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jueves, 9 de septiembre de 2010

Fidel volvió a romper esquemas

Ya al final de su vida Fidel Castro ha resuelto sorprendernos una vez más y en el mejor sentido de la sorpresa. Parece ser que aquel muchacho que les gritó en la cara a los gringos que Cuba se liberaba, está dispuesto a lanzar distintos gritos para que la paz mundial se transforme en un bloque sólido contra la guerra atómica.

El 7 de setiembre, el líder cubano Fidel Castro, en una entrevista publicada por la revista estadounidense 'The Altlantic', criticó al presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, y lo llamó a que "deje de difamar a los judíos.

Según el ex presidente cubano, el gobierno de Irán debe dejar de lado su antisemitismo, dejar de negar la existencia del Holocausto y acordarse de que la mejor forma de "servir la paz" es admitir que la historia del antisemitismo es "única" y entender las razones de por qué los israelíes temen por su futuro.

Castro enfatizó que los iraníes deben entender que los judíos han sido el pueblo "más injuriado del mundo", incluso más que los musulmanes.

"El Gobierno de Irán debe entender que los judíos fueron expulsados de su tierra, perseguidos y maltratados en todo el mundo". "Los judíos han vivido una existencia mucho más dura que la nuestra. No hay nada comparable al Holocausto", indicó el líder revolucionario latinoamericano.

Según Castro, "durante 2.000 años los judíos fueron sujetos a una persecución terrible y a los terribles pogroms. Uno pensaría que hubieran desaparecido. Yo creo que fue su cultura y religión que los mantuvo unidos como una nación".

Pero las críticas no fueron sólo para Irán. "Israel sólo tendrá seguridad si abdica de su arsenal nuclear, y el resto de las potencias nucleares sólo tendrán seguridad si ellas mismas también, desisten de sus arsenales nucleares".

Estamos, una vez más, ante el más grande líder revolucionario de la mitad del siglo XX en adelante y hasta nuestros días, quien a pesar de su enfermedad que lo tuvo casi al borde de la muerte, sigue creyendo en el ser humano y en la necesidad de salvar a la civilización ante la amenaza de la guerra nuclear.

A este viejo cubano hay que seguir escuchándolo, porque entre sus aciertos y sus errores, siempre supo estar y está del lado de la paz. Rompiendo esquemas, como fue aquel escándalo teórico que significó su triunfante revolución junto a Raúl, El Ché y Camilo, que expresaron el sentir caribeño de la libertad y la justicia.

Una de las periodistas que lo entrevistó le preguntó si la enfermedad que está viviendo no le hizo cambiar de opinión sobre Dios. Castro le respondió: "Sigo siendo un materialista dialéctico".

Quizás por ello, entre aquellas horas de gloria entrando a La Habana y el hoy de la vejez, este señor Fidel Castro haya quedado para siempre en la historia de los más humildes, de los que quieren ser dueños de su propio destino. Construcción, por cierto, que nunca es perfecta. La vida lo está diciendo.

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