Esta vez le tocó al continente asiático disfrutar en exclusividad de un nuevo fenómeno celeste. El eclipse solar total más prolongado del siglo XXI sumió hoy poco a poco en la oscuridad a India y China y generó entusiasmo y fervor religioso en ambos países.
Unas 2.000 millones de personas -un tercio de la humanidad- pudieron contemplar este eclipse excepcional, que empezó a ser visible en el océano Indico, frente a la costa occidental de India.
El Sol quedó completamente oculpado por la Luna en el Estado indio de Gujarat y luego para los habitantes de un corredor de 15.000 km de largo por 258 km de ancho, que atravesó India de oeste a este, Nepal, Bhután, Bangladesh, Birmania y China, hasta las islas sureñas de Ryukyu, en Japón.
El eclipse total duró 6 minutos y 39 segundos en una región escasamente poblada del Pacífico, un récord que recién será mejorado en el año 2132.
La oscuridad duró menos en India (de tres a cuatro minutos) y en la gigantesca ciudad china de Shanghai (unos cinco minutos), donde el cielo nuboso malogró en parte el espectáculo.
En el norte del país, en la ciudad santa de Kurukshetra, 1,5 millones de peregrinos hindúes se bañaron durante el eclipse en aguas consideradas purificadas, en pos de la liberación de su alma.
Miles de personas asistieron al fenómeno celeste en la ciudad santa hinduista de Benares, según un fotógrafo de AFP. Acompañados por sacerdotes, la multitud celebró la reaparición del Sol levantando los brazos al cielo y lanzándose al río. Un octogenario murió asfixiado al ser empujado por la multitud.
Según los canales de televisión, unos cinco millones de hindúes expresaron su fe bañándose en aguas sagradas.
En un pueblo del norte de Bangladesh, país musulmán, decenas de miles de personas congregadas en un estadio "se pusieron a llorar y temblar de miedo cuando desapareció el Sol y aplaudieron cuando reapareció", relató un empleado administrativo, Banamali Bhumik.
Tanto en India como en China, en cuentos e historias mitológicas los eclipses pueden ser felices presagios, pero también traer malos augurios.
En India, mujeres embarazadas que habían programado una cesárea para este miércoles retrasaron la intervención, relató Shivani Sachdev Gour, un ginecólogo del Hospital Fortis, en Nueva Delhi.
Astrólogos predijeron guerras, atentados, catástrofes naturales y asesinatos de dirigentes políticos.
El eclipse del miércoles es "un momento muy peligroso para el Universo", advirtió Raj Kumar Sharma, un astrólogo de Bombay. "Si el Sol, el jefe de las estrellas, enferma, ocurrirá algo grave en el mundo", predijo.
En la China imperial, los eclipses anunciaban desastres naturales o la muerte de un emperador. Estas creencias y supersticiones no han desaparecido.
Pero al mismo tiempo, el eclipse impulsó el comercio y el turismo.
En Shanghai, que recibió en los últimos días a hordas de turistas para contemplar el fenómeno, el hotel Hyatt, en el famoso Bund, marcaba completo para su desayuno especial. "Esto sólo ocurre una vez cada 300 años", declaró la portavoz del hotel, Meg Zhang.
"Las nubes llegaban, se disipaban y luego, de pronto, lo vi", cuenta Glenn Evans, un empresario norteamericano que vive en Shanghai.
Al otro lado de Asia, en la ciudad india de Bombay, los astrónomos aficionados se concentraron en torno al planetario Nehru, pero debieron trocar sus anteojos de sol especiales por el paraguas y el impermeable pues en el mismo momento en que comenzaba el eclipse, se abatió una lluvia torrencial.
"No queríamos verlo en televisión, pero debimos quedarnos en la cama", comentó mientras se reía Dwayne Fernandes, un estudiante.
En India, la agencia Cox and Kings fletó un Boeing 737-700, que despegó de Nueva Delhi antes del amanecer, para "interceptar" el eclipse total a una altura de 12.500 metros, volando hacia el este, hacia el Estado de Bihar.
Los 21 asientos del avión orientados hacia el levante se habían vendido a 1.700 dólares (unos 1.200 euros) cada uno.
