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domingo, 7 de noviembre de 2010

El monstruo de Amstetten da entre rejas un pelotazo inmobiliario el socio sera el Papadofilo?

Josef Fritzl, el hombre que secuestró y violó a su hija durante 24 años, el mismo que la mantuvo encerrada en un zulo subterráneo durante todo ese tiempo y que tuvo con ella siete hijos, acaba de obtener un permiso de las autoridades austríacas para construir 13 viviendas adosadas y un edificio de oficinas con aparcamiento, según desvela hoy el periódico de Viena Österreich.

En su prisión de alta seguridad, habría recibido ya la noticia de que su solicitud presentada en 2006 ha sido aprobada recientemente, por lo que ya cuenta con el permiso para la demolición y nueva construcción del proyecto presentado para la parcela que mantiene en propiedad en la Calle Waidhofner nº 68, a sólo 500 metros de distancia del lugar donde Fritzl mantuvo su hija en cautiverio.

Después de su condena a cadena perpetua, tuvo que declararse en quiebra y su administrador concursal, el abogado Dr. Walter Anzböck, continuó representándolo por el procedimiento de "consenso anunciante" en sus procesos legales pendientes, hasta que el 4 de noviembre recibió la notificación del permiso para construir y la transmitió a su cliente.

Los vecinos de la citada dirección han recibido la noticia con disgusto y el resto de la población de Amstetten con estupor. No está claro si, desde prisión, Fritzl podría dirigir el proyecto inmobiliario, ni quién lo financiaría. En caso de que no le esté permitido, queda la laguna legal sobre quién hereda la parcela, los viejos edificios y el permiso de construcción.

Máxima seguridad

El monstruo de Amstetten ha mostrado últimamente su intención de mantenerse más activo, algo que considera que "mejoraría mi calidad de vida", según declaró en una reciente entrevista a Bild Zeitung. Pasa los días de encierro en un pabellón de máxima seguridad y nunca está solo: dos guardias lo protegen a toda hora del posible ataque de otros reclusos que lo tienen amenazado de muerte desde el mismo momento de su ingreso a prisión.

Fritzl sale al patio dos veces al día y realiza una rutina de ejercicios por prescripción médica. Pero también se dedica a la huerta: cultiva tomates y se divierte viendo una serie de televisión muy popular llamada "Dos hombres y medio". "El hijo pequeño me recuerda a mi hijo. Además me hace reír. Estar todo el día triste destruye el alma", decía en esa entrevista, lo que hace suponer que estaría encantado de retomar su actividad en el negocio inmobiliario, aunque sea a distancia y desde prisión.

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