Los beneficios del cannabis contra varios síntomas de la esclerosis múltiple podrían verse oscurecidos por un efecto secundario que hasta ahora había pasado inadvertido para la literatura científica: esta sustancia, componente activo de la marihuana y el hachís, puede deteriorar significativamente las capacidades intelectuales.
Un nuevo estudio, realizado en la Universidad de Toronto en Ontario (Canadá) y publicado en la revista 'Neurology', ha determinado la diferente evolución cognitiva a lo largo de años de dos grupos de pacientes con esclerosis múltiple. Uno de ellos estaba formado por personas de diversa clase, edad y condición que tomaban habitualmente cannabis para aliviar sus síntomas. El otro grupo era, en todos los aspectos -educación, cociente intelectual...-, equivalente al primero, sólo que sus componentes no consumían esta sustancia.
El empleo de la marihuana entre los voluntarios que consumían esta sustancia se había prolongado durante un promedio de 26 años, en dosis diarias en el 72% de los pacientes. Tras someter a ambos grupos a pruebas de inteligencia, los usuarios de cannabis arrojaron resultados significativamente peores en capacidad de atención, velocidad de pensamiento, percepción espacial o función ejecutiva. Globalmente, los consumidores de cannabis presentaron el doble de probabilidades de ser clasificados como individuos con deterioro de sus capacidades cognitivas.
"Dado que entre un 40% y un 60% de los pacientes con esclerosis múltiple tiene problemas de partida en su función cognitiva, cualquier droga que pueda sumarse a esta carga es un motivo de preocupación", argumenta Anthony Feinstein, médico del Centro de Salud Sunnybrook, en Toronto, además de profesor en la citada universidad.
Uso casero
El empleo de marihuana y cannabis con fines terapéuticos ha sido tradicionalmente reivindicado por pacientes con ésta y otras enfermedades. No obstante, los especialistas afirman que no es lo mismo el uso tradicional y casero de estos compuestos, extraídos directamente de la planta de la marihuana, que la prescripción médica de sus principios activos a través de compuestos autorizados, algo que es posible en España desde hace escasos meses.
El estudio ha contado con pacientes que, por propia iniciativa, habían consumido estas sustancias inhaladas o ingeridas a lo largo de su vida para contrarrestar síntomas como la espasticidad, un aumento del tono muscular que dificulta notablemente los movimientos y puede producir espasmos dolorosos. "Éstas no son las conclusiones acerca del producto aprobado en la esclerosis múltiple", advierte el doctor Óscar Fernández, del hospital regional universitario Carlos Haya, en Málaga, en referencia al Sativex, un fármaco derivado del cannabis cuyo uso médico acaba de ser aprobado.
"La marihuana es una droga más compleja. Los pacientes llevaban muchos años tomándola, la vía es distinta y, de entrada, las personas que consumen una droga son un subgrupo que se autoselecciona y no representa a la población general", argumenta Fernández.
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