Madrid, 17 ago (PL) La Policía española reprimió hoy una protesta pacífica contra la financiación pública de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) y la visita de Benedicto XVI, quien llegará mañana a Madrid para participar en ese evento.
Protesta en Madrid contra costo de visita papal
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Momentos de tensión se vivieron esta noche en la emblemática Puerta del Sol, en pleno corazón capitalino, entre los asistentes a la marcha -unos cinco mil, según fuentes policiales- y peregrinos de las JMJ.
La manifestación, convocada por asociaciones laicas en contra del apoyo institucional a la visita del Sumo Pontífice, se topó con jóvenes católicos que se encuentran en Madrid con motivo de la JMJ, lo que ocasionó enfrentamientos y cargas policiales en la Puerta del Sol.
De acuerdo con reportes de diversas televisoras nacionales, una persona resultó detenida por atentado a la autoridad al arrojar una botella a un agente del orden.
Pese a esos acontecimientos, la protesta, cuya cabecera portó una pancarta con el lema De mis impuestos al Papa cero y Estado laico ya, transcurrió sin mayores incidentes y en un ambiente festivo.
Menos crucifijos y más trabajo fijo fue una de las consignas más coreadas junto a las de No con mis impuestos o Menos curas y más cultura.
En los carteles también se podían leer frases como Esta no es la juventud del Papa, Dios sí, Iglesia no o Separación Iglesia-Estado.
Un gran letrero mostraba, además, una especie de combate de boxeo por el alma de la juventud entre el papa y Stéphane Hessel, autor de Indignaos, un alegato contra la indiferencia y a favor de la insurrección pacífica. El presidente de Europa Laica, Francisco Delgado, declaró que la marcha persigue decirle al mundo que en España no sólo hay población católica, sino de otras confesiones porque, acotó, pueden pensar que toda la ciudadanía respalda la visita de Su Santidad.
Delgado aclaró que no se trata de una protesta contra Benedicto XVI, sino una reivindicación del Estado aconfesional, de una reforma de la Constitución que elimine las referencias a la Iglesia y de la libertad de cualquiera para manifestarse.
Los organizadores de la manifestación denunciaron que las administraciones estatal, regional y local invirtieron unos 100 millones de euros en las JMJ y la visita del Papa.
Señalaron que los gastos se concentran en la seguridad papal y en alojamientos gratuitos para los peregrinos en colegios y polideportivos públicos.
También incluyen la creación de un pase de metro rebajado, poco después de que el gobierno de la Comunidad de Madrid anunció un alza del precio del billete del suburbano de uno a 1,50 euros.
La manifestación, convocada por asociaciones laicas en contra del apoyo institucional a la visita del Sumo Pontífice, se topó con jóvenes católicos que se encuentran en Madrid con motivo de la JMJ, lo que ocasionó enfrentamientos y cargas policiales en la Puerta del Sol.
De acuerdo con reportes de diversas televisoras nacionales, una persona resultó detenida por atentado a la autoridad al arrojar una botella a un agente del orden.
Pese a esos acontecimientos, la protesta, cuya cabecera portó una pancarta con el lema De mis impuestos al Papa cero y Estado laico ya, transcurrió sin mayores incidentes y en un ambiente festivo.
Menos crucifijos y más trabajo fijo fue una de las consignas más coreadas junto a las de No con mis impuestos o Menos curas y más cultura.
En los carteles también se podían leer frases como Esta no es la juventud del Papa, Dios sí, Iglesia no o Separación Iglesia-Estado.
Un gran letrero mostraba, además, una especie de combate de boxeo por el alma de la juventud entre el papa y Stéphane Hessel, autor de Indignaos, un alegato contra la indiferencia y a favor de la insurrección pacífica. El presidente de Europa Laica, Francisco Delgado, declaró que la marcha persigue decirle al mundo que en España no sólo hay población católica, sino de otras confesiones porque, acotó, pueden pensar que toda la ciudadanía respalda la visita de Su Santidad.
Delgado aclaró que no se trata de una protesta contra Benedicto XVI, sino una reivindicación del Estado aconfesional, de una reforma de la Constitución que elimine las referencias a la Iglesia y de la libertad de cualquiera para manifestarse.
Los organizadores de la manifestación denunciaron que las administraciones estatal, regional y local invirtieron unos 100 millones de euros en las JMJ y la visita del Papa.
Señalaron que los gastos se concentran en la seguridad papal y en alojamientos gratuitos para los peregrinos en colegios y polideportivos públicos.
También incluyen la creación de un pase de metro rebajado, poco después de que el gobierno de la Comunidad de Madrid anunció un alza del precio del billete del suburbano de uno a 1,50 euros.
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