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viernes, 7 de octubre de 2011

Escándalo en Argentina por el desnudo de una bailarina en un programa de televisión


Las dos columnas de cartón piedra que se instalaron en el plató y el 'tálamo nupcial', donde la pareja de bailarines retozaba lánguidamente, le daban un toque de época a la escena. La idea era que los espectadores se sintieran transportados al Olimpo de la mitología griega.

Pero quién iba a prestar atención a esos detalles cuando Cinthia Fernández, la debutante de esa noche, se quitaba la túnica, el sostén de lentejuelas y, por último, el tanga –más bien el hilo dental- que apenas le cubría sus partes íntimas. Era la primera vez que una concursante de 'Bailando por un Sueño', el espacio de mayor audiencia en la televisión argentina, se mostraba de esa forma ante las cámaras. Algunos televidentes llamaron a los estudios de Canal Trece para protestar, pero fueron los menos.

En su última edición, el programa que produce y dirige Marcelo Tinelli superó los 30 puntos de audiencia, lo que equivale a unos cuatro millones de argentinos hechizados por el 'streap-dance' de la esbelta Cinthia y de su atolondrado comparsa, que tuvo serias dificultades para abrirle el broche del sujetador.

El escándalo estaba servido; al día siguiente, la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA) anunció que estudiaría sanciones contra el canal y contra Marcelo Tinelli por no haber evitado el desnudo de la 'vedette'.

"Las escenas de desnudo completo o de sexo explícito son faltas graves que no se pueden pasar por alto", dijo Claudio de Cousandier, uno de los directivos de la entidad, en referencia a la lúbrica coreografía, con derroche de movimientos pélvicos y de caricias, que interpretó la estrella de esa noche.

Para la AFCSA, el hecho de que el show se transmitiera a las 22:30, en horario de adultos, no le restaba gravedad al asunto. "No olvidemos que estamos hablando de televisión abierta y que los padres no pueden estar siempre en guardia. El Estado no puede desentenderse de sus obligaciones en el marco de la Convención de los Derechos del Niño", advirtió De Cousandier.

La multa a los infractores de la Ley de Medios es proporcional al dinero que haya recaudado el canal en concepto de publicidad en el último mes. En el caso de aplicarse, la sanción contra Canal 13 sería de 7 millones de pesos (1.6 millones de dólares).

A Cinthia Fernández no le gustó que los miembros del jurado fruncieran el ceño por su actuación. "Me molestan las injusticias. Si voy a la sentencia (la descalificación) la próxima vez voy a bailar igual o más sexy", exclamó la vedette cuando Marcelo Polino, un periodista del espectáculo, le pidió que en adelante sus actuaciones fuesen "más recatadas".

La concursante alegó que hacía un mes que no tenía sexo y que la coreografía de esa noche la había ayudado a sublimar sus necesidades insatisfechas. Pero más tarde, cuando la pantallita de su celular se llenó de reproches y de comentarios obscenos, la artista decidió disculparse...a su manera.

Por vía del Twitter, explicó que al resbalar del sillón, se le derramó el cáliz de vino -otro elemento para resaltar que el baile era una especie de rito dionisíaco- en los ojos y no pude ver para donde se le desprendía la bombacha (la tanga). "Igualmente me iba a quedar desnuda, pero de perfil. Mi padre vino al estudio y vio ese final desagradable. Le pido perdón a él y a todos".

El único que permaneció impasible mientras Cinthia se desnudaba, fue Marcelo Tinelli, propietario de la productora 'Ideas del Sur' y un genio en el montaje de situaciones al rojo vivo –como los insultos del jurado a los concursantes- o cargadas de erotismo.

Igual que en los espectáculos circenses de lucha libre, el público es consciente de que algunas escenas son fingidas, como aquellas en que la concursante le declara su amor a Tinelli, o cuando el presentador le mira fijamente el trasero a una chica. Pero la gente disfruta a tope de todas las alternativas.

Marcelo elige a las bailarinas entre las mujeres más guapas del mundo del espectáculo y de las pasarelas. Para las más jóvenes, 'Bailando por un Sueño' es el trampolín a la fama, siempre que estén dispuestas a "darlo todo" pues la competencia es a muerte.

La pionera en esto de escandalizar fue Nazarena Vélez, quien en la temporada del 2007 se metió en una bañera con media docena de súbditos rociándole champaña en el cuerpo. En el 2010, Silvina Escudero interpretó la fantasía erótica de una secretaria seduciendo a su jefe.

La bailarina quedó en 'topless' y con su empleador jadeándole encima. Para no ser menos, al día siguiente la vedette Belén Francese terminó su baile sentada en un escritorio, como Dios la trajo al mundo. Sólo que Tinelli le escatimó el desnudo al público, tapando las partes de la bailarina con sus manos.

Si acaso Cinthia Fernández se pasó de la línea, es porque el umbral a trasponer es cada vez más alto y los límites se van desdibujando de un programa al otro.

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