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lunes, 21 de febrero de 2011

Hacia el smartphone de 36 euros


La pasada semana y caliente por el Mobile World Congress la red discutía el rumor de un posible iPhone más pequeño y barato. La idea es que en Cupertino están barajando crear un teléfono más económico y cómodo de llevar para complementar la oferta actual, que se limita a un terminal al año y de gama alta. Como asegura el New York Times, que un teléfono sea más pequeño y más barato no tienen por qué ir necesariamente unidos –el tamaño de pantalla no afecta excesivamente al precio final a pesar de que es uno de los componentes más caros de un móvil- pero parece que algo de cierto hay en el rumor, aunque sólo en lo referente al precio.

Si finalmente sucede no debería pillar por sorpresa a nadie. Es evidente que en la industria de la telefonía móvil hay interés por reducir el precio de los teléfonos inteligentes y no sólo por parte de Apple. ¿Por qué? Tomemos el caso de España. Dos de cada 10 personas tienen ya un smartphone y aunque la penetración va a seguir aumentando hay un sector de la población que sólo dará el salto cuando el precio sea similar al de un teléfono móvil convencional.

Este es un asunto bastante complejo porque por lo general la mayoría de los usuarios no paga el coste completo del terminal. Compra un terminal subvencionado por el operador a cambio de un contrato o por una oferta especial de prepago. El precio que realmente duele en esta era de teléfonos inteligentes es el de la mensualidad de voz y datos. Ahí es donde te pillan. Pero las operadoras calculan los precios de estas mensualidades en parte contando el coste que se comen en cada terminal. Smartphones más baratos, destinados a un público que no hace un uso tan intensivo del móvil, podrían ir acompañados de tarifas más moderadas.

Al menos esa es la teoría.

Esta es una carrera en la que Android ya se ha posicionado como favorito, sobre todo ahora que Nokia ha reducido su interés en Symbian como plataforma. Hoy por hoy, como argumenta Horace Dediu en Asymco, no hay forma de fabricar un teléfono Windows Phone 7 por menos de 200 dólares. Desde Finlandia tienen previsto vender todavía 150 millones de terminales Symbian en los próximos años pero al apostar por Microsoft han decidido también quedarse en la gama media alta y perder el control sobre la baja.

Hoy en día, en cambio, se puede fabricar un smartphone de gama baja con Android por unos 80 dólares (58 euros) y a lo largo de este año es muy posible que el precio baje hasta los 50 dólares (36 euros). Son, por supuesto, teléfonos limitados en prestaciones y muy alejados de los modelos que suelen protagonizar los blogs y las páginas de tecnología de los medios de comunicación. De hecho aunque utilicen Android como sistema operativo no pueden en muchos casos acceder a muchas de las aplicaciones o funciones que normalmente asociamos a estos terminales. Aún así son fundamentales para mercados emergentes y países en desarrollo en los que la transición hacia el smartphone aún no ha comenzado y donde la sombre de la manzana no es tan alargada.

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