipartidismo del PSOE y el PP.
Abogó por la creación de un frente amplio de la izquierda para hacer oposición ante la mala noticia que, remarcó, representa la victoria de los populares en las urnas.
Más que a méritos propios, los analistas atribuyen el éxito de la derecha al desgaste del gobierno socialista por su gestión de la crisis económica, que tiene sumido en el desempleo a casi cinco millones de trabajadores.
Con el escrutinio del 100 por ciento de los votos, concluido esta madrugada, el candidato del PP a la presidencia del Gobierno español, Mariano Rajoy, obtuvo el 44,62 por ciento de las papeletas frente al 28,73 por ciento de su rival socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba.
Ese resultado le permitirá al líder popular gobernar los venideros cuatro años con mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados (Cámara baja), donde contará con 186 de los 350 escaños, mientras que los socialistas tendrán 110 bancas.
El futuro inquilino del Palacio de la Moncloa (sede del poder central) consiguió incluso superar la barrera de los 183 asientos logrados por su mentor, José María Aznar, en los comicios de 2000.
En la vereda contraria, Pérez Rubalcaba ni siquiera llegó al suelo del PSOE, los 118 diputados alcanzados en las constituyentes de 1977. Con un total de 10 millones 830 mil 285 votos, el PP conquistó poco más de medio millón de sufragios respecto a 2008 y rentabilizó al máximo esa ventaja con 32 curules sobre los obtenidos tres años atrás.
El PSOE, que ganó las pasadas elecciones con 11 millones 289 mil 335 votos, perdió ahora 4,3 millones, lo cual le representó un coste de 59 parlamentarios en relación con los 169 de la legislatura anterior.
Uno de los grandes vencedores de esta contienda fue la coalición Izquierda Unida (IU), que consiguió pasar de dos a 11 escaños en la Cámara baja, nueve más que en 2008, y formar holgadamente grupo parlamentario propio, en su mejor resultado desde 1996.
IU se consolidó, además, como la tercera fuerza política más votada en España con un millón 680 mil 810 votos, casi 711 mil más que en la justa precedente.
Su mejora, sin dudas, se produjo por el trasvase de electores desencantados con las medidas neoliberales aplicadas por un PSOE, que Pérez Rubalcaba intentó redimir con un discurso progresista que no caló entre sus simpatizantes.
Está vinculada también con la crisis política de un sistema incapaz de articular una respuesta solidaria ante la indignación ciudadana o lo que es igual, la sumisión de la democracia a los mercados, como denunció reiteradamente el líder de IU, Cayo Lara.
Lara afirmó que la coalición, integrada entre otros por el Partido Comunista de España, tendrá entre sus prioridades promover una izquierda alternativa y rescatar la democracia que, opinó, ha quedado en manos de los poderes financieros internacionales.
Nos la han robado y han conseguido imponer gobiernos, enfatizó el dirigente en alusión a la caída de varios líderes europeos bajo presión de las instituciones del Viejo Continente y su sustitución por tecnócratas cercanos al capital multinacional.
El reelecto diputado de IU por Asturias, Gaspar Llamazares, calificó de preocupante el giro a la derecha que presenta España tras las elecciones.
Para Llamazares, el gran número de votos nulos (317 mil 886), en blanco (333 mil 95) y abstenciones (9,7 millones) demuestra un rechazo de gran parte de la sociedad a la clase política.
Advirtió que su agrupación defenderá con uñas y dientes en el Congreso las conquistas laborales y sociales existentes en el país.
Vamos a representar a la gente y no a los mercados, subrayó el conocido dirigente, quien adelantó que IU impulsará una reforma electoral para acabar con el bipartidismo del PSOE y el PP.
Abogó por la creación de un frente amplio de la izquierda para hacer oposición ante la mala noticia que, remarcó, representa la victoria de los populares en las urnas.
Más que a méritos propios, los analistas atribuyen el éxito de la derecha al desgaste del gobierno socialista por su gestión de la crisis económica, que tiene sumido en el desempleo a casi cinco millones de trabajadores.
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