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viernes, 6 de agosto de 2010

Fidel Castro describe a un eterno "rebelde" en nueva autobiografía

Castro relata pasajes de su niñez y juventud para explicar cómo se convirtió en guerrillero y revolucionario en el capítulo publicado en el sitio cubadebate.cu e incluido en el primer libro de sus memorias "La victoria estratégica", aún no puesto a la venta.

En 6.500 palabras narra episodios que van desde sus primeros años en su pueblo natal de Birán (este), su paso por escuelas de órdenes religiosas sobre todo jesuitas­ en Santiago de Cuba y en la capital, hasta sus estudios de Derecho en la Universidad de La Habana, donde inició su intensa vida política.

"No nací político, aunque desde muy niño observé hechos que, grabados en mi mente, me ayudaron a comprender las realidades del mundo", escribió Castro, quien está notablemente recuperado de una enfermedad que lo tuvo al borde de la muerte y lo alejó del poder hace cuatro años.

Cuenta que por primera vez se rebeló "de manera consciente" cuando pasaba hambre en la casa de una maestra adonde sus padres lo enviaron antes de ir a la escuela, y cómo siendo escolar de 11 años tiró un pan con mantequilla a un religioso que lo había golpeado.

"Su autoridad y sus métodos abusivos quedaron muy desprestigiados", rememora Castro, quien define a una madre, Lina Ruz, protectora, y a un padre, Angel Castro, tolerante.

De niño, recuerda además, envió "con admiración" una carta al entonces presidente de Estados Unidos, Franklin Delano Roosevelt, y recibió un "acuse de recibo" de la embajada.

Dice que era bueno en gramática, pero mejor en matemática, excelente atleta y aficionado a las armas desde pequeño; pero no revela detalles de su vida amorosa, sólo un breve apunte de cuando lloró en una playa junto a una novia porque grupos rivales le negaban la entrada a la Universidad y debió enfrentarlos con su "carácter rebelde".

"Sabía que el enemigo había llegado al límite de su tolerancia. En mi mente quijotesca no cabía otra alternativa que desafiar la amenaza. Podía obtener un arma, y la llevaría conmigo", acotó Castro, quien dijo haber tenido de joven un "espíritu competitivo", de "autosuficiencia" y "vanidad" propio de la generación.

Se describe como uno de los pocos que soñaron la revolución en una época en que "el poder del imperio" crecía, pero anotó fue la mezcla de "ideas, hechos y sacrificios de muchas personas" lo que hizo "una revolución social que ha resistido con honor más de 50 años de agresiones y el bloqueo de los Estados Unidos".

Personaje de la segunda mitad del siglo XX, Castro, relevado en el gobierno por su hermano Raúl, aunque conserva su poderoso cargo de secretario del Partido Comunista, dice guardar "imborrablemente" en su mente las circunstancias que lo llevaron a la lucha guerrillera.

"No deja de ser satisfactorio para mí recordarlas, porque de otra forma no me explicaría por qué llegué a las convicciones que al fin y al cabo determinaron el curso de mi existencia", afirmó.

En las agrestes montañas de la Sierra Maestra, al frente de un ejército de 300 hombres derrotó una ofensiva de 10.000 soldados del dictador Fulgencio Batista, una victoria que determinó el curso de la guerra y el triunfo de la revolución, subrayó.

Esa "gloriosa gesta" destaca motivó el primer volumen de sus memorias, de 896 páginas, con fotos, mapas y documentos, presentado el pasado lunes ante sus antiguos compañeros de armas. Anunció que tiene en preparación una segunda parte del libro, sobre la ofensiva final del ejército rebelde de barbudos que lo llevó al poder el 1º de enero de 1959.

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