Robert Redford, símbolo de toda una generación y romántico de un estilo cinematográfico prácticamente extinto, cumple mañana jueves 75 años convertido en el último galán clásico de Hollywood, comprometido tras las cámaras y volcado de lleno con el Festival de Sundance.
El rostro de The Sundance Kid, Johnny Hooker, Henry Brubaker y tantos otros personajes, envejece y las arrugas rompen el freno de cualquier cirugía estética. Sin embargo, el ingenio del "rubio de oro" sigue desbordando talento y para el próximo año prepara su novena película como realizador.
Se trata de "The Company You Keep", protagonizada por Shia LaBeouf, Susan Sarandon, Nick Nolte y él mismo, donde de nuevo apostará por ese cine de autor reflexivo y personal que tan buenos resultados le dio en obras como "El río de la vida" (1992) -donde daba el testigo a Brad Pitt como rompecorazones- o "El hombre que susurraba a los caballos" (1998).
Dos Óscar le contemplan. Uno como mejor director, por "Gente corriente" (1980). El otro, honorífico, recibido en 2002 por su labor como hombre orquesta en el mundo del cine. Esa estatuilla llevaba inscrita la siguiente frase: "Actor, director, productor, fundador de Sundance, inspiración de los realizadores independientes e innovadores de todo el mundo".
Fue candidato en tres ocasiones más: como mejor actor por "El golpe" (1973), como mejor director por "Quiz Show: El dilema" (1994) y por mejor película por esa misma obra, de la que fue también productor.
Redford siempre fue sinónimo de libertad y pasión por la naturaleza, y de ahí surgió la idea de fusionar ambos conceptos dentro de un certamen que creara oportunidades para los cineastas noveles. Así nació el Festival de Sundance, el más importante del mundo dedicado al cine independiente.
En 1983 arrancó la primera edición y poco después se convirtió en la cuna de talentos de nombres como Quentin Tarantino, los hermanos Coen, Paul Thomas Anderson o Steven Soderbergh. Hoy día, quien se lleve el premio gordo de Sundance tiene muchas papeletas para pescar también en los Óscar, como han subrayado en las últimas dos ediciones los filmes "Precious", "Winter's Bone" y "Animal Kingdom".
Libertad y naturaleza son características que también formaban parte del "modus vivendi" de muchos de los personajes de Redford, como el que interpretó junto a su venerado Paul Newman en la mítica "Dos hombres y un destino" (1969), el de "Las aventuras de Jeremiah Johnson" (1972) o el de "Memorias de África" (1985).
Con Newman, fallecido en 2008, formó uno de las parejas más recordadas de la historia del cine, pero sólo repitieron en una ocasión ("El golpe"), a pesar de que en 2005 se especuló con una posible reunión de ambos en una adaptación de "A Walk in the Woods", una historia sobre el viaje de dos amigos por los parajes más recónditos de EEUU.
Pero su gran reto fue dejar atrás su imagen de "sex-symbol" para reivindicar su talento. Misión complicada tras derretir a medio planeta y en concreto a Jane Fonda, Mia Farrow y Barbra Streisand en "Descalzos por el parque" (1967), "Tal como éramos" (1973) y "El Gran Gatsby" (1974), respectivamente, con ese físico privilegiado y esa mirada cautivadora.
Lo fue consiguiendo con "thrillers" políticos de altura como "Los tres días del Cóndor" (1975) y "Todos los hombres del Presidente" (1976), aunque sin desatender su faceta de conquistador maduro en títulos como "Memorias de África" (1985) -inolvidable su romance en la pantalla con Meryl Streep-, "Habana" (1990) o "Una proposición indecente" (1993).
En el último tramo de su carrera la dirección se ha revelado como su principal obsesión, siempre con propuestas íntimas y de calado emocional para él. Así llegó en el nuevo siglo "La leyenda de Bagger Vance" (2000), con Will Smith como protagonista, que fue un grave fracaso en taquilla para el estudio DreamWorks.
Sin embargo Redford se repuso años después con "Leones por corderos" (2007), acompañado en el reparto por Meryl Streep y Tom Cruise, y aún está pendiente de estreno en muchos países "La conspiración", sin él en el elenco, que apenas logró unos 11 millones de dólares (7,6 millones de euros) en EEUU. ¿Será por qué el público echa de menos ver a Redford en pantalla?
"The Company You Keep" dará la respuesta.
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