Sólo uno de cada cuatro jóvenes entre 12 y 29 años dice haber terminado Primaria y Secundaria en el tiempo previsto. Más de la mitad (64%) viven con sus padres y dos de cada cinco tienen pensado ir a radicarse en otro país o departamento.
Los datos se desprenden de la Encuesta Nacional de Adolescencia y Juventud (ENAJ) que presentó ayer el Ministerio de Desarrollo Social (Mides). La investigación, que fue una iniciativa del programa Infamilia y efectuada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), se difundió después de 20 años de la realización de la primera encuesta. Se entrevistó a 5.017 jóvenes y adolescentes, entre 12 y 29 años, residentes en localidades de más de 5.000 habitantes.
Dos de cada tres encuestados viven con ambos padres o uno de los dos. En los casos de hogares monoparentales, 88,3% reside con su madre y 78,3% declara que no se queda a dormir en la casa de su otro progenitor. En tanto, 26,1% de los adolescentes y jóvenes conformaron su propio hogar con su pareja y/o hijos y 9,7% forma parte de un hogar unipersonal.
La propensión migratoria entre los adolescentes y jóvenes es muy alta. Sin embargo, para la mayoría la idea de migración no se vincula con salir del país sino con trasladarse dentro del territorio nacional. Montevideo es el destino principal y se asocia a la formación profesional.
Para el 83% de los encuestados "es una práctica regular" hablar con sus padres sobre sus proyectos de futuro y planes. Mientras que la política y aspectos sexuales son los temas menos tratados.
El formulario de encuesta incluyó una serie de afirmaciones frente a las cuales el entrevistado debía expresar su acuerdo o desacuerdo. La afirmación que tuvo más adhesiones (96,6%) fue "hay que aprovechar la juventud para capacitarse en algo que sirva en la vida". También recogió un alto grado de acuerdo (94,5%) "los jóvenes deben demostrar responsabilidad y dedicación", seguida de "la juventud es un momento muy breve en la vida y hay que gozarla" con 86,5%.
La mayoría de los jóvenes (64%) reconoce la existencia de diferencia de género y apoya la frase "ser joven varón es muy distinto a ser joven mujer". La expresión "los chetos no tienen nada que ver con los planchas" reunió 56,9% de adhesiones y "los jóvenes sólo tienen en común la edad, en lo demás son diferentes" 55,1%.
EDUCACIÓN. El desempeño académico es sustantivamente diferente por sexo. Las mujeres alcanzan niveles educativos superiores a los de los hombres.
El número de adolescentes y jóvenes que declaró no concurrir a ningún centro educativo es muy alto y se incrementa de un tramo etario a otro: es de 3,9% en el grupo de 12 a 14 años, pasa al 26,8% en el tramo de 15 a 19 años, trepa al 60,3% entre los jóvenes de 20 a 24 años y llega al 81,1% entre los de 25 y 29 años. Por otra parte, la amplia mayoría (87,4%) asistió en su momento a educación inicial formal.
La repetición de al menos un año en la escuela continúa representando un problema, que se agudiza en el caso de los varones (27,8% frente a 22%). Es aun peor en la educación media ya que casi cuatro de cada diez jóvenes repiten por lo menos un año.
La mayoría menciona como causa de la repetición el mal rendimiento académico, la falta de interés en los temas tratados, el hecho de no entender a los profesores, no contar con el apoyo familiar. Solamente 25,9% dice haber terminado Primaria y Secundaria en el tiempo previsto (12 años).
INTERESES. Según la encuesta, el lugar al que concurren más los jóvenes son las ferias (60,4%), seguidas por los shoppings (52,6%), los boliches (46,9%), los cibercafés (43,6%) y las canchas de fútbol (38,7).
El deporte es una práctica complicada, principalmente "por falta de tiempo". El 55,2% no realiza actividades físicas y el panorama es "alarmante" en las mujeres, ya que sólo 26,7% hace deporte.
Más de la mitad de los jóvenes no se fue de vacaciones durante el verano de 2007/2008. Entre los que sí lo hicieron, predomina el turismo interno (44,6% contra 4,1%).
Las razones que imposibilitan la salida de vacaciones son sensiblemente diferentes en ambos extremos de los estratos sociales. Mientras que para los que están en el tercil más bajo la limitación económica fue el principal obstáculo, para los del tercil más alto el principal impedimento fueron "motivos laborales".
Por otra parte, 13,8% de los jóvenes declaran haber sido detenidos al menos una vez; el motivo principal fue "disturbios en la vía publica" (31,6%).
Los adolescentes y jóvenes del interior del país suelen tener una percepción más positiva de la seguridad de la zona en la que viven (60,8%), en relación con sus pares de Montevideo (42,0%).
Informe de Unicef destaca avances
La quinta edición del informe anual de Unicef, "Observatorio de los derechos de la infancia y la adolescencia en Uruguay", revela tanto avances como asignaturas pendientes en los distintos rubros analizados. La incidencia de la pobreza en niños y adolescentes si bien ha bajado aún, mantiene brechas importantes. En las áreas de salud, nutrición y desarrollo es donde este fenómeno refleja los índices más preocupantes.
De todos modos Unicef destaca los avances logrados a través de la aplicación de políticas sociales entre 2005 y 2008, en particular la implementación del Plan de Emergencia y el aumento en las Asignaciones Familiares, que permitieron destacados índices de recuperación. "Pese a que la pobreza se redujo en forma significativa desde 2004 a 2008 entre los niños y los adolescentes, dicha disminución fue, en términos relativos, menor a la que se registró en la población adulta", señala el informe del Observatorio que se presenta hoy.
En particular el informe señala que, en comparación con los otros países de la región, la concentración de la pobreza en las franjas más jóvenes de la población "asume un valor extremadamente alto en el país".
En este capítulo Unicef evalúa también los índices de riesgo de caer en situación de pobreza para las franjas etáreas de población. Señala que al calcular los porcentajes de pobreza relativa "la probabilidad de caer en situación de pobreza en Uruguay es 4,1 mayor para los niños que para las personas de 65 o más años".
En sus conclusiones Unicef señala que "resulta clave la implementación de políticas" que ayuden a prevenir la violencia, la explotación y el abuso" y "a brindar respuestas cuando estas situaciones se han consumado".
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