A menos de mil kilómetros del Polo Norte, se levanta una de las estaciones terrestres de Galileo, el sistema de navegación por satélite de Europa que comenzará a funcionar en 2014. Svalsat está situada en Spitsbergen -la isla más grande del archipiélago noruego de Svalbard- y ha sido inaugurada este viernes.
Las instalaciones fueron construidas en 1997 por el centro espacial noruego (NSC), aunque desde 2002 se utilizan para controlar algunos satélites, como Envisat y ERS-2, de la Agencia Espacial Europea (ESA).
Ahora, el centro acoge nuevas antenas para el sistema de navegación Galileo, un proyecto conjunto de la Comisión Europea y de la ESA.
Svalsat desempeñará varias funciones. Por un lado, recibirá las señales emitidas por la red de satélites que conformarán el sistema Galileo para monitorizar su calidad y enviarlas al centro de control de Italia. Asimismo, podrá transmitir mensajes cuando sea necesario realizar modificaciones en la posición de los satélites. Una de las antenas enviará el mensaje de navegación que recibirá el usuario.
La de Svalbard es una de las tres estaciones terrestres de Galileo que acogerá Noruega, y que se suman a otros centros ubicados en otros países. Los dos centros de control de la red estarán en Italia y Alemania.
Ventajas del Polo Norte
La Agencia Espacial Europea ha elegido esta inhóspita región para albergar su estación por varias razones. La principal, según explica a ELMUNDO.es Javier Benedicto, jefe del proyecto Galileo en la ESA, es la privilegiada situación para observar satélites de órbita media, como los que integrarán la red Galileo. Desde el archipiélago de Svalbard, situado muy al norte (latitud 78º), se pueden observar simultáneamente una gran cantidad de satélites desde una única estación.
Máquina quitanieves.
Otra ventaja es que el frío ártico que azota esta región hace que no sean necesarios los robustos sistemas de refrigeración que suelen instalarse en este tipo de centros. La estación funcionará de manera automática y sólo necesitará la intervención humana para las tareas de mantenimiento.
En la actualidad 23 ingenieros viven en las instalaciones para supervisar el resto de las tareas que se llevan a cabo en la estación. El acceso a Spitsbergen, donde hay más osos polares que habitantes, permanece bloqueado durante gran parte del año por la nieve y el hielo, así que los trabajadores de Svalsat disponen de un helicóptero para moverse.
Calendario previsto
En 2005 y 2008 se lanzaron dos satélites experimentales que, según Benedicto, "funcionan a la perfección". A finales de de este año se lanzarán los dos primeros satélites de la constelación IOV (In-Orbit Validation). Posteriormente habrá otros siete lanzamientos (cada uno con dos satélites) a bordo de lanzadores Soyuz. El objetivo es que en 2014 haya 18 satélites para comenzar a dar servicio a los ciudadanos. La red final contará con 30 satélites, que irán lanzándose posteriormente.
El coste de Galileo ha superado con creces el presupuesto inicial. En 2007 se aprobó un presupuesto de 3.400 millones de euros, que será suficiente para cubrir los gastos necesarios hasta 2013 (y el lanzamiento de 18 satélites de la red). Para desplegar y desarrollar la red completa harán falta unos 2.000 millones adicionales, a los que habrá que sumar 800 millones más para las actividades operativas.
Servicios a los ciudadanos
Galileo garantizará la independencia de Europa en la navegación por satélite. En la actualidad se utiliza el sistema de posicionamiento estadounidense GPS y el ruso GLONASS.
Vista de la estación.
Javier Benedicto destaca que, además de las ventajas que desde un punto de vista político tendrá no depender de los sistemas de EEUU y Rusia, Galileo "ofrecerá a los usuarios un abanico muy amplio de servicios de navegación por teléfono". Habrá servicios abiertos, equivalentes a los de GPS, pero con prestaciones mejoradas en términos de precisión. También se ofrecerán servicios comerciales de pago orientados a empresas.
Asimismo, tanto los Gobiernos como los equipos de salvamento y rescate recibirán información muy precisa y actualizado sobre lugares en los que deban intervenir tras una catástrofe.
Benedicto destaca los buenos resultados obtenidos por EGNOS, precursor de Galileo. El sistema de navegación por satélite para aviación comenzó a funcionar el pasado 2 de marzo. "Esperamos que la navegación por satélite en Europa aportará grandes beneficios de cara a la reducción de retrasos y al ahorro de combustible, ya que permitirá volar entre dos aeropuertos de una manera mucho más directa", asegura. De momento EGNOS se apoya en el sistema estadounidense GPS.
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