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lunes, 16 de mayo de 2011

Primer estudio de la liposucción a largo plazo


Eran los años 70 y la noticia corría como la pólvora entre la comunidad médica y, como no, entre las mujeres. Por fin nacía una técnica capaz de cumplir con el sueño de cualquier cirujano plástico y de millones de féminas preocupadas por su aspecto físico. Un procedimiento que permitía eliminar las insidiosas y antiestéticas acumulaciones de tejido adiposo localizado (celulitis) sin tener que recurrir a la cirugía realizada hasta entonces, que dejaba grandes cicatrices.

Las revistas se encargaron de hacer el resto. Difundieron hasta la saciedad la llegada de la nueva 'cirugía milagrosa' : la liposucción. Se trata de aspirar, por medio de una cánula, la grasa que se acumula en zonas determinadas, como los muslos. Para ello se practica una pequeña incisión de seis a diez milímetros. En las áreas tratadas se introduce una solución salina con anestésico local, con el fin de eliminar el dolor, y vasoconstrictores para evitar hemorragias.

Ahora, la liposucción vuelve a ser protagonista del papel cuché a raíz de una nueva investigación (la primera que se realiza con un grupo control) que constata que al año de ponerse en manos del cirujano, la grasa vuelve. "Continúa reducida en la zona tratada, pero se acumula más en otras zonas del cuerpo", determina el trabajo. En otras palabras: "Con la liposucción, el vientre encuentra lo que los muslos pierden", tal y como ha titulado el rotativo 'The New York Times' en el artículo que recoge los datos del nuevo estudio.

Publicado en la revista 'Obesity', el ensayo ha sido llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Colorado (EEUU). Desde la introducción de este procedimiento en la década de los setenta a hoy, las cosas han cambiado mucho: ahora, buena parte de las lipectomías, como también se la conoce, se realiza con anestesia regional o local y sedación, la tecnología ha contribuido a que el método sea más eficaz y seguro, el tiempo de recuperación es más corto y la cicatrización ha dejado de ser un problema. Y es una de las cirugías estéticas más demandadas. España es el primer país europeo en liposucciones y el cuarto del mundo en intervenciones quirúrgicas con fines estéticos.

Robert Eckel, autor principal del nuevo ensayo, aclara a ELMUNDO.es sus hallazgos: "Hemos comprobado que la grasa vuelve, pero no reaparece en los muslos, donde llevamos a cabo la intervención, sino que se redistribuye más arriba, sobre todo en la parte superior del abdomen, pero también alrededor de los hombros y en los bíceps".

El ensayo

El doctor Eckel y su equipo dividieron a las participantes del trabajo (todas sanas, con edades comprendidas entre los 18 y los 50 años y sin sobrepeso) en dos grupos. Mientras que a 14 de ellas se les realizó una lipoescultura, 18 formaron el grupo control. Como compensación a estas últimas, les prometieron que, una vez finalizado el ensayo, podrían optar al tratamiento si lo deseaban y con un menor coste económico (en nuestro país el precio de una liposucción oscila entre los 1.500 y los 9.000 euros).

"Muchos creen que los resultados de la técnica son permanentes. Sin embargo, hemos publicado datos preliminares que muestran lo contrario, y algunos estudios anecdóticos sostienen que los resultados no son para siempre. Una serie de trabajos en animales ha constatado que los depósitos de tejido adiposo se redistribuyen a las semanas del tratamiento, algunos de ellos con efectos metabólicos adversos", reza el estudio.

Emilio José Alagón, jefe de la Unidad de Cirugía Plástica y Reparadora del Hospital Moncloa de Madrid, no discrepa: "Creo que los datos del estudio son ciertos. Cuando la liposucción se practica en cartucheras, en parte interna del muslo, los resultados se mantienen un año e, incluso, más tiempo. Sin embargo, es más difícil conservarlos cuando se lleva a cabo en el abdomen. El metabolismo del cuerpo tiende a restablecer la grasa perdida, sobre todo en las vísceras intraabdominales. Lo importante es que la técnica, que no es para adelgazar, sino para esculpir, mejora el contorno y esto se mantiene".

Jaume Masía, presidente de la Sociedad Española de Cirugía Estética y Reparadora (SECPRE), reconoce que "el trabajo es interesante, porque es el primero con grupo control, está bien diseñado y las conclusiones finales podrían ser ciertas. Sin embargo, el número de pacientes que participan en él es muy pequeño y, sobre todo, para poder llegar a conclusiones definitivas sería necesario hacer una nueva investigación con más participantes. Sería fundamental que se comparan los resultados de forma individual, en cada una de las mujeres. Es decir, hacer una liposucción en una pierna y en otra no, y ver qué sucede".

Críticas

Este especialista reconoce que "la liposucción, cuando realmente está indicada, funciona perfectamente. Sobre todo si la persona sigue unos hábitos de vida saludables. Es una técnica que no es adecuada para personas obesas".

César Casado, jefe del servicio de Cirugía Plástica del Hospital La Paz de Madrid, argumenta: "En mis 30 años de experiencia en liposucciones no me he encontrado con ningún caso de redistribución de grasa en el tronco superior, como señala el estudio. Pero, no obstante, si una paciente engorda es porque lleva una mala alimentación".

Uno de los puntos débiles de la investigación lo apunta Luis Felipe Pallardo, jefe del Servicio de Endocrinología y Nutrición de La Paz: "En el trabajo no se pide a las participantes que cambien su estilo de vida, con lo que las posibilidades de aumentar de peso si no se sigue una dieta equilibrada y se hace ejercicio son muchas. Otro aspecto que sí queda reflejado en el estudio es que aunque, disminuyas la grasa, el perfil metabólico no mejora. Con la liposucción se puede reducir la grasa subcutánea pero no la visceral, que es la que realmente es más peligrosa y es la asociada a factores de riesgo de enfermedades cardiovascular".

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