También en la India, científicos siguieron el eclipse a bordo de aviones de la Fuerza Aérea. (AFP)
El País Digital
Unas 2.000 millones de personas -un tercio de la humanidad- pudieron contemplar este eclipse excepcional, que empezó a ser visible en el océano Indico, frente a la costa occidental de India.
El Sol quedó completamente oculpado por la Luna en el Estado indio de Gujarat y luego para los habitantes de un corredor de 15.000 km de largo por 258 km de ancho, que atravesó India de oeste a este, Nepal, Bhután, Bangladesh, Birmania y China, hasta las islas sureñas de Ryukyu, en Japón.
El eclipse total duró 6 minutos y 39 segundos en una región escasamente poblada del Pacífico, un récord que recién será mejorado en el año 2132.
La oscuridad duró menos en India (de tres a cuatro minutos) y en la gigantesca ciudad china de Shanghai (unos cinco minutos), donde el cielo nuboso malogró en parte el espectáculo.
En el norte del país, en la ciudad santa de Kurukshetra, 1,5 millones de peregrinos hindúes se bañaron durante el eclipse en aguas consideradas purificadas, en pos de la liberación de su alma.
Miles de personas asistieron al fenómeno celeste en la ciudad santa hinduista de Benares, según un fotógrafo de AFP. Acompañados por sacerdotes, la multitud celebró la reaparición del Sol levantando los brazos al cielo y lanzándose al río. Un octogenario murió asfixiado al ser empujado por la multitud.
Según los canales de televisión, unos cinco millones de hindúes expresaron su fe bañándose en aguas sagradas.
En un pueblo del norte de Bangladesh, país musulmán, decenas de miles de personas congregadas en un estadio "se pusieron a llorar y temblar de miedo cuando desapareció el Sol y aplaudieron cuando reapareció", relató un empleado administrativo, Banamali Bhumik.
Tanto en India como en China, en cuentos e historias mitológicas los eclipses pueden ser felices presagios, pero también traer malos augurios.
En India, mujeres embarazadas que habían programado una cesárea para este miércoles retrasaron la intervención, relató Shivani Sachdev Gour, un ginecólogo del Hospital Fortis, en Nueva Delhi.
Astrólogos predijeron guerras, atentados, catástrofes naturales y asesinatos de dirigentes políticos.
El eclipse del miércoles es "un momento muy peligroso para el Universo", advirtió Raj Kumar Sharma, un astrólogo de Bombay. "Si el Sol, el jefe de las estrellas, enferma, ocurrirá algo grave en el mundo", predijo.
En la China imperial, los eclipses anunciaban desastres naturales o la muerte de un emperador. Estas creencias y supersticiones no han desaparecido.
Pero al mismo tiempo, el eclipse impulsó el comercio y el turismo.
En Shanghai, que recibió en los últimos días a hordas de turistas para contemplar el fenómeno, el hotel Hyatt, en el famoso Bund, marcaba completo para su desayuno especial. "Esto sólo ocurre una vez cada 300 años", declaró la portavoz del hotel, Meg Zhang.
"Las nubes llegaban, se disipaban y luego, de pronto, lo vi", cuenta Glenn Evans, un empresario norteamericano que vive en Shanghai.
Al otro lado de Asia, en la ciudad india de Bombay, los astrónomos aficionados se concentraron en torno al planetario Nehru, pero debieron trocar sus anteojos de sol especiales por el paraguas y el impermeable pues en el mismo momento en que comenzaba el eclipse, se abatió una lluvia torrencial.
"No queríamos verlo en televisión, pero debimos quedarnos en la cama", comentó mientras se reía Dwayne Fernandes, un estudiante.
En India, la agencia Cox and Kings fletó un Boeing 737-700, que despegó de Nueva Delhi antes del amanecer, para "interceptar" el eclipse total a una altura de 12.500 metros, volando hacia el este, hacia el Estado de Bihar.
Los 21 asientos del avión orientados hacia el levante se habían vendido a 1.700 dólares (unos 1.200 euros) cada uno.
También en la India, científicos siguieron el eclipse a bordo de aviones de la Fuerza Aérea. (AFP)
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