El mejor de los últimos clásicos en cuanto a espectáculo futbolístico se refiere vio ensuciado su desenlace con una escena para el olvido. Minuto 93. Uno para el final. El Real Madrid volcado en campo azulgrana. El flamante '4' del Barça coge el balón en la zona de banquillos y Marcelo, dando el partido por perdido, decide irse al vestuario antes de tiempo con una entrada durísima sobre Fábregas. Roja directa.
(Foto: TVE)
Acto seguido, toda la zona técnica del Barça sale en tromba hacia Marcelo provocando idéntica reacción en la del Real Madrid, en defensa del recién expulsado. Empujones, agarrones, insultos e incluso manotazos de por medio. Una imagen esperpéntica para el mundo del fútbol que, una vez más, empaña lo que sucedió deportivamente hablando sobre el césped.
Pero lo 'mejor' estaba por llegar. Özil y Villa son expulsados, el primero por pisar a Fábregas que estaba en el suelo y el segundo por agredir al alemán como respuesta. En esos instantes, Mourinho se dirige al rebautizado por el mismo portugués como 'Pito' Vilanova, con el propósito de introducir su dedo en ojo ajeno. El segundo entrenador del Barça intenta quitarse al míster blanco de encima y este último se queda petrificado con un gesto indescriptible. Lo de Mourinho, fue un detalle, que unido al aspaviento que hizo en una jugada cuando Leo Messi pasó por su lado, dejan en mal lugar al entrenador del Real Madrid.
(Foto: TVE)
Esta situación límite provocó que los jugadores del Madrid se retiraran a los vestuarios saltándose el protocolo de la ceremonia en la que el subcampeón tiene que presenciar el levantamiento del título. Xabi Alonso reconoce no saber cómo iba el protocolo pero lo cierto es que ante semejante coyuntura lo que menos preocupe sea cumplir esos menesteres.
De nuevo se hablará de lo secundario, del morbo y de la polémica, pero este Barça-Madrid representó, entre otras cosas, la alternativa real de los blancos desplegando un fútbol que sí representa las señas de identidad 'merengues', sobre todo en la primera parte. Hasta el minuto 93, se demostró que el Barça y el Madrid pueden jugar mucho y muy bien al fútbol cuando se lo proponen, de tú a tú. He ahí la demostración.
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