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sábado, 29 de octubre de 2011

Mitos y certezas sobre el retraso del reloj


'La persistencia de la Memoria', de Salvador Dalí

Cuentan los bulos de Internet que tres terroristas fallecieron hace muchos años en Oriente Próximo por no haber previsto el cambio al horario de verano. Según cuenta la leyenda, el temporizador de la bomba que iban a poner se adelantó fatalmente una hora.

Son muchos los mitos que tratan sobre el horario de verano. Este fin de semana, el último de octubre, toca cambiar la hora del reloj. Las tres de la mañana pasarán a ser las dos en la madrugada del sábado al domingo, volviendo así al horario de invierno.

El cambio de hora no es universal. Los países de la Unión Europea ajustan sus relojes en bloque, mientras que algunas regiones de Canadá, Australia y Estados Unidos, como Arizona y Hawaii, tienen un sólo horario para todo el año.

Por su parte, grandes potencias como China, India y Japón tampoco ajustan la hora a la llegada del verano y del invierno. En realidad, salvo parte de América y Europa, el resto del planeta no toca sus relojes, y en la zona ecuatorial no es necesario porque el número de horas de Sol diarias es similar durante todo el año.

Argumentos para todos

Los partidarios y los detractores del cambio de hora tienen numerosos argumentos a favor y en contra de la iniciativa, pero ha pasado más de un siglo de debate y las conclusiones son inciertas.

El argumento principal de los partidarios es el ahorro de energía: adelantar una hora el reloj en el horario de verano supone tener más tiempo de luz natural por la noche. Además, se supone que se aprovecha mejor el tiempo de esta forma.

La Asociación Española de Fabricantes de Iluminación (Anfalum) calcula que los hogares de este país han ahorrado unos 250 millones de euros en la factura de la luz gracias al horario de verano. Es decir, el consumo eléctrico bajó un 9,8% en las casas.

Un ejemplo histórico es el de Estados Unidos. El Gobierno, que aplica el cambio de hora desde 1918, adelantó de abril a enero el horario de verano cuando estalló la crisis energética de los setenta.

Sin embargo, Arizona, salvo la reserva de indios navajos, no tiene el horario de verano desde 1967. Según un editorial del 'Arizona Republic' de aquella época, el calor del desértico estado es el motivo por el que prefieren que el Sol se oculte antes.

"Tendriamos que esperar hasta las 21.00 horas -en vez de las 20.00 sin horario de verano- para empezar cualquier actividad nocturna como ir al cine, pasear bajo la Luna o convencer a los niños para que se vayan a la cama... ¡y aún así haría un calor como en un incendio!", publicó el periódico.

Además, el ahorro de luz tampoco está claro: los aparatos de aire acondicionado se utilizan más al haber más horas de Sol.

El incierto impacto en la economía

El departamento de Transporte de EEUU calculó en los setenta cifró que el horario de verano permitía ahorrar un 1% de la factura de la luz al día.

Sin embargo, otro estudio realizado en 2007 a petición del Congreso rebajó el ahorro al 0,5% en la factura eléctrica al día durante las cuatro semanas que se amplió el horario de verano. Fechas fuera del periodo más caluroso del año, pues el ahorro en el conjunto del año fue del 0,03% respecto a 2006.

El informe recoge también otras dos conclusiones importantes: el ahorro fue muy inferior en los calurosos estados del sur por "el mayor uso del aire acondicionado"; y el consumo de combustible y el tráfico no reflejaron ningún cambio "estadísticamente significativo".

Los otros dos argumentos utilizados contra el cambio de hora son el estrés que produce en la población, aumentando el riesgo de infarto, según un estudio del Panel Nacional de Salud y Bienestar de Suecia; y el peligro que implica para los peatones: la administración estadounidense recuerda con el cambio horario que un 25% de los atropellos mortales tiene lugar entre las 16.00 y las 20.00 horas.

Por último, los detractores de esta medida añaden que el ajuste de la hora debería realizarse a nivel local, según el clima y la latitud, para aprovechar mejor su impacto, algo inviable por los problemas que provoca en el día a día, como por ejemplo el transporte aéreo, la televisión y las transacciones bursátiles.

En cualquier caso recuerde que este fin de semana hay que retrasar una hora el reloj, viva en Menorca, La Coruña o El Hierro.

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