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martes, 15 de diciembre de 2009

Frei necesita que le presten el voto

La mayoría de los chilenos, casi un 55% se opuso al candidato de la derecha con vínculos pinochetistas, Sebastián Piñera. Este frívolo empresario transformado en político, es un multimillonario en dólares que aparece en el ranking mundial de la revista Forbes, co-propietario de la línea aérea LAN y del Canal 11 de TV (que perteneció antes a Gustavo Cisneros) y propietario del club Colo Colo, entre otros negocios.

Pertenece al partido Renovación Nacional (RN), que junto con la Unión Demócrata Independiente (UDI) acogió a los principales colaboradores políticos de Pinochet y construyó la Alianza por Chile.

Pero el ganador en la primera vuelta fue Piñera, quien obtuvo 3.056.526 votos lo que corresponde a 44,05%; Eduardo Frei Concertación) alcanzó 2.053.514, un 29,6%; Marco Enríquez-Ominami (Nueva Mayoría) tuvo 1.396.655 votos, o sea, un 20,13%, mientras que Jorge Arrate (comunistas y allendistas de la primera hora) tuvo el respaldo de 430.824 electores, que representan un 6,21%.

Si bien la derecha chilena nunca superó el 45% de los sufragios, muchos consideran que la votación de Frei fue baja, así como la de Marco Enríquez, quien recibió apoyos de sectores de izquierda, centro y derecha.

La segunda vuelta será el próximo 17 de enero, donde el mayor desafío que tiene por delante Frei es conquistar el 12% de los votos de la Nueva Mayoría, lo que no será una tarea sencilla, en tanto Enríquez ha dado libertad de acción a sus electores, mientras que Arrate ya comprometió su accionar votando al candidato de la Concertación.

El gran desafío que tiene por delante la Concertación es asumir que hay un amplio sector de la sociedad que apoyó a Enríquez, particularmente los jóvenes, que son severamente críticos con los códigos y las prácticas del sistema político dominante, en el que incluyen a Frei.

Si Frei, la Concertación y la presidenta Michelle Bachelet no logran poner como centro de la polémica que la cuestión es entre el neoliberalismo de Piñera y el progresismo moderado de Frei, es posible que en los próximos cuatro años gobierne la derecha, lo que tendrá fuerte repercusión en América del Sur, particularmente en Argentina y Brasil.

Es de esperar que en los próximo 30 días el electorado que no acompañó a Piñera y que no es de la Concertación, le preste el voto a Frei, para construir una cordillera que impida el paso de la derecha.

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