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sábado, 29 de octubre de 2011

Desayuno: un esencial aporte

Por Ana Laura Arbesú, de Prensa Latina

Desayunar como reyes, almorzar como príncipes y comer como mendigos, aconseja un antiguo proverbio que, más allá de aludir a la opulencia de la mesa real plantea una práctica que debemos tener presente: el primer alimento del día es el más importante.

Antecedido por unas ocho horas de sueño, como la palabra indica, rompe con el descanso estomacal y prepara a las células para acumular las energías necesarias de la actividad diaria.

Un equilibrado y sencillo menú, que incluya productos de fácil elaboración a base de hidratos de carbono complejos como cereales y pan, acompañado de frutas y proteínas como el yogurt, la leche, queso o jamón son las combinaciones más recomendables para lograr los aportes esenciales.

Tales sugerencias son aplicables a personas de cualquier edad, sin embargo, recientes investigaciones confirman que los niños mejoran de manera significativa su rendimiento escolar cuando ingieren un desayuno similar al descrito.

Niveles de atención más altos, mejores calificaciones en matemática y lenguaje, bajos trastornos emocionales y pocos síntomas asociados a la hiperactividad figuran entre los principales beneficios a la calidad de vida de los infantes sujetos a estudio.

Los académicos de la Escuela de Medicina de Harvard corroboraron en varios programas aplicados en instituciones escolares lo estipulado con anterioridad por colegas europeos: es la comida primordial y los padres deberían tenerlo claro. Además su preparación es muy sencilla y rápida, destacan los investigadores.

Los infantes que omiten la primera comida pueden presentar afectaciones en varias funciones cognoscitivas importantes como la capacidad para recordar y utilizar información, la fluidez verbal y el control de la atención, explican.

Habituar a un niño a desayunar es encaminarlo a una vida de mejor calidad y salud en el futuro. Es contribuir a su bienestar y elevación de sus resultados académicos, asegura el equipo de neurólogos, nutricionistas y psicólogos que llevaron a cabo el estudio.

Preparar la mesa para el desayuno la víspera, ingerir cereales y panes integrales, que mantienen los niveles de glucosas más estables a lo largo de la mañana en comparación con las harinas refinadas, son algunas de las sugerencias de los autores.

Acompaña a tus hijos en esta primera comida, y si se hace tarde échale en la mochila jugos o frutas naturales y galletas, son otros de los consejos.

Otra investigación sobre los beneficios de un buen alimento para comenzar la jornada, encabezada también por académicos de Harvard, demuestra que la abundancia de este conduce a sentirnos mejor saciados, lo que podría ser útil en las estrategias de prevención o tratamiento de obesidad.

Con menos frecuencia se ingieren otros productos de manera desordenada durante el día, aseguran los especialistas.

Para los nutriólogos una de las mejores combinaciones es el yogurt y las fibras naturales, que presentan además un mayor impacto en la pérdida de peso.

Una de las posibles causas de estos resultados es el menor tiempo de digestión de esos alimentos, que mejoran las funciones del intestino por su contenido de minerales y sustancias tánicas.

Su mayor consumo podría desplazar en la dieta a otros productos altamente procesados como las harinas, destacan los investigadores.

Porciones adicionales de yogur pueden conducir a una pérdida de 0,37 kilos de peso, ejemplifican los científicos.

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