Los familiares de José Carbajal recién llegados de Europa y Australia acordaron realizar la cremación de los restos mortales del cantante y hacer una despedida popular.
La reunión de los familiares del autor de Chiquillada se pudo realizar recién ayer de tarde porque la llegada de los hijos y la esposa de El Sabalero, que viven en España y Holanda, se produjo entre la mañana y la noche del sábado, mientras que la hermana llegó desde Australia en la madrugada del domingo.
Lo primero que decidieron fue la necesidad de cumplir con el deseo varias veces manifestado por el artista de que tras su muerte no hubiera velatorio. Carbajal prefería que la gente lo recordara vivo, por lo que en primer lugar sus familiares realizarán la cremación de sus restos entre el martes y miércoles próximos en el Cementerio Central. Las cenizas serán esparcidas en dos ceremonias. Una, a realizarse en las proximidades de El Águila de Villa Argentina, tendrá un carácter absolutamente privado por lo que no se dará información acerca del día ni de las condiciones en que será cumplida. La otra será celebrada el domingo 31 en Juan Lacaze, a las 17 horas, en una manifestación popular que estará centrada en la Plaza Chiquillada.
Los familiares también definieron la posibilidad de que se realice una despedida en Montevideo, siempre y cuando la misma estuviera alejada del carácter de homenaje o tributo fúnebre. De esa manera se buscó conciliar los intereses privados y los públicos: lo expresamente pedido por el artista y la natural necesidad de que aquellos que han cultivado y cultivan la obra de un creador que justicieramente está ubicado entre los mayores hacedores de la música popular uruguaya, pudieran expresar su último adiós.
La resolución de llevar parte de las cenizas al pueblo natal del músico da respuesta a las inquietudes que los lacacinos habían manifestado desde que se enteraron de la sorpresiva muerte de quien siempre los recogió en sus canciones. Esa necesidad fue expresada a El País por los amigos más cercanos del músico, los que más allá de las distancias y edades continuaban desplazándose para acompañarlo en sus recitales, tal como ocurrió en la última presentación celebrada el domingo pasado en Libertad.
El hecho de que ayer fuera domingo estaba dificultando la concreción de los detalles que la despedida montevideana tendrá. La definición del lugar, por ejemplo, era una de las principales complicaciones que enfrentaban los familiares y el representante de El Sabalero, Fernando Mino, por más que de antemano autoridades nacionales y municipales habían puesto a disposición lugares como la Torre Ejecutiva, el Palacio Legislativo, la Sala Zitarrosa y el Teatro de Verano en el Parque Rodó.
La dificultad para fijar un lugar necesariamente determinó que la fecha de la despedida capitalina no pudiera ser establecida aunque familiares y representante del músico se mantenían reunidos ayer de noche. Pero al anunciar el acuerdo de buscar un lugar para realizar un acto en Montevideo, Fernando Mino subrayó a El País que el carácter del mismo estará bien alejado de cualquier connotación fúnebre. De esta manera quedó absolutamente descartado un velatorio como el que en principio se había pensado para realizar ayer en la Sala Zitarrosa.
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